¿Intervenidos?

Santiago González, EL MUNDO, 4/6/12

No es muy buena señal que los grandes empresarios recurran a la épica. El mundo del dinero tiende más a expresarse en prosa, a veces sin saberlo. La épica es más cosa de obreros, que tienen una tradición: la Comuna de París, la Varsoviana, las escaleras de Odessa. Los grandes empresarios son más de Keynes: «Nada hay más tímido que un millón de dólares», y eso no lo enmienda ni Bertolucci. Por eso hay que desconfiar cuando un banquero como Fainé se dirige a Rajoy, citando a Churchill, aunque lo más probable es que en realidad estuviese citando a Edward Gibbon, que era a quien Churchill copiaba sus frases más redondas. Y le dijo: «No os rindáis nunca, nunca, nunca». Rajoy proponía ayer que la UE, que ya quitó a los Estados miembros la soberanía en política monetaria, recabe también la otra gran herramienta económica: la política fiscal. Aceptamos la intervención para ahorrarnos los aspectos más dolorosos y humillantes del rescate.

Ahora resulta que Merkel ya le había pedido a Zapatero en 2010 y 2011 que solicitara el rescate. Las resignadas protestas de virtud de Rajoy tienden más a la melancolía que a la épica: «Ahora sí que estamos haciendo los deberes. Sólo falta que nos los aprueben». Casi nada. Un informe de la CE advierte de que nuestra prima de riesgo puede llegar a los 650 puntos, y el portavoz del PP en la Comisión de Exteriores del Congreso ha empezado a poner vendas antes de que caigan las pedradas: tampoco sería el Apocalipsis; total, algunas medidas duras, como bajar las pensiones y el sueldo a los funcionarios. «Y revisar el Estado autonómico, claro, que es lo caro que tenemos».

Acabaremos viendo a los nacionalismos defender cerradamente la soberanía española frente a la autoridad comunitaria. ¡Ay, ese pacto fiscal que tanta guerra viene dándole a CiU! ¡Ay, esas vacaciones fiscales y otras canonjías del régimen foral, que en los últimos 30 años han venido disfrutando los nacionalistas vascos! Invocar la disposición adicional primera, «es que la Constitución Española ampara y respeta nuestros derechos históricos», y el hecho diferencial frente a un burócrata de la UE les haría añorar con gran melancolía aquellos buenos viejos tiempos en los que estas cosas las discutíamos con los acomplejados –y a menudo necesitados– gobernantes españoles.

Esto sería también una cierta ventaja para el Gobierno de España, éste y cualquier otro. Es lo mismo que le pasaba en El Padrino a Fredo Corleone, con una mujer aficionada a ponerse, y ponerle, en evidencia a gritos, en presencia de toda la familia. En una de estas ocasiones, un sicario se acerca a Fredo y le susurra: «Dice Michael que si no eres capaz de taparle la boca, que lo haga yo», a lo que Fredo responde con cara de intervenido y una cierta expresión de alivio: «Me parece mejor». ¿Intervenidos?

Santiago González, EL MUNDO, 4/6/12