EL PAÍS 27/03/14
La Audiencia Nacional ha condenado a penas que superan los 120 años de prisión a cuatro de los etarras que participaron en el atentado con coche bomba contra el teniente coronel del Ejército de Tierra Pedro Antonio Blanco el 21 de enero de 2000. Esta acción supuso el fin de la tregua de la banda terrorista decretada en septiembre de 1998 y cuyo fin fue anunciado el 25 de noviembre de 1999. Los condenados –Ana Belén Egües Gurrutxaga, Iván Apaolaza, Gorka Palacios, Juan Luis Rubenach y Javier Abaunza- formaban parte del comando buruhauste (“quebradero de cabeza” en euskera). Según la sentencia, el 4 de enero de 2000 sustrajeron un Renault Clio al que cambiaron las placas de matrícula por otras falsas y cargaron con un artefacto compuesto de ocho o diez kilos de nitrato amónico y nitroglicerina activado por radio control.
Este coche bomba fue estacionado por todos o algunos de los condenados a la altura del número 4 de la calle Pizarra de Madrid, lugar en el que el teniente coronel Blanco era recogido habitualmente por un coche oficial para llevarlo a su trabajo en el cuartel general del Ejército. El explosivo estalló sobre las 8.05 del 21 de enero de 2000, cuando el militar estaba en la acera esperando al coche oficial. Pedro Antonio Blanco, de 47 años, falleció en el acto. Otros tres jóvenes, de entre 14 y 19 años, resultaron heridos.
Los terroristas se fugaron en otro Renault Clio, también con matrícula falsa, y al que también hicieron estallar para borrar sus huellas.
El 6 de noviembre de 2001 fue detenida Ana Belén Egües tras perpetrar un atentado con coche bomba en la calle Corazón de María de Madrid. En la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía y en presencia de un abogado, Egües relató “minuciosamente” la composición del comando y los diversos atentados cometidos por el grupo.
A raíz de la detención de Egües fueron registradas diversas viviendas en Madrid y Salamanca utilizadas por el comando para planificar sus atentados y almacenar armas y explosivos. En los registros se incautó diverso material para preparar atentados, así como la placa original del Renault Clio rojo con cuya explosión fue asesinado el teniente coronel Blanco. Además, se hallaron placas blancas sin troquelar y numerosas notas manuscritas, una de ellas de Egües, en la que se escribió la dirección del militar asesinado.