Tonia Etxarri, EL CORREO, 25/4/12
Los socialistas, cuando gobernaban, insistieron hasta la saciedad en que la oposición debía «arrimar el hombro» y alinearse con el Gobierno a la hora de establecer un plan contra una crisis que tardaron más de dos años en reconocer, para dejar, después, el ‘regalito’ de la ocultación de los dos puntos del desequilibrio fiscal. Pero desde la oposición ya no se acuerdan de utilizar ese recurso metafórico para admitir que, ante el ‘Gran Hermano’ europeo que nos vigila sin descanso, sería recomendable ofrecer una imagen de refuerzo parlamentario.
Rubalcaba ni se acuerda del hombro. Mucho menos de arrimarlo, que bastante le costó ya votar a favor de la reforma financiera. Si con la ley de estabilidad presupuestaria los socialistas se cerraron en banda por las cuatro décimas de diferencia que tanto dieron qué hablar, ayer el desencuentro parlamentario se daba por descontado. Centrado en marcar una fosa de distancia entre su banquillo y el del Gobierno, el líder de la oposicion se recreó usando palabras gruesas al tildar los recortes sanitarios de «xenófobos». Por lo tanto, con ese trato dispensado al Ejecutivo de Rajoy, como si enfrente tuviera a los primos políticos de la señora Le Pen, no cabía perder el tiempo en brindis al sol con llamadas al diálogo. Las hizo, seguramente para que constara en acta parlamentaria. Pero su intención era desautorizar los Presupuestos, sin esforzarse en contrastar con propuestas concretas al estilo de CIU, aventurando que el Gobierno no logrará cumplir con el compromiso del déficit impuesto por Europa.
Muy distinto Durán i Lleida, crítico con muchos recortes, pero mostrando su habitual actitud constructiva al decir, con su enmienda a la totalidad en la mano, que reconoce que en una situación excepcional y de emergencia hay que decidir medidas que nos eviten el rescate. O el de UPYD, que quiso poner el dedo en la llaga. ¿Se atreverá este Gobierno a poner en vereda a las comunidades autónomas deficitarias? Y un paso más allá: ¿Se atreverá a refundar el Estado? La pregunta del millón. Rosa Díez piensa que no. Y no es la única. Al ministro Montoro no le pareció serio que la diputada aprovechase los Presupuestos para plantear la reorganización del Estado de las autonomías. Y esa contestación enojó tanto a la diputada que endureció el tono en exceso al escenificar su enfado.
Desde el PNV, Azpiazu ofrecía colaboración «no gratuita» a cambio de un intercambio de negociaciones. No queda mucho margen para el desmarque en aquellas fuerzas que quieran ofrecer una imagen mas constructiva que la de la movilización callejera. La crítica, desde luego, a la falta de dialogo, como se quejaba CIU. O reclamar medidas en favor del crecimiento como complemento de los recortes, como declaró el vicepresidente de la Comision Europea, Antonio Tajani, a Melchor Miralles cuando le explicaba que Rajoy está haciendo bien las cosas. Si el propio comisario europeo, Joaquín Almunia, ha declarado que «el programa de ajustes y reformas que realiza España es el camino a seguir», ¿habrá que pensar que hay dos fórmulas en el socialismo para afrontar esta crisis?
Tonia Etxarri, EL CORREO, 25/4/12