“Todavía no es el momento de exigirle a ETA que pida perdón”

EL CONFIDENCIAL, 6/10/11

ENTREVISTA A FÉLIX PLACER, CURA ABERTZALE

Cada vez que se habla de los denominados “curas de ETA”, el nombre de Félix Placer surge indefectiblemente como paradigma. Él mismo saca el tema a colación, con ironía indisimulada, durante la entrevista: “A mí mismo se me ha acusado, falsamente, de pertenecer a ETA”. Profesor emérito de la Facultad de Teología de Vitoria-Gasteiz, Félix Placer fundó en 1976 la Coordinadora de Sacerdotes de Euskal Herria, de ideología abiertamente abertzale.

Y aun sigue en ello. El 21 de enero de este mismo año, el juez Santiago Pedraz lo citó en la Audiencia Nacional por haber sido el solicitante de los permisos administrativos para la marcha celebrada, el 9 del mismo mes en Bilbao, en favor de los presos de ETA. Durante esa manifestación, se mostraron retratos de miembros de la banda, lo que condujo a la Fiscalía a elevar una querella por enaltecimiento del terrorismo.

Ahora las ambiguas posturas de la iglesia vasca ante el terrorimo etarra regresan a la actualidad con la difusión, en exclusiva por parte de El Confidencial, de la carta remitida a los miembros de la Compañía de Jesús en el País Vasco por el provincial de la congregación en Loyola, Juan José Etxebarría.

Titulada “A los compañeros jesuitas ante el último comunicado de ETA”, esta carta recoge párrafos como el siguiente: “No siempre se ha entendido esta postura [por parte de los jesuitas] de la búsqueda de la paz. A veces hemos juzgado a los otros desde prejuicios ideológicos. Y algunas opciones y compromisos han costado a algunos compañeros nuestros desde amenazas de muerte, y tener que vivir con escolta, hasta un encarcelamiento injusto”. (Lea la carta en PDF).

El Confidencial ha intentado recabar opiniones sobre esta carta entre jesuitas vascos de cierta relevancia en el mundo cultural y académico: “Estoy en total desacuerdo con la carta, pero no es momento de echar más leña al fuego”, explica un jesuita para declinar la invitación. No hay que olvidar que la cúpula jesuita de Euskadi mantiene un estricto control sobre las opiniones que, sobre el conflicto vasco,  puedan difundir los miembros de su congregación a través de medios de comunicación o en libros de historia o pensamiento.Uno de los jesuitas que ha preferido no participar en este reportaje ha llegado a hablar de “censura previa”: “Me recomendaron no escribir nada sobre el tema o pasarlo antes por la supervisión de mis superiores”.

El sacerdote abertzale Félix Placer, sin embargo, sí acepta analizar el contenido de la carta de Juan José Etxebarría. Aunque no él es miembro de la Compañía de Jesús, la considera una excelente hoja de ruta. Con respecto a las víctimas de ETA, advierte: “Aun no es momento de exigirle a ETA que pida perdón”.

EL CONFIDENCIAL- ¿Cómo valora la carta de Etxebarría?

FÉLIX PLACER- Es un comunicado muy jesuítico, muy equilibrado. Me parece una manera de animar y proponer un camino a seguir justo, muy bien planteado.

EC- Las reacciones críticas, sin embargo, no se han hecho esperar. Sobre todo por el hecho de que equipara a las víctimas de ETA con las personas que atentaron contra ellas.

FP- Yo no acabo de verlo. En el párrafo que se refiere a las víctimas, habla de la reparación a todas las víctimas. Eso implica a todos. No hay ningún tipo de equiparación. Solo se refiere a todas ellas.

EC- Aparte de las víctimas de ETA, ¿a cuáles se refiere?

FP- Todo el mundo reconoce que ha habido víctimas por ambas partes.

EC- La Coordinadora de Sacerdotes de Euskal Herria (CSEH) ha sido muy criticada por su raíz evidentemente abertzale.

FP- Si por abertzale se entiende defender, proponer y disponer los derechos de Euskal Herria, la CSEH se podría llamar abertzale. Pero no en el sentido político, sino como identificación, defensa de los derechos individuales, como la vida, o los derechos colectivos de los pueblos.

EC- ¿La coordinadora es independentista?

FP- El pueblo tiene derecho a decidir lo que crea conveniente, democráticamente hablando, en ausencia de toda violencia. Estamos ya en ese momento, pienso yo. La identidad no implica independencia. Eso va a depender de la voluntad popular, sin ningún tipo de imposiciones.

EC- Es un momento de preguntas delicadas y repuestas contundentes. ¿Cómo valora que, en ciertas épocas, hubiera sacerdotes que se negaran a oficiar funerales para víctimas de ETA?

FP- En algunas diócesis, lo que se ha discutido es el lugar dónde hacerlos [los funerales]. En algunos lugares sí se ha denegado, porque no se consideraba el lugar más adecuado para ese acto concreto. Pero yo no tengo constancia de que nunca se haya denegado un oficio para ninguna víctima de cualquier tendencia o situación.

