Julia Navarro, LA ESTRELLA DIGITAL, 7/6/2011
El problema es que tenemos un Estado por triplicado, de manera que todos los cargos y organismos públicos están triplicados, y a eso hay que añadir los propios de cada comunidad. O sea, tenemos un Estado con unos gastos desmesurados.
Tiene guasa que desde el PP se acuse de haber gestionado de manera manirrota a las comunidades autónomas que hasta ahora eran gobernadas por el PSOE.
En nuestro país, las comunidades autónomas, todas, e insisto en lo de todas, han gestionado el dinero público como si este creciera en el campo, como las margaritas, y no tuviera fin. Y mire usted por donde, entre las comunidades que más han gastado están algunas gobernadas por el PP. Por eso no es de recibo que ahora los populares se hagan de nuevas y anuncien a bombo y platillo que están alarmados por la herencia que van a recibir de manos socialistas. Sobre todo su escandalosa actitud, me refiero a la del PP, es aún más virulenta en Castilla-La Mancha donde los populares están provocando auténtica alarma presentando a esta comunidad como si estuviera en quiebra y a punto de echar el cierre.
Es evidente que es necesario y urgente que las comunidades autónomas se aprieten el cinturón, que ahorren, que eviten todo gasto superfluo, que desde luego abundan, y si me apuran que tengan un techo de gasto. En los últimos años hemos asistido al espectáculo de situaciones como las de pagar informes inexistentes o en algunos casos poco más que recortes de periódico, por parte de algunas consejerías a empresas amigas. O a la apertura de «embajadas» de las autonomías a lo largo y ancho del mundo. O a viajes de presidentes autonómicos acompañados por un séquito que para sí lo quisieran los presidentes de Gobierno. Por no hablar del gasto en coches, chóferes, tarjetas de crédito, escoltas, etc, etc, etc.
El problema es que tenemos un Estado por triplicado, de manera que todos los cargos y organismos públicos están triplicados, y a eso hay que añadir los propios de cada comunidad. O sea, tenemos un Estado con unos gastos desmesurados. Me parece a mí que la obligación del Gobierno y de los partidos del arco parlamentario es sentarse a consensuar cómo acabar con tanto gasto innecesario, y eso deberían de hacerlo sin demagogias y sin querer sacar réditos.
Que el PP dé lecciones de austeridad gobernando como viene gobernando en el País Valenciano, es cuanto menos el colmo de la desfachatez. Claro que las comunidades gobernadas por el PSOE han gastado lo que no tenían, pero exactamente igual que las del PP. Por eso, insisto en la necesidad de que los responsables políticos, si es que lo son, me refiero a responsables, en vez de gastar el tiempo en hacer electoralismo, se pongan a trabajar, a hacer presupuestos para ahorrar, y eso sí, que en ese ahorro no se lleven por delante el Estado del Bienestar. Porque me temo que hay muchos que quieren aprovechar para acabar definitivamente con el Estado del bienestar y dejar a los ciudadanos librados a su suerte, es decir exclusivamente al mercado. Pero esa es otra cuestión, la de hoy es que el PP debería de ser más discreto a la hora de señalar a los demás de los errores que ellos mismos han cometido.
Julia Navarro, LA ESTRELLA DIGITAL, 7/6/2011