ABC 12/11/12
Entrevista a Rosa Diez
La líder de UPyD afirma que «el PSOE está roto, ya no es un partido nacional.
Rosa Díez acaba de presentar en la sede de UPyD en Madrid, justo al lado del Congreso, el lema de campaña en Cataluña: «Contra la independencia». Así de claro y directo. La perspectiva de quedarse en blanco en esa Comunidad, según indican las encuestas, como ocurrió en Galicia, no deprime a un partido que sueña con ser decisivo en España en un futuro no tan lejano y que, mientras llega ese momento, critica con el mismo ardor a las dos grandes formaciones políticas y al nacionalismo. «Los resistentes tienen la última palabra», sostiene la portavoz con cierto tono épico.
«El PSOE está roto. No se presenta en Cataluña a las elecciones, eso demuestra hasta qué punto ya no es un partido nacional»
Su pasado en el PSOE «Me fui del Partido Socialista para no cambiar en ninguna de las cosas en las que había creído toda mi vida»
El futuro de UPyD «Somos un partido nacional, mal que les duela a algunos. Estamos para quedarnos»
¿Cómo se frena el desafío independentista de CiU en Cataluña?
Se frena con la verdad por delante, y planteando a los catalanes que el futuro no está decidido. Frente al discurso secesionista, hay que desmontar las mentiras, contar la realidad y explicar que la salida de la crisis no es más nacionalismo, sino más democracia. El nacionalismo plantea no solo la independencia, sino la ruptura de las reglas del juego democrático.
Pero hay una mayoría que apoya ese desafío en Cataluña, como se ve en las encuestas y en la calle también.
Ha habido históricamente desistimiento por parte de los partidos nacionales. Al discurso del nacionalismo hay que contraponer otro discurso. Hay que plantear una alternativa nacional, cada partido con su estrategia y su proyecto. ¿Corre peligro la unidad de España? Si la unidad de España es la igualdad entre los españoles, ya está en quiebra. Si la unidad es el mapa, yo diría que no. Yo no tengo miedo a que vaya a caerse un trozo del mapa.
¿No se cree la amenaza de Artur Mas, entonces?
Lo que él quería es la independencia subvencionada por España, pero ha subido a un carro que yo no sé si sabe frenarlo. Porque hay otros que sí quieren la ruptura, pero hay reglas del juego democrático que hay que cumplir, europeas y españolas. Y eso va a impedir la ruptura, aunque él crea que está por encima de la ley, por encima de los tratados europeos y la Constitución.
¿Qué medidas concretas tomaría para frenar el desafío? ¿Apoyaría una suspensión de la autonomía?
La apoyaría si se vulnerase el orden constitucional. Aplicaría la Constitución en todos sus artículos. Si un gobernante rompe las reglas del juego y toma decisiones en contra del interés general hay que aplicar el 155. También incluiría en el Código Penal el delito por convocar un referéndum ilegal.
Si tuviera un debate cara a cara con Artur Mas, ¿qué le diría?
Que no está por encima de la ley y la Constitución. Y que un partido nunca representa a una nación.
¿Apoyaría una consulta si se hiciera por consenso?
El referéndum para la secesión tendría que celebrarse en toda España. No creo que haya que hacerlo, no estoy a favor de la secesión ni del referéndum, pero si alguien quiere hacerlo, la regla es que el referéndum se hace en toda España. ¿Habría que pararlo de entrada? Hay que no autorizarlo. Y si insisten en hacerlo hay que evitar que se celebre. El Gobierno debe utilizar todos los instrumentos que le da la ley. ¿Cree en el «derecho a decidir»? El derecho a decidir ya lo tenemos desde 1978. El derecho a decidir nos lo dan la democracia y la Constitución que Artur Mas se quiere saltar. Y yo no pienso renunciar a ese derecho. ¿Ve roto al PSOE en este asunto? El PSOE está roto en todo, y no iba a ser una excepción en esto. El PSOE no se presenta en Cataluña a las elecciones. Eso demuestra hasta qué punto ya no es un partido nacional.
