Enrique Lavilla-El Español 

  • La profunda herida de la DANA de Valencia, los casos de corrupción que acechan a Pedro Sánchez, la violencia machista representada en el más inesperado de los representantes políticos, el regreso de Donald Trump o la retirada de Rafa Nadal son algunos de los hitos que han marcado este 2024 al que ahora ponemos fin.
 

El año 2024 ha estado marcado por las tres ‘F’: ‘Fango‘, ‘Fake news’ y ‘Fachosfera’. Estos tres conceptos han ido calando a lo largo de 2024 en la conciencia y en el vocabulario de los españoles gracias a la repetición machacona del presidente del Gobierno y sus acólitos.

Aunque en el caso del ‘fango’, por desgracia, debemos ir más allá del término metafórico y nos centraremos también en las toneladas de barro que se acumulan en Valencia tras el paso de la DANA del pasado 29 de octubre; que dejó un reguero de lluvias y de cadáveres (223 personas sólo en la Comunidad Valenciana según los últimos datos oficiales recopilados por el Gobierno de España).

El año 2024 ha quedado marcado para siempre en el imaginario colectivo de los valencianos por las devastadoras inundaciones, que han dejado una profunda cicatriz con múltiples ramificaciones que tardará tiempo en ser restañada.

Las lluvias torrenciales causaron desbordamientos y el aumento de los caudales de ramblas como la del Poyo, que por la tarde experimentó una crecida relámpago en la parte baja -el área metropolitana de València, donde apenas llovió ese día- y superó los 2.000 metros cúbicos por segundo, cinco veces el caudal del Ebro.

El municipio con más fallecidos fue Paiporta, con 45, seguido de Catarroja, con 25, y de los 17 registrados en las pedanías de Valencia ubicadas al otro lado del nuevo cauce del río Turia, que salvó a la capital de inundarse y fue construido tras otra gran riada que pervive en la memoria de los valencianos, la de 1957, que dejó más de 80 fallecidos.

Más de 37.000 personas tuvieron que ser rescatadas y miles lo perdieron todo bajo un fango que, sobre todo durante los primeros días, cuando no llegaba la ayuda profesional que finalmente movilizó a 20.000 trabajadores públicos, colaboraron en retirar miles de voluntarios, especialmente jóvenes, que llegaban a pie ante la imposibilidad de acceder de otra manera. Esta ola de solidaridad quedó reflejada en una frase que también ha dejado huella en el imaginario colectivo: «El pueblo salva al pueblo».

La desgracia de la DANA de Valencia puso en el ojo del huracán a Carlos Mazón. Un cúmulo de reproches cayó sobre el presidente de la Comunidad Valenciana, a pesar de que intentó desde el primer momento hacer frente a la situación, pidió ayuda al Gobierno central y no se escondió a la hora de dar explicaciones.

Pero no ha sido el único al que han alcanzado las críticas. Pedro Sánchez pudo comprobar de primera mano la rabia e impotencia que sentían los valencianos durante la visita que realizó junto al propio Mazón y los Reyes a Paiporta. Aquel 3 de noviembre el presidente hubo de retirarse entre insultos y pelotas de barro. Un fango y unas críticas a las que sí hicieron frente Felipe VI y Letizia. Los Reyes escucharon a los ciudadanos y permanecieron en Paiporta haciendo frente al tenso ambiente que se respiraba, un gesto que les sirvió para reforzar su imagen ante el pueblo.

Estas son algunas de las cicatrices que seguirán abiertas cuando desaparezcan el lodo que aún queda en algunos garajes y los coches destrozados amontonados en campas. La necesidad de revisar la gestión de las emergencias y los protocolos de alerta, de adaptarse a un cambio climático que trae fenómenos como este que volverán a suceder, o de replantear el urbanismo en las zonas inundables son algunos de los debates a afrontar que apuntan los expertos, quienes recuerdan que el agua volverá a pasar por donde pasó.

Corrupción en Moncloa

El lodo de la DANA da paso al fango de la corrupción. Pedro Sánchez desayuna cada mañana con noticias de juicios, comisiones y declaraciones de investigados que afectan ya no sólo a dirigentes del PSOE y antiguos colaboradores de su partido sino también a su entorno más íntimo y cercano: su mujer, Begoña Gómez, declaró el 18 de diciembre por tercera vez ante el juez Peinado por el caso del ‘software’ de la Complutense.

Y es que las últimas semanas del año han sido especialmente duras para Sánchez. El viernes 13 de diciembre el exministro José Luis Ábalos prestó declaración ante el Supremo. El lunes 16 de diciembre fue el turno de Víctor de Aldama, el martes 17 de diciembre le tocó hacer el paseíllo por el Alto Tribunal a Koldo García Izaguirre y para colmo y remate, el miércoles 18 de diciembre fue su mujer quien tuvo que acudir a los juzgados de Plaza de Castilla.

