EL MUNDO 11/06/14
· El presidente y el líder del PSOE rechazan un debate sobre Monarquía o República
PP y PSOE garantizarán hoy con sus votos la decisión del Rey de abdicar la Corona. Las voces discrepantes en el primer partido de la oposición han sido ahogadas en un mar de apoyos al régimen monárquico que establece la Constitución de 1978, gestada con las aportaciones imprescindibles de los socialistas que, pese a su alma republicana, apostaron entonces por Juan Carlos I y su dinastía histórica.
La Ley Orgánica de Abdicación de Juan Carlos I habría sido aprobada en cualquier caso por la mayoría absoluta del PP en el Congreso, pero la trascendencia histórica del acontecimiento –la primera abdicación de un Rey en Monarquía Parlamentaria– y la ausencia de un procedimiento previamente establecido para este tipo de acontecimientos –ninguna de las lagunas del Título II de la Constitución ha sido desarrollado– aconsejaban un respaldo más que reforzado para dar cobertura a la decisión del Rey que se marcha.
En el seno del PP la cuestión no suscitaba problemas. Pese a las discrepancias jurídicas que existen sobre la necesidad de que el Congreso vote la decisión del Monarca, los populares no opusieron el más mínimo inconveniente en ratificar con su sí la voluntad de Juan Carlos I. De hecho, ayer el presidente del Gobierno dio por sentado que lo que se debate hoy en el Congreso no es la oportunidad de la Monarquía o de la República, sino sólo la abdicación del Rey.
Es más, Rajoy recalcó que el Congreso apostará hoy masivamente por la ley de abdicación demostrando así, según su lectura, que la mayoría de los españoles sigue apoyando la forma de Estado y los procedimientos incluidos en la Carta Magna que se otorgaron mediante referéndum en 1978.
Cosa distinta es lo que ha sucedido en el PSOE, un partido de tradición y alma republicana que en el 78, y por imperativos democráticos, optó por respaldar al Rey y que desde entonces asegura sentirse cómodo con la Monarquía.
Ésta es la opinión mayoritaria, pero no la única. La abdicación de Don Juan Carlos y los resultados de las elecciones europeas –en las que los socialistas han visto derrumbarse su suelo por el mordisco incisivo de fuerzas más radicales– han hecho revivir algunas de las sensibilidades republicanas.
Ayer, en la reunión que mantuvo el Grupo en el Congreso, la discusión se prolongó durante horas. Rubalcaba hizo una defensa cerrada de los principios constitucionales que, en su opinión, en momentos como el actual deben ser apoyados por el PSOE sin fisuras. Pidió coherencia y apuntó que si la abdicación se hubiera producido estando los socialistas en el Gobierno se habría procedido de la misma manera.
Hasta 27 diputados y senadores pidieron la palabra, pero sólo tres reclamaron libertad de voto hoy y defendieron la necesidad de discutir sobre la oportunidad de un referéndum sobre la forma de Estado. El vasco Odón Elorza fue el más firme.
Sin embargo, y para aglutinar la posición socialista, resultó decisiva la intervención de un histórico del PSOE y del propio Congreso. Alfonso Guerra tomó la palabra y pidió a los suyos no dejar la bandera de la Constitución en las manos exclusivas del PP. Recordó que el PSOE estuvo en las raíces mismas del pacto constitucional y llamó a rebato para respetarlo y defenderlo. La ovación fue cerrada.
En el debate participaron, entre otros, Manuel Chaves, Rafael Simancas, Eric Campos, Ramón Jáuregui o Miguel Ángel Heredia. Entre quienes aspiran a la Secretaría General del partido sólo Pedro Sánchez habló y lo hizo en defensa de la posición marcada por la dirección. Eduardo Madina prefirió callar.