DIARIO VASCO, 20/7/11
Enrique Pamiés, jefe superior de Policía en Euskadi, niega ante el juez las acusaciones por el caso Faisán
Debía ser un mero trámite de apenas unos minutos. El juez Pablo Ruz tenía que practicar la indagatoria a los tres imputados por el chivatazo. O lo que es lo mismo, comunicarles que desde la semana pasada están procesados por colaboración con banda armada por el soplo al aparato de extorsión de ETA en mayo de 2006. En el caso del exdirector general de la Policía Víctor García Hidalgo y del inspector de Vitoria José María Ballesteros fue así.
El representante de la Fiscalía, Carlos Bautista, se limitó a preguntarles si «comparten los fines de ETA» y ambos respondieron que no de forma tajante. Y ahí terminó el trámite.
Sin embargo, Enrique Pamiés, el jefe superior de Policía del País Vasco, quiso ir mucho más allá e hizo uso de su derecho a rebatir el auto de procesamiento. Y lo hizo con un alegato de 14 páginas que leyó ante el instructor Ruz y en el que defendió su inocencia y mostró su enfado por el hecho de que se le acuse de colaborar con ETA, cuando él, como recordó su abogado José María Fuster-Fabra, ha participado en la detención de casi medio millar de miembros de la organización armada y en la desarticulación de 50 comandos, convirtiéndose en el «policía en activo que más teme ETA».
«Soy un policía que he pasado 29 años luchando contra una organización terrorista, que he sacrificado mi vida y la de mi familia por defender mi patria», explicó durante su discurso en el despacho del titular del juzgado número 5. «He acudido a muchos entierros de compañeros y amigos, he perdido parte de mi salud por estar sometido a una tensión tal, que solo quien la ha soportado en los años más duros de la violencia terrorista puede entender», apostilló Pamiés, antes de confesarse «indignado» por el hecho de que «me acusen de colaborar con la misma ETA a la que tanto daño he hecho».
El mando policial acusado de haber sido la persona que a través de un teléfono móvil comunicó al supuesto recaudador de la organización, Joseba Elosua, la inminente operación contra la red de extorsión terrorista que se iba a desarrollar, aseguró ser «inocente» y víctima del «error jurídico y moral». Un error, continuó, que ha supuesto que la Audiencia Nacional haya creído «acríticamente» el informe del equipo investigador que lideraba Carlos Germán, cuestionado por la cúpula de la Policía.
«¿Durante cerca de dos años he estado colaborando con ETA? Debo ser el mejor agente doble de la historia reciente», afirmó con sorna el imputado, antes de arremeter con dureza contra los investigadores que le han llevado al banquillo de los acusados. «Probablemente nunca se llegará al descubrimiento total de los hechos como realmente se produjeron y, con ello, a los verdaderos autores de los delitos», afirmó el policía, quien acusó al equipo de Germán de haber investigado como mucho el 30% del caso, cegando la posibilidad de que se conozca toda la verdad.
Según Enrique Pamiés, los investigadores solo han tirado de «un hilo de la madeja» siguiendo «intereses políticos y mediáticos».
«Ansias de triunfo»
Para el procesado, el equipo encargado de la investigación, además de no haber analizado bien el chivatazo, impidió que el golpe al aparato de recaudación de ETA fuera mucho más potente.
Así, explicó que «la operación Urogallo (denominación policial del caso Faisán) jamás hubiera supuesto la desarticulación del entramado financiero de ETA. Solo se hubiera acabado con una rama del tronco central, que todas las fuerzas de seguridad que trabajan en Euskadi conocían. Sí que se hubiera podido llegar más allá, pero las ansias de triunfo de un grupo de funcionarios y una pésima dirección hizo que esa operación se adelantase» impidiendo «resultados más efectivos».
El abogado de la defensa Fuster-Fabra, a la salida del juzgado, insistió en las críticas al inspector Germán. «Aquí se ha cogido una verdad oficial, y se ha cogido unos culpables perfectos, Pamiés y Ballesteros por el cargo que ocupan y porque de esta manera desvían la atención de otras posibilidades», explicó el letrado en referencia al equipo investigador cuestionado por su defendido.
DIARIO VASCO, 20/7/11