Todos estos casos todavía se están investigando y aún hay que depurar responsabilidades hasta conocer quiénes son las personas implicadas, quiénes son culpables y quiénes inocentes. Pero no cabe duda de que la corrupción ha acorralado en 2024 a Pedro Sánchez o, al menos, le ha rodeado, acumulándose en su entorno. Y aunque al presidente del Gobierno le gustaría volver a tomarse unos días de reflexión y retomar el concepto de ‘la máquina del fango’, con el que identifica a la prensa digital, para echar balones fuera; lo cierto es que no le queda más remedio que hacer frente a los hechos.

El presidente empezó 2024 hablando de la ‘fachosfera’, concepto que identificó como un movimiento que se dedica a «polarizar, insultar y generar una desconfianza con un fin claro» que no es otro que el de desmovilizar y derrotar al Gobierno. Y lo ha terminado pidiendo en la ONU la creación de un foro mundial para hacer frente a las ‘fake news’. Un largo camino en el que a lo largo de 12 meses Sánchez ha ido más allá de intentar contrarrestar las informaciones falsas, dando pasos desafortunados hacia una dirección en la que da la impresión de que el presidente intenta establecer normas para controlar a los medios de comunicación.

El ‘ángel caído’ de la izquierda

A quien tampoco le gustó verse ‘en los papeles’ por las informaciones que salieron a la luz en las que se le acusaba de violencia machista fue a Íñigo Errejón, ya exportavoz de Sumar en el Congreso. Unos días antes de que la DANA arrasara Valencia, una riada de denuncias y noticias se llevaba por delante a quien fuera fundador de Podemos, que enseguida dimitió de todos sus cargos y abandonó la política. Aunque lo hizo sin dar la cara, a través de un comunicado en redes sociales en el que no terminaba de asumir su responsabilidad y aseguraba que hace ya un tiempo llegó «al límite de la contradicción entre el personaje y la persona».

Errejón se convertía así en el ‘ángel caído’ de la izquierda. El motivo de su espantada fue el señalamiento público de varias mujeres que aseguraban haber sufrido maltrato psicológico y violencia machista por parte del exdiputado en los últimos años.

EL ESPAÑOL se puso en contacto con fuentes de todas las formaciones políticas por las que ha pasado Errejón —Podemos primero, Más Madrid después, ahora Sumar— y todas dijeron haber recibido señalamientos anónimos en este sentido, pero nunca con pruebas concluyentes.

Quien dio un paso al frente nada más saltar la noticia fue la actriz y presentadora de televisión Elisa Mouliaá. «Hola, yo soy víctima de acoso sexual por parte de Íñigo Errejón y quiero denunciarlo», señaló a través de un mensaje en su cuenta de X el 24 de octubre, poco después de que Errejón hiciera público su comunicado.

La actriz presentó una denuncia ante la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional y afirmó «tener pruebas» y testigos del acoso sexual al que fue sometida.

El caso ha servido para volver a tomar conciencia en España de esta lacra puesto que la caída de Íñigo Errejón se suma al «hermana, yo sí te creo» que se erigió en lema tras la respuesta judicial a la violación grupal de los sanfermines y el #seacabó que se extendió después del beso no consentido de Luis Rubiales a la futbolista Jenni Hermoso tras ganar el Mundial.

A nivel internacional ha sido Gisèle Pelicot, la víctima de decenas de violaciones organizadas por su marido durante una década cuando ella estaba bajo los efectos de somníferos, quien se ha convertido en icono de la lucha feminista.

El tribunal penal de Aviñón condenó el 19 de diciembre a 20 años de cárcel a Dominique Pelicot, su marido, culpable de drogar y violar repetidamente a su esposa y de invitar a docenas de desconocidos a violar su cuerpo inconsciente en su casa. Se trata de la pena máxima en Francia por violación agravada.

Dominique Pelicot, de 72 años, era el cerebro de las múltiples violaciones que sufrió la víctima, su exmujer y con quien estuvo casado durante 50 años. Él abusó de ella y la puso en peligro de muerte de 2011 a 2020, drogándola con altas dosis de ansiolíticos e invitando a otros hombres a que la violaran, tras haberlos contactado en internet.

El regreso de Trump

En el plano internacional 2024 ha estado marcado por la victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos (EEUU). El expresidente vuelve a la Casa Blanca cuatro años después tras vencer a Kamala Harris en las presidenciales.

