EL MUNDO – 08/09/14
· La Generalitat mantiene pese a la crisis las ayudas a los que utilizan el catalán.
Es un discreto círculo rojo con franjas blancas y enmarcado en un rectángulo, que simboliza la estrecha relación entre el Govern y los medios de comunicación catalanes. Todos los que reciben apoyo financiero de la Generalitat tienen la obligación de publicarlo en sus páginas web y en sus ediciones de papel. Ese símbolo es el escudo de la Generalitat, su logotipo.
Para las cabeceras como El Punt-Avui o Ara, la huella del apoyo económico del Gobierno catalán aparece en la parte inferior de sus ediciones digitales con la mención: Amb el suport de la Generalitat de Catalunya. No todos los medios hacen tanto alarde del escudo. Ejemplos de ello son El Periódico de Catalunya y La Vanguardia, dos de los mayores beneficiarios de la Generalitat. Sin embargo, la gran mayoría disfruta de las subvenciones que reparte el Govern: una media de casi 14 millones de euros por año desde el principio de la crisis económica, en 2008.
En total, el Gobierno catalán ha inyectado 181 millones de euros en los medios de comunicación desde ese año: 82 millones proceden de las subvenciones y otros 99 millones de publicidad institucional, repartida de forma no transparente. A lo largo de la lectura detallada del Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC), sólo aparecen 22 contratos de publicidad institucional con especificación de los medios beneficiarios, por un valor total de 13 millones de euros.
El Gobierno central no da subvenciones directas a los medios desde 1988. Sólo seis comunidades autónomas (Andalucía, Asturias, Cataluña, Galicia, Comunidad Valenciana y País Vasco) siguen otorgando estas ayudas. La mayoría de ellas están concedidas bajo el concepto de apoyo a las lenguas cooficiales. Por ello, Galicia, País Vasco y Cataluña son las que más dinero destinan, como explican los investigadores Isabel Fernández Alonso y José Blasco Gil en un artículo científico sobre las subvenciones a medios en España durante la crisis publicado a principios de este año.
La llegada de la crisis en 2008 y los planes de austeridad impuestos por el Gobierno tripartito de José Montilla no afectaron a los importes extraordinarios de las subvenciones otorgadas a los medios. Por el contrario, siguieron aumentando hasta alcanzar un pico de 21,6 millones de euros en 2010.
En aquella época, ERC ostentaba la cartera de Cultura, encargada de repartirlas. Hubo que esperar a 2011, primer año del Ejecutivo de CiU liderado por Artur Mas, para ver bajar el importe de las subvenciones, que se redujo a la mitad, hasta los 11,6 millones de euros. Pero estos recortes drásticos no afectaron demasiado a los dos principales beneficiarios: el Grupo Godó (La Vanguardia) y el grupo Hermes Comunicacions (El Punt-Avui).
Desde el diario La Vanguardia a la cadena católica Radio Estel, pasando por el diario catalanista El Temps o la revista cultural Enderrock, un total aproximado de 600 medios de comunicación –en el sentido amplio del término, ya que para ser considerado como tal por la Generalitat hay que publicar dos veces al año– se benefician o se han beneficiado de las donaciones del Palau de la plaza de Sant Jaume. Es una cifra extraordinaria si uno la compara con el País Vasco, donde unos 120 medios de comunicación reciben subvenciones del Gobierno vasco, y Galicia, donde son sólo 41.
Un criterio prevalece para recibirlas: que el idioma usado en el medio sea el catalán, algo que se justifica por la normalización lingüística, elemento complejo porque está estrechamente ligado a un criterio de naturaleza ideológica: el nacionalismo. «Hay una apuesta evidente por los medios de corte nacionalista. Las políticas lingüísticas de la Generalitat están orientadas a fortalecer todo este proceso de construcción nacional», comenta Fernández Alonso. «El catalán es la gran herramienta, pero no es sólo el catalán y no es sólo un proceso de normalización lingüística».
El uso de los medios con fines identitarios procede directamente de los ejecutivos de Jordi Pujol (1980-2003). En aquella época, en las consejerías de la Generalitat y en las altas esferas de CiU circulaba un catálogo de intenciones para lograr una conciencia identitaria diferenciada. En el capítulo dedicado a los medios de comunicación, constaban unos objetivos específicos, como «introducir a gente nacionalista con una elevada profesionalidad y una gran cualificación técnica en los lugares clave de los medios» o la «creación de una agencia de prensa catalana de espíritu nacionalista con una gran solvencia».
