Paqui Hernández, viuda de Eduardo Puelles, espera que, de confirmarse la participación de los detenidos en el atentado contra su esposo, «lo paguen hasta el final de sus días». «Quiero ver qué dicen ahora los representantes de Sortu; seguro que no se alegran de las detenciones», declara.
«¿Para qué? ¿Qué han conseguido matando a mi marido?». Esa es la pregunta que a Paqui Hernández, viuda de Eduardo Puelles, le gustaría hacer cara a cara a los etarras que asesinaron al policía nacional. No se considera una persona valiente, pero si algo tiene claro es que «es más duro no saber quiénes son». El dolor «no desaparece nunca», se sincera. Ayer, el reloj apenas marcaba las siete de la mañana cuando se enteró de las detenciones practicadas por la Guardia Civil: cuatro presuntos miembros ‘legales’ (no fichados) de ETA, sospechosos de ser miembros del comando que asesinó a Eduardo aquel 19 de junio de 2009 en Arrigorriaga. Su cuñada, hermana de Eduardo, la llamó por teléfono para comunicarle la «buena nueva». «Contestó mi hijo pequeño -tiene dos-, que se había levantado para ir a clase, y en seguida me despertó para contármelo», relata. Paqui mantiene por ahora una alegría contenida. Prefiere ser prudente y esperar a que se confirme que los arrestados participaron de alguna forma en el atentado de su marido antes de hacerse «ilusiones». Aún así, tiene muy claro que la noticia es ya de por sí «muy positiva».
– ¿Cómo se siente?
– Lo que tengo son sentimientos encontrados. Estoy contenta, aunque, al igual que mis hijos, a la espera de lo que vaya a pasar a partir de ahora.
– Al parecer, existen bastantes indicios de que los arrestados puedan guardar relación con el atentado.
– Si fueron ellos, espero que paguen lo que hicieron hasta el final de sus días, que les encierren cuanto antes en la cárcel y tiren la llave. No creo en la reinserción de las personas que planifican con tiempo, esperan y, después, matan a sangre fría a una persona por lo que ellos dicen son objetivos políticos. No merecen convivir con los demás, como si nada hubiera pasado. Lo que me gustaría saber es cuántos años van a estar en prisión. Imaginarme que mis hijos puedan dentro de un tiempo encontrarse en la calle con quienes quitaron la vida a su padre es una humillación horrible.
– ¿Llega uno a perder la esperanza de que, de repente, un día le digan: podríamos tener a los asesinos?
– La esperanza nunca se pierde porque sabes que es algo que en cualquier momento puede pasar. Mi marido se dedicaba en cuerpo y alma a ello -era inspector de la lucha antiterrorista-, por eso soy consciente de que era algo difícil, pero no imposible.
– ¿Qué es lo primero que se le pasó por la cabeza al recibir la noticia?
– La verdad es que lo primero que he pensado es que quiero verles la cara, conocer quiénes han sido los que asesinaron a Eduardo, porque por muy duro que sea, lo es más no saber quiénes son. Les preguntaría: ¿para qué?, no ¿por qué? Ese sentimiento lo tengo desde el primer día. No hay nada que justifique algo así. ¿Qué han conseguido? ¿Han logrado la independencia matando a mi marido? Dicen siempre que matan por una causa política, pero no es cierto.
Paqui, que bajó a la calle al escuchar el estruendo de la deflagración y fue testigo de los últimos minutos de agonía de su marido, ha defendido desde la misma mañana del atentado que las personas que ofrecieron información a ETA para que asesinara a Puelles residen en su barrio, La Peña, uno de los más castigados por la lacra del terrorismo. «En mi portal, en los de al lado o en una calle cercana», mantiene. De ahí, que considere que además de los cuatro detenidos de ayer «hay alguien más que colaboró» con la banda para que colocaran e hicieran estallar la bomba del vehículo del policía nacional a la hora exacta en la que se dirigía a su puesto de trabajo. «Es una cosa que se me ha quedado ahí. Estoy segura», afirma tajante.
«Vivir con dignidad»
La operación de la Guardia Civil se produce en un contexto concreto: tras el anuncio del «alto el fuego permanente» de ETA y la apuesta de Batasuna por las vías «exclusivamente democráticas». La viuda de Puelles se congratuló ayer de que, «gracias a Dios», esta situación no haya influido en la lucha antiterrorista. Pese a todo, no esconde su escepticismo ante el nuevo escenario e incluso va más allá: «me gustaría ver qué dicen ahora los representantes de Sortu. Seguro que para ellos hoy -por ayer- es un día triste y que no se alegrarán de que detengan a terroristas», expresa, en alusión a la nueva marca de la izquierda abertzale. Paqui tiene claro que el partido, cuya legalización está en manos de la Justicia, lo componen «los mismos de siempre». Por eso, no duda en lanzar un reproche al PNV. En concreto, a su presidente, Iñigo Urkullu. «Es patético que pida su legalización para poder formar Gobierno otra vez con unos asesinos después de las elecciones», censura. En esta línea, la viuda de Puelles insta a Sortu a «no contar milongas» porque, según critica, sus «únicas» pretensiones son «lucrarse», llegar a los ayuntamientos y tener «más información, dinero y prestaciones» para «seguir en lo suyo».
Josu Puelles, hermano de la víctima, también tenía ayer sus dudas acerca de que el «horizonte expectante» abierto tras la tregua de ETA pudiera «dificultar las detenciones» de miembros de la banda. «Contento y aliviado», de que «no haya sido así», reconoce que es un momento «de muchas emociones» para su familia. «Me ha dado un vuelco el corazón, como el día del asesinato. Se trata de emociones diferentes, sensaciones diferentes y sentimientos diferentes», comparte. Josu describe el momento que atraviesan los suyos como «perturbador». Prefiere ser «cauto y no lanzar las campanas al vuelo hasta que se produzca la confirmación oficial por parte del Ministerio del Interior sobre la participación de los detenidos en el atentado que acabó con la vida de Edu». De ser así, admite, «sería un paso más para llevar el duelo y vivir con dignidad el resto de nuestros días».
«Una buena noticia»
Josu, que en cualquier caso consideró que la operación de ayer fue «una buena noticia», quiso felicitar a «todos los que están luchando porque la democracia y el Estado de Derecho se impongan sobre el terrorismo», al tiempo que subrayó que la «dignidad» de las víctimas del terrorismo deberá «ser refrendada» por la Justicia. «Espero que caiga sobre los terroristas la mayor condena» de las recogidas en el ordenamiento jurídico, «sin ningún tipo de beneficio penitenciario», expresó.
Puelles aprovechó, asimismo, para dirigirse «al mundo sociológico y político de ETA» para recordarles que «cada día que pasa es un día que pierden para demostrar fehacientemente que están por la labor de apostar por las vías pacíficas, democráticas y políticas». «Este es un buen momento para que se unan a los verdaderos demócratas y se alegren por la detención de estos terroristas, si es que realmente están por la labor de que ETA desaparezca de este país», concluyó.
EL CORREO, 2/3/2011