EL MUNDO – 26/03/15
· El Gobierno de Urkullu, que recibió oficialmente a una de las arrestadas, cuestiona la operación.
La Guardia Civil detuvo ayer en el País Vasco y Navarra a cuatro personas acusadas de formar parte del entramado con el que ETA controla que sus presos sigan su doctrina y se mantengan obedientes. Según el Ministerio del Interior, las cuatro formaban parte del núcleo de coordinación Kordinazioa Gunea (KG), «diseñado y liderado por ETA» para garantizar la «unidad de acción» dentro y fuera de las cárceles. Se trata de un nuevo golpe a Etxerat, la asociación de familiares de reclusos adeptos a la doctrina de la banda que hasta hace poco se había quedado fuera de la actuación judicial. Dos de los arrestados son miembros de esta plataforma y una de ellas, Nagore López de Luzuriaga –sobrina de los terroristas Gotzone López de Luzuriaga e Iñaki Fernández de Larrinoa–, se reunió con Iñigo Urkullu en la polémica recepción oficial que el lehendakari les brindó en febrero.
El Gobierno vasco no optó por la prudencia. Sin entrar en el fondo de la cuestión, opinó que la operación Pastor «tiene un excesivo aroma del pasado», lamentó que genere «un tensionamiento innecesario» en la «sociedad vasca» y cuestionó la justificación y proporcionalidad de los arrestos, e incluso que los detenidos hayan visto respetados sus «derechos fundamentales». Lo más razonable, adujo el portavoz del Ejecutivo nacionalista, Josu Erkoreka, sería haber citado de forma «ordenada» a los cuatro investigados.
La actuación policial, coordinada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional y autorizada por el Juzgado Central de Instrucción número 6, permitió a los agentes registrar varios pisos y llevarse diversas cajas con documentos y equipos informáticos, mientras algunos afines a la izquierda abertzale animaban a los detenidos y gritaban: «Dejadnos en paz».
Aparte de López de Luzuriaga, que fue arrestada en Zamudio (Vizcaya), fueron capturados Izaskun Abaigar García, que recientemente expuso en el Parlamento Europeo la campaña de Etxerat contra la dispersión, en Santa Cruz de Campezo (Álava); Fernando Arburua Iparraguirre en San Sebastián, y Oihana Barrios Salinas en Pamplona. Los dos últimos integran Jaiki Hadi, otro tentáculo encargado de la asistencia médica a los reclusos.
Según Interior, los cuatro formaban parte de la estructura que definía la estrategia que debían acatar las diversas organizaciones del «frente de cárceles», que «subordinaban sus actividades y las de las organizaciones a las que representaban a los intereses» de ETA, y aplicaban su doctrina en sus ámbitos correspondientes. Este grupo habría elaborado un protocolo de actuación que contemplaba la creación de un «gabinete de crisis». La operación es continuación de las realizadas contra la red de apoyo a presos Herrira, el Grupo de Coordinación (KT) controlado por Arantza Zulueta y el grupo de abogados. EH Bildu denunció que el Gobierno es «enemigo de la paz».
EL MUNDO – 26/03/15