En la ilegalizada formación separatista Batasuna se ha extendido la convicción de que el terror es contraproducente para sus propios objetivos. Los líderes del partido han dado a entender vagamente su distanciamiento hacia las estrategias de violencia. Sin embargo, no se han atrevido hasta la fecha a condenar el terror.
El gobierno socialista recibió con cautela la noticia y temen una trampa de los separatistas vascos. ¿Una estrategia para comprar tiempo y vencer así una fase de debilidad?
Cuando ETA anunció el domingo que no quiere usar más las armas en su lucha por la independencia del País Vasco, la noticia no fue recibida con caluroso entusiasmo en Madrid. Especialmente en el gobierno. En los últimos veinte años, cada vez que socialistas o populares bajaban en sondeos y encuestas, el ministro del Interior que estuviera de turno llamaba a las cámaras de televisión a una intempestiva conferencia de prensa, y anunciaba que la organización armada separatista vasca había sido descabezada. Se podía mostrar imágenes de jóvenes, generalmente apuestos, etarras. Es por ello que ante el anuncio de la cúpula independentista vasca, la reacción de las fuerzas de seguridad del presidente de gobierno socialista José Luis Rodríguez Zapatero haya sido expresar su temor de que la “renuncia a la violencia” sea una trampa etarra. El gobierno considera la jugada una artimaña para hacer reversible la ilegalización del partido y poder concurrir así a las elecciones autonómicas en primavera (boreal) de 2011.
En las imágenes grabadas del anuncio se ve a tres personas, vestidas de negro, con capuchas no tan diferentes de las que hicieron famoso al Ku Klux Klan norteamericano sudista, pero en este caso las cabezas van bien cubiertas por boinas nacionalistas vascas. Ubicada en el centro, una voz de mujer lee un comunicado, redactado en vasco, en el que ETA proclama que ha elegido “no llevar a cabo acciones armadas ofensivas”.
Fuentes del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y del opositor Partido Popular reaccionaron con cautela y aun con fastidio. “Absolutamente insuficiente”, dijo tajante el consejero del Interior del gobierno en País Vasco, Rodolfo Ares.
La renuncia a las armas (mejor, a las acciones armadas) queda rezagada con respecto a lo exigido por el Ejecutivo, que requiere deposición incondicional y definitiva de las armas. Por cierto, tampoco es imprudente ETA: en su declaración unilateral ni menciona una entrega de los fierros. Tampoco está meridianamente claro cuánto durará el supuesto cese del fuego.
Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior, enfatizó hace poco que ETA no estaba dispuesta a deponer las armas. Las fuerzas de seguridad creen que el anuncio es otra estrategia de ETA, para comprar tiempo y vencer de este modo una supuesta fase de debilidad. La cercanía de las próximas elecciones municipales, que se celebrarán en mayo de 2011 en el País Vasco y el resto de España, hace difícil no vincular el video etarra con esos comicios a los que no se puede presentar Batasuna (Unidad), su brazo político, ilegalizado en 2003 por la Justicia española. La postura del gobierno central la comparte el Ejecutivo vasco presidido por el también socialista Patxi López. “Queremos mucho más y mientras tanto vamos a mostrar la misma firmeza democrática con las herramientas del estado de derecho. Eso es lo que quiere la sociedad vasca”, dijo el martes en una entrevista difundida por la televisión y la radio públicas vascas.
En las tres últimas décadas la organización declaró 11 treguas que aprovechó para reforzar su estructura interna y rearmarse. Actualmente ETA se encuentra en uno de sus peores momentos, al menos según los expertos. Las últimas acciones se remontan a hace ya más de un año. Rubalcaba gustó de asegurar que el hecho de que “no perpetrara atentados” no se debe a que no quiso, sino a que no pudo. Curiosamente, la BBC británica fue la primera el domingo en anunciar la última tregua de ETA. Un periodista inglés lo recibió de una fuente, en la parisina Gare du Nord. El diario vasco Gara, lugar habitual al que la organización independentista armada envía sus comunicados y reivindica sus acciones, llegó después.
Varios miembros de la organización condenados renegaron en prisión de ETA, entre ellos también Idoia López Riaño, conocida como “La Tigresa”, que era considerada la “más sanguinaria” de ETA y que fue condenada a 2.000 años de prisión por 23 asesinatos.
En la ilegalizada formación separatista Batasuna se ha extendido la convicción de que el terror es contraproducente para sus propios objetivos. Los líderes del partido han dado a entender vagamente su distanciamiento hacia las estrategias de violencia. Sin embargo, no se han atrevido hasta la fecha a condenar el terror o romper sus vínculos con ETA. Aun así, el viernes pasado Batasuna llamó a ETA a un cese del fuego.
En los últimos cuatro años la policía detuvo a 400 presuntos miembros de ETA, lo que obligó a la organización a renovar seis veces la cúpula porque habían sido detenidos los principales cabecillas. Esto suponiendo, desde luego, que la interpretación ofrecida por el gobierno acerca del organigrama de ETA fuera la correcta. A eso ha de sumarse el aumento de la distancia que ponen los políticos separatistas radicales hacia ETA, por considerar que su lucha no tiene ya sentido en los términos de 1968.
(Alfredo Grieco y Bavio es editor de la sección de Internacional del diario Crítica de la Argentina y profesor de filosofía de la Universidad de La Matanza)
Alfredo Grieco y Bavio, VEINTITRÉS (Argentina), 9/9/2010