Rogelio Alonso, EL COMERCIO.ES, 2/7/11
- «La debilidad operativa de la banda contrasta con el refuerzo obtenido con la presencia de Bildu en las instituciones»
- Rogelio Alonso Profesor de Política en la Universidad Rey Juan Carlos
Más de un centenar de policías escucharon ayer atentamente la ponencia de Rogelio Alonso (Calatayud, 1970), profesor titular de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos, encargado de analizar el terrorismo islamista en España. Fue en el marco del Primer Curso de Terrorismo organizado por la Confederación Española de Policía en el Principado.
-¿Qué ha cambiado en España tras la masacre del 11-M?
-La actividad yihadista sigue siendo intensa en nuestro país. Han aumentado las detenciones, hay un significativo número de personas que han sido sentenciadas, pero España sigue siendo blanco de este tipo de violencia por diversos factores.
-¿Por ejemplo?
-El primero es que España figura en la propaganda yihadista como Al Ándalus, además de sus reivindicaciones como Ceuta y Melilla. La actividad de otras organizaciones, como Al Qaeda en el Magreb, también contribuye a que España siga siendo blanco. Pero no solamente son organizaciones como Al Qaeda las que identifican España como objetivo, sino también otras que se han radicalizado. Es decir: hay una confluencia de factores que hacen que España todavía sea blanco de la violencia y hay evidencias que demuestran que todavía hay una actividad intensa en nuestro país.
-¿Cuál es el riesgo de que se produzca algo así de nuevo?
-No puedo cuantificarlo, pero es importante subrayar que, con motivo del 11-M, hubo una simplificación distorsionadora del fenómeno. Se identificó erróneamente que la causa del 11-M era el apoyo español a la intervención en Irak. Eso es una manipulación, una distorsión y una simplificación. Había una amenaza yihadista antes del apoyo a la intervención en Irak y después. Una vez que las tropas españolas fueron retiradas, la amenaza se mantuvo. Es decir: las causas de la amenaza son otras. La intervención en Irak sirvió para profundizar el proceso de radicalización, pero no fue en absoluto la causa. Si lo hubiese sido, hoy no estaríamos hablando del terrorismo yihadista.
-¿Pilló el atentado a los servicios de información con el pie cambiado?
-Sí es cierto que la preocupación fundamental era el terrorismo de ETA, pero sí que había una conciencia de que podía ocurrir ese tipo de atentado. Hay declaraciones de Aznar sobre que había células durmientes y sobre que cualquiera podía ser su objetivo. Y en octubre de 2001, después del 11-S, se produjo lo que se consideró la primera desarticulación de una célula de Al Qaeda en España. Se veía que había una preocupación y una actividad contra ese tipo de acciones.
-¿Estamos ahora más seguros?
-Ha habido un reforzamiento, se han incrementado las capacidades de inteligencia y se intenta mejorar la coordinación y la cooperación. Sí se han tomado medidas para adaptarse mejor al fenómeno, pero hay trabajo que hacer y es muy complicado prevenir este tipo de actividad terrorista.
-¿Cuál es el talón de Aquiles?
-No hay una suficiente concienciación del riesgo que entraña la expansión del islamismo radical. Es decir: la preocupación de los Estados no debe ser solo alterar las actividades de las redes y detener a los activistas: la acción debe ir también orientada hacia otro ámbito, como está ocurriendo también en el Reino Unido. Ese es un aspecto esencial en el que se debería hacer más de lo que se hace. Y una de las cosas que se pueden hacer es aumentar esa concienciación de que estamos ante un problema.
-¿La muerte de Bin Laden ha cambiado este panorama?
-Tiene una importancia como símbolo, como icono para el movimiento, pero hay diferentes opiniones sobre si su papel operativo era aún relevante o no. Lo que sí parece procedente pensar es que hay personas que pueden intentar vengar su muerte.
-¿Se acerca el final de ETA?
-Insistir en que ETA está acabada es un error. Dependerá del tipo de política antiterrorista que se aplique. Y, por lo tanto, nadie puede predecir si su final está más cerca o más lejos. Lo que se puede asegurar es que ETA está operativamente debilitada, pero eso no quiere decir que su final esté cerca. Porque, desgraciadamente, conocemos por su documentación interna que sigue teniendo voluntad de no desaparecer. Además, aunque esté debilitada operativamente, ha obtenido un refuerzo muy importante con la presencia de Bildu en las instituciones, porque es obvio que Bildu es un instrumento de la estrategia de ETA. Así lo corroboran las pruebas policiales, que son las que valoró positivamente el Supremo para dictar que la formación no debía ser legalizada, algo tremendamente contraproducente.
-Hay dirigentes históricos que hablan de acabar con la violencia.
-Lo que diga Arnaldo Otegui no es en absoluto relevante porque, en el pasado, decía que sus organizaciones eran autónomas de ETA, que no tenían ninguna relación. ¿Por qué tenemos ahora que creerle cuando dice que ha roto con ETA?
-¿Rubalcaba pasará a la historia como el azote de la banda?
-Es el ministro de Interior de un Gobierno que ha sido muy eficiente en la detención de terroristas, pero, al mismo tiempo, en su mandato ETA ha vuelto a las instituciones.
Rogelio Alonso, EL COMERCIO.ES, 2/7/11