Miquel Giménez-Vozpópuli
- A más de 100.000 euros anuales nos salen estas criaturas. Así no hay manera de que el ‘procés’ se acabe. Viven tan bien…
Decía Felipe González el otro día que los políticos están mal pagados en España. La eterna comparación con el sector privado. Lo que no dijo es que, si bien en casos como Marcos de Quinto puede ser ciertísimo, la mayoría de quienes nos gobiernan apenas saben hacer la O con un canuto y sus currículums tanto profesionales como académicos son de una irrisoriedad abrumadora. Sería difícil que en el mundo laboral nadie como, verbigracia, Miquel Iceta, expulsado de la facultad de económicas tras no pasar de primero de carrera durante cinco años y sin otra experiencia laboral que haber trabajado en el partido toda la vida, pudiera conseguir un sueldo como el que tiene de ministro.
Ni les hablo de Lastra, Montero, Colau o Rufián. A mi humilde modo de ver están sobre pagados, mucho más, están cobrando un dinero pornográfico habida cuenta de lo poco que son y lo que se llevan por tan poca ciencia y esfuerzo.
Sánchez se lleva casi 85.000 al año, aviones, helicópteros y vacaciones aparte, que una cosa es el líquido y otra las gabelas.
En la Generalidad estos extremos llegan a límites alucinantes. El presidente de la Generalidad cobra más de 150.000 euros anuales, aunque Aragonés diga que se lo va a reducir un 15%. Sánchez se lleva casi 85.000 al año, aviones, helicópteros y vacaciones aparte, que una cosa es el líquido y otra las gabelas. En esta partitocracia en la que la mayoría de españoles vivimos simplemente para pagar tributos al Estado y facturas, sin que nadie pueda ahorrar ni un céntimo – y dando gracias a Dios, porque son más los que están en la ruina o en el paro – tales cifras son un escándalo. Comparen esos sueldazos con lo que cobra un médico, por poner un caso, y verán que el sistema está pensado para que los políticos vivan opíparamente mientras el resto vivimos para pagar. Lo que ya es de juzgado guardia es lo que se llevan a casita los asesores y cargos en la Gene, que suelen ser amiguetes colocados por quien manda, sin que nadie pueda argumentar como con los electos que les hayan votado.
Ahí tienen esos 400 que se lo llevan crudo simplemente por estar al servicio del separatismo. Sueldos más importantes que el de Sánchez que, hombre, tampoco es que merezca el suyo, pero ya me entienden. Cuando un simple cargo regional cobra más que el presidente de la nación es para hacérselo mirar. Es el desajuste más grave que padece nuestro país, la ubre que no deja de amamantar a todos los que se han propuesto destruir la nación. Eso no ocurre en ningún otro país del mundo y es el nudo gordiano del separatismo, la plácida existencia de los que agitan, instalados en la molicie del dinero y la impunidad, sin que nadie los perturbe.
Ahí tienen esos 400 que se lo llevan crudo simplemente por estar al servicio del separatismo. Sueldos más importantes que el de Sánchez que, hombre, tampoco es que merezca el suyo, pero ya me entienden
Porque es el estado quien permite que pasen tales cosas. Antes, con el PP, ahora, con el PSOE, que la gigantesca maquinaria de comprar voluntades y adhesiones vía sueldo o subvención en Cataluña no es cosa ni de hoy, ayer ni de hace 10 años. El sistema creado por Pujol se sustentaba en comprar voluntades al servicio de la idea nacional separatista con el dinero de todos. Esa prevaricación, similar al del PRI mexicano, lleva incrustado en mi tierra desde siempre, como los ERES en Andalucía, por poner un caso. Es la dictadura de los inútiles, de los mediocres, que matarían con tal de no abandonar su posición de privilegio. Esa administración improductiva de la que es un magnífico ejemplo el gabinete de Sánchez, con más ministerios que materia gris, hiere los ojos de cualquiera que tenga la obligación de ganarse las habichuelas sin ayudas, paguitas o chanchullos.
Pero ahí están los 400 asesores, cobrando un pastizal. Todo es igual. A Laura Borrás, actual presidenta del parlamento catalán, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña la investiga por presunto delito de prevaricación, malversación de fondos públicos y falsedad documental. Claro que en Cataluña Radio ya la incluyen como una de las “víctimas del procès”. Otra mártir, vamos. Y luego dicen que el 155 de Rajoy fue duro.