Estremece leer declaraciones como las de que «con la muerte de Bin Laden se ha hecho justicia a las víctimas del 11-M» proferidas por políticos: ¿tal es el concepto que tienen de lo que es ‘hacer justicia’, algo parecido al ojo por ojo? ¿Puede utilizarse a las víctimas como coartada moral para la injusticia?
Podemos conceder por el momento el beneficio de la duda a lo que púdicamente se ha denominado ‘liquidación’ de Osama Bin Laden, puesto que cabe la posibilidad de que las fuerzas militares que lo mataron tuviesen orden de intentar en primer lugar detenerle. Más bien dudoso, pero no puede rechazarse a priori tal explicación. Pero a lo que no cabe conceder beneficio alguno, porque la OTAN ni siquiera se molesta en adornarlo, es a la cacería contra el hombre desencadenada en Libia, en la que se lanzan cohetes contra casas civiles y se mata a inocentes y niños con la única explicación de que se trata de abatir a un sanguinario dictador.
De nuevo nos encontramos, como ya sucedió en Kosovo, con una organización militar cuyos esfuerzos están embarrancando y que, para intentar salir del impasse, no duda en recurrir a métodos totalmente ilegítimos y contrarios a los más elementales principios. En aquel caso, la OTAN acabó bombardeando la televisión estatal yugoslava y asesinando a civiles porque había que doblegar la resistencia serbia. Ahora se dedica a perseguir con sus misiles a Gadafi en su propia casa, muera quien muera.
Este tipo de comportamientos y, sobre todo, la estólida superioridad moral con que se asumen en Occidente, hace mucho más daño a la causa de la democracia que los dictadores o terroristas locales. Para el ‘otro mundo’, la doble vara de medir de que Occidente hace gala en su actuación, según sea la filiación, nacionalidad y raza de los culpables, es odiosa y encubre un prejuicio étnico evidente. Y para nuestro propio mundo, este tipo de comportamientos entrañan una subversión terrible (por muy complaciente que se muestre la opinión pública) de nuestra propia escala de valores. Estremece leer declaraciones como las de que «con la muerte de Bin Laden se ha hecho justicia a las víctimas del 11-M» proferidas por políticos de relumbrón en Madrid: ¿tal es el concepto que tienen de lo que es ‘hacer justicia’, algo parecido al ojo por ojo? ¿Puede utilizarse a las víctimas como coartada moral para la injusticia? ¿Matar justifica matar?
José María Ruiz Soroa, EL DIARIO VASCO, 4/5/2011