Casimiro García-Abadillo, EL MUNDO, 21/10/11
Mucha gente se sentirá hoy contenta, feliz. ETA ya no volverá a matar. Las teorías, las interpretaciones, pensarán, son lo de menos. Concluye casi medio siglo de terror.
No les voy a aguar la fiesta. Tan sólo quiero que la euforia no nos nuble el entendimiento. Que el deseo de paz no nos haga ciegos ante lo que, de verdad, tenemos frente a nosotros.
ETA ha sido fiel a su propia hoja de ruta. Ha marcado los tiempos con precisión de relojero. Ha hecho lo que quería hacer y cuando lo ha querido hacer.
Lo más increíble de todo es que ETA ha vendido como un triunfo lo que debería ser una gran derrota.
Vayamos a los tiempos. La esperada declaración se produce justo a unmes de las elecciones generales. Por tanto, los terroristas han actuado pensando en el 20-N. Creen, con razón, que el comunicado ayuda a que Bildu logre un resultado que le permitirá convertirse en el partido clave para cualquier solución futura en el País Vasco.
Eso lo hace con el beneplácito de los socialistas y del PNV, que han legitimado con su presencia la Conferencia/farsa de San Sebastián. Tanto unos como otros quieren salir en la «foto de la paz», protagonizar lo que creen que será un hecho histórico.
Pero ETA no ha declarado su final. ETA ha decidido «el cese definitivo de su actividad armada». No su disolución, no la entrega de las armas.
Los terroristas no sólo no renuncian a su pasado, no sólo no se avergüenzan de él, sino que lo ensalzan: «La lucha de largos años ha creado esta oportunidad». Y, lo que es peor, emplazan a «un proceso de diálogo directo» a los gobiernos de España y Francia.
Ayer, el presidente del Gobierno y el candidato socialista coincidieron en valorar el comunicado de ETA como «un triunfo de la democracia». El líder de la oposición, Mariano Rajoy, lo calificó como «una gran noticia», porque se ha logrado «sin ningún tipo de cesión política».
Tanto Zapatero como Rubalcaba se cuidaron de apuntarse el tanto y recordaron la lucha de todos los gobiernos contra ETA.
Conclusiones:
1º ETA ha anunciado el «cese definitivo» de su actividad, pero no su desaparición.
2º Bildu será la gran beneficiaria política de este comunicado. Lo veremos el 20-N.
3º Zapatero logra (de momento) su sueño: pasar a la Historia como el presidente que puso las bases para el final de ETA.
4º Rajoy recibe una herencia envenenada. Es a su Gobierno al que ETA va a exigir que se siente a negociar y que ponga en libertad a los presos.
5º Las víctimas del terrorismo hubieran preferido una rendición, no un final, en el que, como decía Rufi Etxeberria, «todos aparecen como vencedores».
Casimiro García-Abadillo, EL MUNDO, 21/10/11