Se trata de un regreso político histórico: hay que recordar que Trump sobrevivió a dos intentos de asesinato este año (el primero tuvo lugar en Pensilvania y el segundo en su club de golf en Palm Beach, en Florida), esquivó el coste político de ser el primer expresidente condenado en un juicio penal y superó las secuelas del asalto al Capitolio de 2021, el episodio más cercano a un golpe de Estado en la historia reciente del país. Por todo ello la revista Time le ha elegido como persona del año 2024.

Trump regresará al Despacho Oval el 20 de enero con la bandera del cambio radical, prometiendo aranceles sin precedentes, la mayor deportación en la historia del país y una política aislacionista, tras una campaña electoral llena de sobresaltos. Además, los estadounidenses otorgaron a los republicanos el control de las dos Cámaras del Congreso, lo que le permitirá avanzar su agenda de «EEUU primero» casi sin oposición.

En su primer día en el Despacho Oval, Trump ha prometido que firmará una orden ejecutiva para lanzar la mayor operación de deportación en la historia de EEUU, además de indultar a los condenados por el asalto al Capitolio y eliminar políticas contra el cambio climático, como los incentivos para vehículos eléctricos.

También ha prometido venganza contra sus adversarios políticos y un recorte profundo de la burocracia federal, lo que él considera «Estado profundo», por no apoyar sus ideas.

Con ese objetivo, ha puesto a los multimillonarios Elon Musk y Vivek Ramaswamy al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) con el ambicioso objetivo de recortar dos billones de dólares del presupuesto federal, una meta que los expertos consideran casi imposible.

Por otra parte, Trump ha convertido su residencia de Florida en un epicentro de visitas diplomáticas. Allí ha recibido recientemente al presidente argentino, Javier Milei, y a Sara Netanyahu, esposa del primer ministro israelí, acompañada de su hijo Yair.

Además, hace poco más de una semana, Trump viajó a París para la reapertura de Notre Dame, donde se reunió con el presidente francés, Emmanuel Macronel príncipe Guillermo y el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski.

Durante la campaña, Trump prometió que pondría fin a la guerra en Ucrania en 24 horas, sin detallar cómo, por lo que su victoria ha generado preocupación en Kiev ante la posibilidad de que el Gobierno ucraniano se vea obligado a ceder a Rusia territorios ocupados.

En cuanto al conflicto en Gaza, Trump ha intensificado su presión sobre Hamás, advirtiendo de que hará pagar un «infierno» al grupo islamista si no libera a los rehenes israelíes en el enclave antes de que tome posesión. Además, ya ha enviado a Israel y a Catar a su enviado para la región, Steve Witkoff, con el objetivo de lograr un alto al fuego, incluso antes de que tome posesión.

Cambios en Oriente Próximo

El año 2024 ha sacudido Oriente Próximo y ha dejado una Franja de Gaza devastada por la ofensiva israelí, un Líbano sumido en una frágil tregua con Israel, un Irán debilitado por los golpes asestados a Hezbolá y una Siria inmersa en una transición incierta tras la sorpresiva caída del régimen de Bachar al Asad.

Para los 2,3 millones de gazatíes, este año no se ha diferenciado mucho de cómo terminó el 2023 tras el ataque de Hamás del 7 de octubre contra Israel: cerca del 90% de la población sigue forzosamente desplazada y malviviendo en tiendas de nailon, en gran parte debido a las restricciones israelíes.

Más de 45.000 gazatíes han muerto -la mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Sanidad de Hamás- en una ofensiva bélica que ha destruido o dañado el 87% de las viviendas y que este año ha ido adquiriendo más tintes de encaminarse hacia una posible ocupación israelí permanente.

Israel no sólo ha consolidado este 2024 una extensa «zona de amortiguación» de al menos 1,5 kilómetros de ancho, sino que también controla dos vías logísticas: el Corredor de Filadelfia -fronterizo con Egipto-, y el de Netzarim, al sur de la norteña ciudad de Gaza.

Más de 4.000 muertos en Líbano

Tan solo un día después del estallido de la guerra de Gaza en octubre de 2023, la milicia-partido chií libanés Hezbolá abrió un frente de apoyo desde su lado de la frontera con Israel, con enfrentamientos de baja intensidad que fueron recrudeciéndose con el paso de los meses.

El 23 de septiembre, tras un verano especialmente convulso, Israel comenzó una ofensiva de bombardeos aéreos sin precedentes contra el Líbano, atacando principalmente el sur y este del país, pero también los suburbios del sur de Beirut, entonces bastión de Hezbolá.

