Rafael Leonisio-El Correo
- El PP arrasa y no necesita a Vox, mayoría absoluta de populares y ultras, PSOE y Sumar ganan a las derechas e incluso algún horizonte endiablado
La mayoría de encuestas coinciden en cómo serán los resultados de las próximas elecciones generales: El primer partido será el PP, a una distancia más o menos amplia quedará el PSOE, con Vox y Sumar luchando por el tercer puesto (más por la bajada de Vox que por la subida del espacio que antes ocupaba Unidas Podemos) y, finalmente, los partidos nacionalistas obtendrán unos datos similares a los de hace cuatro años. Si bien todo apunta a que no habrá grandes sorpresas, es cierto que lo ajustado del equilibrio de fuerzas puede hacer que pequeñas variaciones dibujen unos resultados muy diferentes de cara a la gobernabilidad. A partir de dichos sondeos, pongo encima de la mesa cuáles son los cuatro posibles escenarios que se plantean:
Escenario 1 (improbable). El PP arrasa y no necesita a Vox para conformar una mayoría absoluta. Estamos hablando de alcanzar alrededor de los 165 escaños y que la mayoría la completen partidos como el PNV, CC o UPN, que pueden llegar a acuerdos con el PP en solitario pero no si va de la mano de Vox. Sería sin duda el contexto favorito del PP (¿también del PNV?) ya que le permitiría gobernar en solitario con acuerdos ‘cómodos’ con fuerzas que no generan rechazo en su electorado. Esto inevitablemente acarrearía problemas a los partidos de izquierdas, con sus dos liderazgos muy tocados.
En primer lugar, Pedro Sánchez tendría prácticamente imposible continuar como secretario general y líder de la oposición, tanto por la tradición no escrita que dice que el presidente que pierde el poder se aparta enseguida, como por la propia contestación interna que ya existe dentro del partido y que, tras una derrota electoral contundente, se vería legitimada para moverle la silla. Por otro lado, tampoco lo tendría fácil Yolanda Díaz. Las circunstancias en las que se ha producido el proceso de unidad del espacio a la izquierda del PSOE no hacen prever que la convivencia (o la propia unidad) de ese crisol de partidos vaya a ser fácil en la oposición. Podríamos asistir a una rebelión de Podemos, con ganas sin duda de revancha.
Escenario 2 (muy improbable). Si el anterior era el que más beneficios acarreaba para el PP, este sería el favorito de la izquierda. Básicamente consistiría en que la cosas se quedan más o menos como están (mejorar parece, a día de hoy, imposible), es decir, que la suma de PSOE y Sumar quede por encima del bloque de derechas (PP y Vox). Tendríamos una legislatura similar, con un Gobierno de coalición de izquierdas dependiente de pactos con partidos nacionalistas. En este caso, los problemas internos los sufrirían las fuerzas de derecha. Quizá no Vox, pero es inevitable pensar que el liderazgo de Núñez Feijóo quedaría muy tocado.
Escenario 3 (bastante probable). Es el que en general predicen la mayoría de encuestas: la suma de PP y Vox consigue mayoría absoluta. Con dos alternativas. El escenario 3A se asemejaría al 1, es decir, un PP lo suficientemente fuerte (alrededor de 150 escaños) para poder gobernar en solitario (aunque el apoyo externo de Vox sería imprescindible a lo largo de la legislatura). Sería el modelo Ayuso previo a su mayoría absoluta. El escenario 3B sería un PP alrededor de 130 o 140 escaños, es decir, con un Vox lo suficientemente fuerte como para exigir la entrada en el Ejecutivo (modelo Castilla y León). En ambos escenarios Vox tendría una gran capacidad de chantaje ya que podría bloquear una investidura (o la legislatura) si el PP no se aviene a sus exigencias (entrar en el Gobierno o bien dar giros de 180 grados a determinadas políticas). En cualquiera de las dos versiones, las izquierdas entrarían en barrena y surgirían crisis internas como las descritas en el primer escenario.
Escenario 4 (probable, pero menos). El PP y Vox no llegan por poco a la mayoría absoluta, es decir, da la suma de todos los demás partidos. Sería sin duda el escenario más endiablado de cara a la gobernabilidad. Estaríamos ante un Gobierno con menos escaños que la derecha y por tanto totalmente dependiente de los apoyos nacionalistas, es decir, de múltiples reivindicaciones territoriales que, no lo olvidemos, también estarían dentro del Gobierno (la mayoría de partidos dentro de Sumar son de ámbito territorial).
Sería un escenario más complicado que el que tenemos ahora ya que, en caso de una oposición dura de PP y Vox, cualquier partido, por pequeño que fuese, tendría capacidad de veto (y de forzar nuevas elecciones). Si en la actualidad el Gobierno no necesita votos afirmativos de todos sus posible aliados (puede permitirse abstenciones y votos negativos), en este nuevo escenario precisaría el ‘sí’ de todas las fuerzas (que serían muchas, solo Sumar aportará 7 u 8 partidos al Congreso). Es el modelo de la vieja política italiana: un partido minúsculo puede cargarse una legislatura (o impedir que se inicie). En este último caso queda la posibilidad de recurrir a soluciones imaginativas que ya se han descartado en el pasado. Hablando claro, ¿sería el momento de la gran coalición?