Antonio Casado, EL CONFIDENCIAL, 30/6/2011
De modo que, mientras los nacionalistas vascos no decidan otra cosa cuando llegue la votación del techo de gasto no apuesten ustedes por elecciones anticipadas.
En la síntesis del día después del extraño debate sobre el estado de la Nación, dos referentes fijos del análisis. Uno es la despedida parlamentaria de Zapatero. El otro es un ingrediente ideal en el caldo de cerebro: apuestas sobre la fecha de las próximas elecciones generales. Y por eso no se habla de otra cosa, como diría aquel. Dediquémosle un turno. Adelanto que la llave la tiene el PNV. O Rubalcaba, en su caso.
Como luz de posición, atención al cruce del casi ex presidente del Gobierno con el portavoz del PNV, Josu Erkoreka. En versión reducida: “¿Para cuándo las elecciones?”, preguntó el diputado nacionalista. “Usted mismo, oiga, no lo pregunte como si no tuviera nada que ver”, respondió Zapatero. Excelente pasaje para atenerse a la cuestión. Sin el apoyo del PNV, elecciones en noviembre. Con apoyo del PNV, elecciones en marzo, cuando toca. Erkoreka añadió: “el PNV atenderá las iniciativas del Gobierno con la responsabilidad de siempre”.
De modo que, mientras los nacionalistas vascos no decidan otra cosa cuando llegue la votación del techo de gasto no apuesten ustedes por elecciones anticipadas.
El estupor de Erkoreka por estar jugando sin saber “cuánto queda de partido” era instrumental. Nos preguntamos, entonces, si el PNV está por la labor de prolongar lo que Rajoy llamaría “esta calamidad”. No parece tener prisa en hacerle el pasillo a un PP con probable mayoría absoluta si las elecciones se convocasen ya. Lo demostraron en la reciente votación sobre la negociación colectiva y lo volverán a demostrar –silencio, se negocia- con el techo de gasto presupuestario que, por cierto, el Gobierno aún no ha remitido al Congreso. Otra buena razón los nacionalistas de Iñigo Urkullu para no provocar el adelanto: Bildu les haría perder su grupo parlamentario en el Congreso.
La otra variable es el vicepresidente y ministro del Interior, Pérez Rubalcaba, que dentro de unos días, en el Comité Federal del 9 de julio, será proclamado oficialmente candidato socialista a la Presidencia del Gobierno. Si, como parece, el PNV está dispuesto a ser el costalero parlamentario de Zapatero, ya sólo quedaría el aspirante socialista a la Moncloa como el que tiene de hecho el poder de determinar una disolución anticipada de las Cortes en función de sus intereses o los de su partido.
Al servicio de esos intereses ya se ha puesto Zapatero, como es lógico. Solo adelantaría las elecciones –en caso de no estar forzado por la pérdida de apoyo parlamentario- si se lo pidiera el todavía número dos del Gobierno ¿Y qué le interesa a Rubalcaba? Ganar tiempo. Tiempo para completar su ronda por las organizaciones territoriales del PSOE, presentarse en sociedad, forjar su propia causa electoral (entre el cambio y la continuidad, difícil lo tiene) y hacerse el encontradizo con Rajoy, al que gana de calle en las encuestas de valoración de líderes.
De modo que, mientras los nacionalistas vascos no decidan otra cosa cuando llegue la votación del techo de gasto (pleno del 12 de julio o del 19 de julio, los dos únicos que quedan antes de las vacaciones, con probable rebote en el Senado y vuelta al Congreso) no apuesten ustedes por elecciones anticipadas. Y menos después del alivio griego y la caída de nuestra prima de riesgo por tercer día consecutivo.
Antonio Casado, EL CONFIDENCIAL, 30/6/2011