EC- ¿Cuando dice que el lugar de oficiar no era adecuado, a qué se refiere?

FP- Sé lo que me está recordando… Fue en Deusto, en una iglesia concreta de San Sebastián… [en 2001, a la familia de Gregorio Ordóñez se le negó celebrar un funeral de aniversario de su asesinato por parte de ETA, primero en la iglesia de la Sagrada Familia del barrio donostiarra de Amara, y después en la capilla del campus guipuzcoano de los jesuitas en Deusto]. El lugar apto es la parroquia a la que pertenece la persona que ha fallecido. Cambiar esa ubicación no sería pastoral. No era por la naturaleza de la víctima, sino por el lugar.

EC- Disculpe, pero si yo me muero mañana, sin ser víctima de ETA, no creo que ningún sacerdote vasco le negara a mi familia la posibilidad de oficiar mi funeral en cualquier parroquia.

FP- Sí, bueno, sí. Pero cuando era un funeral de una víctima de ETA o de una persona de ETA… Los funerales siempre se han hecho en el lugar que las personas o la institución creían más conveniente. Creo que en eso la iglesia vasca ha sido equilibrada. Pero en aquellas circunstancias había que verlo con más detenimiento…

EC- ¿Me podía citar algún caso concreto de un miembro de ETA al que se le haya denegado un funeral donde quisiera su familia?

FP- A mí no me consta ningún caso concreto que se haya denegado. Si se ha pedido, lo que pasa es que hay muchos casos en que no se ha pedido, se ha hecho con la normalidad y la objetividad que respeta la sensibilidad de las personas y la circunstancia.

EC- Asegura Jesús Bastante, autor del libro Los curas de ETA, que el 80% de los sacerdotes vascos son nacionalistas, y un 10% de ellos abertzales y simpatizantes de ETA

FP- A mí mismo, personalmente, se me ha acusado de pertenecer al entorno de ETA. Es falso totalmente. En los documentos de nuestra cordinadora siempre ha constado la petición de que ETA cesara en su lucha armada. Otra cosa es si deberíamos haber sido más contundentes, según otras personas. Pues claro. Cada uno tiene derecho a opinar según su modo de ver. Nosotros nos hemos conducido en este aspecto de acuerdo con la doctrina de la iglesia.

EC- Pero nunca han pronunciado ustedes, explícitamente, condenas a los asesinatos de ETA.

FP- Nosotros hemos pensado siempre que las condenas no llevan demasiado lejos. Se ha rechazado la violencia, se ha dicho con toda claridad que con la violencia no se llega a ninguna parte, que violencia solo engendra violencia, y, si se ha llegado ahora a esta situación [anuncio de abandono de la lucha armada por parte de ETA], en algo hemos contribuido.

EC- Cuando dice el provincial jesuita, “tenemos perdón que ofrecer”, ¿cómo lo interpreta?

FP- Se refiere a los jesuitas. Tenemos perdón que ofrecer. Son afirmaciones muy claras. Reparación. Hay gente que ha sufrido muchísimo, de una parte y de la otra.

EC- Yo llevo trabajando muchos años en Euskadi, conozco mucho a muchas víctimas del terrorismo etarra, y exigen el perdón. ¿Qué debe hacer ETA? ¿Debe pedir perdón por sus crímenes?  Porque son crímenes.

FP- Sí, sí, sí lo son. En efecto… Paul Ríos, el coordinador de Lokarri, dice que no hay que pedir perdón. Reconocimiento de la culpa, del daño hecho, sí. El perdón es un paso más, profundamente costoso. Desde nuestro punto de vista más evangélico, el perdón sería llegar a demostrar la auténtica profundidad de lo que significa una democracia en la cual no hay dificultad para pedir perdón cuando se ha hecho daño. Esto es a mi modo de ver. Cuando se ha hecho daño, hay que tener la valentía de saber pedir perdón porque se han hecho las cosas muy mal hechas.

EC- Pero usted me dice que va a ser difícil que los ex miembros y miembros actuales de ETA vayan a pedir perdón.

FP- El proceso va para largo. No podemos precipitarnos en exigir a ETA que pida perdón. Hay cosas pendientes. Mucho que hablar. La dificultad, no hay que ser ingenuos, es enorme. Lo sabemos todos. De un lado y de otro.

EC- Como sacerdote, me difiere usted mucho la palabra perdón, que es una palabra muy corta y muy evangélica.

FP- No es porque me falte deseo de que sea lo antes posible. Pero dada la situación política,  social, etcétera…, todo lo que se ha almacenado son muchos rencores, muchos dolores, muchas heridas, muchas cosas acumuladas. Eso no se desmonta con facilidad. Y yo tampoco pienso que debiera ser precipitada la exigencia de pedir perdón. Toda herida mal curada vuelve a reproducirse.

EL CONFIDENCIAL, 6/10/11