En cuestión de días, 1,5 millones de personas tuvieron que abandonar sus hogares, provocando la peor crisis de desplazados de su historia y, semanas después, los bombardeos israelíes alcanzaron importantes ciudades históricas como Tiro o Baalbek.

Más de 4.000 personas han muerto y otras 16.000 han resultado heridas en el Líbano en casi 14 meses de conflicto. Durante esta guerra, la tercera entre Israel y el Líbano, la cúpula y toda la cadena de mando de Hezbolá fue eliminada en casi su totalidad, con el asesinato incluso de Hasán Nasrala, su líder durante las últimas tres décadas, ahora sustituido por su número dos, Naim Qassem.

El movimiento chií, uno de los aliados de Irán en la región, afrontó además desde el 1 de octubre una invasión israelí terrestre en el sur de su territorio, hasta que ambas partes acordaron, a finales de noviembre, un alto el fuego mediado por EEUU, que requiere que Israel abandone gradualmente las zonas que ocupó en el Líbano.

La caída de Al Asad

Irán ha perdido a la Siria de Bachar al Asad, cuyo Ejército, sorprendido por una ofensiva relámpago de los rebeldes, fue abandonado a su suerte por Moscú, el propio Teherán y sus diezmados socios de Hezbolá.

Tras décadas de represión y 13 años de guerra civil, el país inicia ahora una difícil transición política, con un gobierno interino liderado por Hayat Tahrir El Sham (HTS), el grupo que nació como filial siria de Al Qaeda y que lideró la ofensiva que derrocó a Al Asad, mientras prosiguen los combates en el norte entre las Fuerzas Democráticas Sirias (FSD, kurdosirias) y el Ejército Nacional Sirio (SPA, proturco).

Además, desde la caída del régimen de Al Asad, el Ejército israelí ha bombardeado cientos de objetivos militares en Siria, con el pretexto de evitar que esta infraestructura y armamento caiga en manos de los insurgentes que lo derrocaron, y ha desplegado a su Ejército en la zona desmilitarizada entre Israel y Siria.

Cara y cruz del deporte

Cerramos el repaso del año destacando dos acontecimientos que han supuesto la cara y la cruz del deporte español en 2024.

El 14 de julio la selección española de fútbol masculino conseguía su cuarta Eurocopa en Berlín tras imponerse a Inglaterra en la final (2-1), con goles de Nico Williams y Mikel Oyarzabal. La selección había llegado al torneo muy lejos de ser candidata al título. En España de hecho, muy pocos creían en ella.

Sin embargo, Luis de la Fuente se convirtió en el artífice de una revolución silenciosa que le dio la vuelta a todos los pronósticos. Lo que empezó en Berlín como una participación incierta, terminó siendo todo un éxito.

El triunfo de España se gestó desde dentro, desde el vestuario. La gestión de Luis de la Fuente, cercana y clara con los jugadores, consiguió crear un equipo solidario que demostró que disfrutaba sobre el terreno de juego.

Sin embargo, quien llevaba tiempo sin disfrutar sobre las pistas era nuestro mejor tenista y quizás el mejor deportista español de todos los tiempos, Rafael Nadal (Manacor, 1986). Fueron muchos meses de calvario, hasta que el 10 de octubre hizo oficial su retirada. Esta es la cara amarga de la moneda en el ámbito deportivo.

«Han sido años difíciles, especialmente estos últimos dos. No he sido capaz de jugar sin limitaciones. Es una decisión difícil, que me ha llevado tiempo tomarla. En esta vida, todo tiene un principio y un final. Es el momento adecuado para poner punto final a lo que ha sido una carrera larga y mucho más exitosa de lo que jamás podría imaginar», así comenzaba su despedida.

 

Nadal compartió un emotivo vídeo de cuatro minutos en el que anunciaba su adiós.

«Me siento un súper afortunado por todas las cosas que he podido vivir. Quiero agradecer a todas las personas de la industria del tenis, mis compañeros durante todos estos años, especialmente a mis grandes rivales. He pasado muchísimas horas con ellos y vivido muchos momentos que voy a recordar por el resto de mi vida», afirmaba mientras en el vídeo se sucedían imágenes de sus mejores momentos sobre las canchas.

En su palmarés destacan sus 22 Grand Slam, una marca que sólo ha podido superar uno de sus grandes rivales, Novak Djokovic (24). Roger Federer, el mejor oponente que haya tenido jamás Nadal y que se retiró hace dos años, cerró su carrera con 20.

El futuro ahora está en manos de Carlos Alcaraz que con 21 años ya tiene 4 títulos de Grand Slam en su poder. Aún está lejos de los números de Nadal, Federer o Djokovic, pero cada día demuestra un progreso sorprendente en las pistas y sus números invitan a soñar.