Rafaela Romero (Quintana de la Serena, Badajoz, 1972) ha vaciado estos días su despacho de presidenta de las Juntas Generales. Ahora toca llenar de contenido su nuevo reto: liderar al PSE-EE en la institución foral de Gipuzkoa tras la salida de Miguel Buen.
-¿Le sorprendió el anuncio de que Miguel Buen se iba para ser viceconsejero de Interior, poco después de anunciar su candidatura a la investidura a diputado general?
– Más que de sorpresa se trata de reflexionar sobre el modo de haberlo hecho. Hay que hacer una autocrítica. No hemos hecho bien las cosas al comunicar las decisiones internas, pero rectificar es de sabios.
– ¿Cuál es su objetivo en esta nueva tarea que va a desempeñar como portavoz juntera? ¿Qué debe hacer el PSE-EE para recuperar a sus votantes?
– Hacer un proceso de reflexión para asumir los resultados y captar los mensajes. A todos los partidos nos sobra prepotencia a la hora de tomar decisiones y nos falta reflexionar sobre que todo lo que decimos y hacemos puede afectar a la confianza de la ciudadanía en la política. Y todos los partidos tenemos que hacer una reflexión global: que estamos en un momento decisivo para lograr la pacificación y normalización desde tres premisas: que es una victoria de los demócratas, que los demócratas somos generosos, y que esta generosidad no implica el olvido de los asesinados ni legitimar la historia de violencia.
– ¿A qué se debe la revuelta situación interna del PSE, con tanta salida de cabezas de lista como Elorza, Buen o Pastor?
– Los resultados han convulsionado a todos los partidos. Hace falta un periodo mayor de reflexión. Las crisis, abordadas con tranquilidad y responsabilidad, son una oportunidad. Espero que no la perdamos.
– ¿Hace falta una renovación de caras nuevas?
– No vale con cambiar una cara de hombre por otra de mujer, o una de 60 años por otra de 30, sino que debe ir acompañado de una reactivación del proyecto socialdemócrata y de nuestra posición en Gipuzkoa, Euskadi y España. El objetivo es hacer frente a la oleada de conservadurismo que viene, y actuar con responsabilidad de país en los grandes temas como la pacificación de Euskadi y la gestión sectorial.
– ¿El PSE-EE debe mantener el pacto con el PP en Euskadi?
– Los pactos tienen la vida que le dan los firmantes. En su contenido por las libertades y la paz estamos de acuerdo todos, pero algunas veces podemos discrepar en las acciones. De la disposición de los firmantes para avanzar dependerá su duración.
– ¿Hay que cambiar la política de pacificación del Gobierno Vasco como dice Jesús Eguiguren?
– No ha habido una negativa del secretario general del PSE (Patxi López) a que podamos hablar de nuestra estrategia para afrontar la normalización en Euskadi. Estoy en la certeza de que lo va a hacer. Todos debemos ser copartícipes de que ese debate sea posible, pero debemos hacerlo con respeto a los afiliados, es decir, con más debate dentro que en los medios.
– ¿Qué opina de la postura del PNV de rechazar acuerdos con los socialistas para desbancar a Bildu?
– Me parece irresponsable con el futuro de Gipuzkoa y Euskadi. El PNV ha priorizado el interés de partido y ha pretendido poner huevos en todas las cestas para obtener beneficio para sus cargos. Coincidimos con ellos en los grandes proyectos, pero ellos han optado por Bildu, es decir, por no construir, y serán responsables de lo que suceda.
– ¿Es inevitable que Bildu gobierne Gipuzkoa y municipios como Donostia o Errenteria?
– El PNV es el que podía y debía decidir y ha decidido que gobierne Bildu. Quien da terrenos o licencias para los grandes proyectos son los ayuntamientos, y el PNV ha decidido que gobierne Bildu por revanchismo contra el PSE-EE. Dice que no va a agredir a Bildu donde sea el más votado, pero si se puede agredir al PP en Álava, o al PSE-EE en Lasarte-Oria. Estoy esperando a ver si agrede a Zaballos en Lasarte-Oria como ha decidido no agredir a Izagirre en San Sebastián.
– ¿A qué se refiere cuando habla de revanchismo?
– Me refiero a la política general practicada por el Gipuzko Buru Ba-tzar del PNV, que es una vuelta a la política de Lizarra (acuerdo de 1998 entre los nacionalistas vascos y EB al calor de la tregua de ETA), en la que el bloque nacionalista excluye al no nacionalista para construir el país que quiere el PNV y en el que gobernará el PNV, por mucho que se lo crea Bildu.
– El candidato jeltzale, Markel Olano, les endosa a ustedes la responsabilidad de decidir quién gobierna Gipuzkoa.
– Escucho más atenta lo que diga Egibar, que es quien manda en Gipuzkoa y en el EBB.
– ¿Qué futuro dibuja para el territorio si gobierna Bildu?
– Lo veremos. Una cuestión es que Bildu gobierne y otra que los demás hagamos dejación de nuestras responsabilidades. Habrá que intentar que, al margen de las diferencias, siga lloviendo para abajo, continúen llegando las ayudas a los ayuntamientos para hacer frente a las demandas sociales, que se terminen las infraestructuras y que el empresariado y las organizaciones sociales tengan seguridad de que no va a haber grandes locuras.
– ¿Hay alguna posibilidad de que el PSE pueda acabar apoyando a Olano aunque no haya acuerdo mañana en los municipios?
– Eso se hace antes de mañana. O hay acuerdo municipal o no hay acuerdo.
Presidenta de las Juntas
– Se acaban sus cuatro años como presidenta de las Juntas de Gipuzkoa. ¿Qué balance hace?
– Positivo desde el punto de vista político. Me hubiera gustado que hubiese sido la legislatura de la paz, pero obviamente no lo ha sido, porque ETA permanece todavía tutelando el destino de todos. Pero hemos conseguido que ahora sean menos los que justifican la violencia para conseguir objetivos políticos, algo que consolida un proceso de paz y normalización.
– ¿Qué ha sido lo mejor de la legislatura?
– Haber conseguido la complicidad de partidos diferentes, la denuncia de otras violencias como la machista, y haber mejorado el grado de conocimiento ciudadano sobre la institución.
– ¿Y lo peor?
– Los asesinatos por ETA, como el de Inaxio Uria e Isaías Carrasco. Ver morir en la calle de Arrasate, junto a mi compañero Paco García Raya, a mi amigo Isaías, no es el peor momento de la legislatura, es el peor momento de mi vida.
– ¿Qué persona que ha conocido desde su cargo de presidenta le ha dejado más profunda huella?
– Clara Rojas (senadora secuestrada por las FARC de Colombia durante seis años), y Asun Casasola (madre de Nagore Laffage, víctima de violencia machista). Mi hija tiene una foto de Nagore en su habitación.
– También ha aprendido euskera.
– Yo no lo hablaba y ahora lo hablo y espero poder debatir algún día en euskera. Animo a todos. Es un enriquecimiento personal.
DIARIO VASCO, 10/6/11