¿Entiende la posición del PSC, que quiere estar entre CiU y el PP?
El PSC está nadando entre dos aguas, porque tiene dos almas, un alma nacionalista y otra menos. Quiere combinar las dos, y no sabe a qué puerto quiere llegar. Por eso se ve en la necesidad de esconderse tras las palabras.
Usted es federalista? El partido lo es. No es una oferta a los nacionalistas, sino a pesar de los nacionalistas. El federalismo es igualitario, lo contrario a la asimetría. Y hay que establecer en la Constitución las competencias indelegables del Estado.
¿Igualitario también en financiación? ¿Hay que eliminar el concierto económico vasco?
Por supuesto. Defiendo para España lo que defiendo para Europa. Pretendemos la supresión del cupo vasco y el concierto navarro. Cuando se puso en la Constitución seguramente tenía todo el sentido, para incorporar a los nacionalismos al proyecto común. Pero no es un derecho, es un privilegio, y hay que revisarlo a la luz de las consecuencias.
Pero usted cuando fue consejera en el País Vasco no defendió la supresión de ese «privilegio».
No, no lo defendí. Porque, como acabo de decir, las leyes se revisan a la luz de las consecuencias que han tenido para el país. Dejé de ser consejera en 1998, han pasado unos cuantos años.
Según se mire, no son tantos para cambiar un criterio así.
Hombre, depende de para qué. Catorce, por ejemplo. Nuestro partido tiene cinco años, y desde que fundamos el partido pretendemos esto. Lo que no es lógico es llegar a la conclusión de que algo es negativo, y como antes no te diste cuenta, seguir manteniéndolo aunque sea negativo. Nadie lo hace en su familia.
En ese sentido, ¿ha tenido que renunciar a muchas cosas o ideas desde que dejó el Partido Socialista?
Me fui del Partido Socialista para no cambiar en ninguna de las cosas en las que había creído toda mi vida. En ninguna de las cosas esenciales he cambiado. El concierto y el cupo no son más que un instrumento.
¿Cómo ve a Rubalcaba?
Está empeñado en mantener y consolidar su liderazgo. Pero en los interiores del PSOE no me voy a meter.
¿Lo ve como candidato?
Yo no le voy a votar. No le dedico ni medio minuto.
¿Cree que soportará todas las presiones internas?
Rubalcaba no es un hombre que se pliegue a las presiones.
—¿Se equivoca agarrándose al puesto?
Si él cree que lo mejor para el PSOE es su liderazgo, hace bien en defenderlo.
Lo cierto es que el PSOE no levanta cabeza. ¿Qué necesita para resurgir?
Necesitaría tener un proyecto claro y creíble. Que se lo creyeran ellos y se lo pudieran creer los ciudadanos.
¿Y un líder que no tenga nada que ver con Zapatero?
Los proyectos están por encima de las personas, es mucho más importante.
UPyD tampoco tuvo buenos resultados el 21-O. ¿A qué lo atribuye?
Eran elecciones muy complicadas para nosotros. Somos un partido joven y pequeño y nos cuesta entrar y estabilizarnos, más en territorios con nacionalistas. Hay que tener paciencia.
¿Teme que UPyD acabe como un partido de Madrid, y no nacional?
No, perdone. En Madrid tenemos el 25 por ciento de los votos, los demás en el resto de España. Somos un partido nacional, mal que les duela a algunos. Y tenemos un lema: los resistentes tienen la última palabra. Hemos venido para quedarnos.
¿Cuál es su objetivo político? ¿Ser un partido bisagra?
No, me gustaría ser alternativa. Probablemente, primero seremos bisagra. ¿Con quién se sentiría más cómoda? No es una cuestión de partidos ni de personas. Quien esté dispuesto a cambiar cosas como la ley electoral, la recuperación de competencias como educación y sanidad, el cambio del modelo territorial… A ese le haremos presidente. Esa será nuestra referencia.
ABC 12/11/12