Poesía
Al fin el atentado fué suicida,
aunque con estrategia de cuclillo:
matan en un lugar gente a porrillo
y luego, en otro, acaban con su vida.Doscientos muertos fácil no se olvida,
pero por un momento eso lo orillo,
y digo que de cientos a sencillo
era la apuesta por ellos concebida.¿Por qué si se casaban con la muerte,
no celebran la boda entre los trenes?
Otras veces querían probar suerte:
con más bombas, ¿más paraíso obtienes?
En nuestra candidez está su fuerte:
no matan por envidia de los bienes.
Mikel, 7/4/2004