Hasta 2013, las subvenciones eran de dos tipos: las llamadas estructurales, concedidas en función de los resultados de difusión de los medios, y por otro lado, las contribuciones públicas a proyectos periodísticos, otorgadas caso a caso y de manera discrecional por el Departamento de Medios. Estas últimas representan el 60% del total.
Así, en 2010 el diario Ara recibió una subvención de casi un millón de euros sólo para su lanzamiento. En sus primeros tres años, el periódico –que no alcanzaba los 30.000 ejemplares de tirada en papel, si bien su página web es la más visitada de los diarios catalanes– ha recibido ayudas por un valor superior a 2,5 millones de euros.
Desde la céntrica sede de Ara, ubicada en la calle de la Diputació, su director Carles Capdevila reconoce que las subvenciones tienen que vigilarse: «Ojalá no existieran, pero creemos que aún son necesarias para publicar en catalán. Nuestra idea es que si hay subvenciones, que sean lo más transparentes, claras y objetivas posible».
El caso del diario deportivo El Esportiu llama también la atención. Editado por El Punt-Avui, tiene una tirada de unos 2.000 ejemplares, según explica el director, Xevi Xirgo. El periódico ha elegido no estar controlado ni por la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD) ni por el Estudio General de Medios (EGM). El único periódico deportivo editado íntegramente en catalán se vende individualmente, pero también se ofrece diariamente junto a El Punt-Avui. En total, entre 2008 y 2013 ha recibido 2,5 millones de euros en subvenciones para, por ejemplo, «extender la notoriedad de la marca» o realizar «acciones promocionales».
Los diarios que han recibido más en comparación con el volumen de sus tiradas limitadas son El Punt y El Avui. En 2011, los dos se fusionaron en un solo periódico, de línea editorial nacionalista y cercana a CiU, y resultó un medio publicado íntegramente en catalán: El Punt-Avui. Ambos, individualmente o tras la fusión, no han sobrepasado los 40.000 ejemplares de difusión en estos cinco últimos años. No obstante, esto no les ha impedido recibir de las arcas públicas 10 millones de euros desde 2008; más que El Periódico de Catalunya, que recibió siete millones y medio durante el mismo periodo.
Fernández Alonso afirma que El Avui siempre ha recibido apoyo de la Generalitat. «Históricamente, ha recibido ayudas de todo tipo, pero nunca ha sido una empresa viable. Es un caso muy simbólico de cómo se han otorgado las ayudas», señala la investigadora de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Xevi Xirgo, director de El Punt-Avui, defiende la existencia de las ayudas para apoyar al catalán: «Hay un exceso de dependencia de las subvenciones en los medios, pero no sólo en nuestro caso, sino en general. Sin embargo, deben existir porque no estamos en igualdad de condiciones».
La inyección de millones de euros en proyectos no siempre viables ha creado una forma de competencia artificial en un mercado muy limitado: la prensa en catalán. Pese a que cinco millones de catalanes lean el catalán (el 75% de la población), la demanda siempre ha sido débil. En 2011, aunque siete diarios estaban editados en catalán, el 80% de la población seguía leyendo su periódico en castellano.
Éste es el contexto en el que La Vanguardia, periódico que ya veía bajar sus ventas, lanzó su edición en catalán en 2011. Para esta iniciativa, el Grupo Godó logró en 2011 una subvención de 5,5 millones de euros para «la ampliación de la planta de impresión de la empresa para la edición (…) en lengua catalana» y otras subvenciones diversas (en total, 2,5 millones) para «fomentar el espacio de comunicación catalán».
Según una estimación conservadora, de los 99 millones gastados por la Generalitat desde el principio de la crisis en publicidad institucional, solo una veintena de contratos (13 millones de euros) han sido divulgados en el BOE catalán con menciones a los beneficiarios, según los datos encontrados a lo largo de esta investigación. La mayoría fueron adjudicados al Grupo Godó (cerca de siete millones de euros) para publicidad insertada en las radios RAC1, RAC105 y la cadena de televisión TV8.
Esta investigación ha contado con la colaboración de Marcos García Rey y Roberto Díaz, y ha sido elaborada en el marco del Máster en Periodismo de Investigación, Datos y Visualización de la Universidad Rey Juan Carlos-Unidad Editorial.
EL MUNDO – 08/09/14