EL MUNDO – 29/07/14
· Los asesores de Mas prevén un 2% menos de PIB con la secesión.
· Con dicha cifra se «podría hacer frente al pago de los salarios de los funcionarios, las pensiones, las prestaciones por desempleo y los gastos corrientes de la Generalitat»
Los 15 asesores que Artur Mas nombró hace más de un año para que prepararan las bases de un eventual Estado catalán acabaron ayer su trabajo con una conclusión: la Cataluña independiente «es viable». Y lo es –según los 18 informes del Consejo Asesor para la Transición Nacional (CATN)– en todos los sentidos, desde su encaje en la Unión Europea (UE) pasando por una Seguridad Social catalana «con superávit» y llegando a una financiación que saldría fortalecida tras la «desaparición del déficit fiscal».
La carta de la supervivencia económica fue ayer una de las más destacadas por el presidente del CATN, el ex vicepresidente del Tribunal Constitucional Carles Vives Pi-Sunyer, encargado de presentar junto al portavoz del Govern, Francesc Homs, los últimos ocho informes del organismo asesor. Uno de ellos –bautizado Viabilidad fiscal y financiera de una Cataluña independiente– pone coste a los primeros meses de vida del nuevo Estado catalán. Serían entre 4.500 y 5.000 millones de euros de financiación mensual los que necesitaría Cataluña «para echar a andar», según Pi-Sunyer, siempre y cuando la independencia se alcanzara sin un pacto con España y ésta, consecuentemente, rechace traspasar fondo alguno a Cataluña.
Según el mismo informe, con dicha cifra se «podría hacer frente al pago de los salarios de los funcionarios, las pensiones, las prestaciones por desempleo y los gastos corrientes de la Generalitat». Ni el informe presentado ayer ni el propio Pi-Sunyer, cuestionado posteriormente, concretan sin embargo cuántos meses se podría mantener esa situación. La más que probable negativa del Estado a la independencia y a que muestre «una posición beligerante» también llevan al CATN a recomendar al Govern que tenga prevista en sus arcas dicha cantidad «para los primeros meses de la independencia».
El grupo de asesores también pone cifra al efecto que tendría en la economía un posible boicot sobre los productos de una Cataluña independiente por parte de los ciudadanos españoles: una caída de entre un 1% y un 2% en el PIB catalán. Esta cifra, sin embargo, el CATN cree que «se vería compensada por la desaparición del déficit fiscal», que cifran en aproximadamente 16.000 millones de euros, una cantidad que coincide plenamente con la que esgrime la Generalitat y que duplica lo calculado por el Gobierno.
Las ganancias fiscales de una eventual Cataluña independiente, además, serían extraordinariamente elevadas, según los cálculos del CATN basándose en datos de 2011 e incorporando «ingresos adicionales». Así, elevan hasta los 12.994 millones de euros –descontados los gastos– las ganancias fiscales del nuevo Estado.
Los asesores de Mas también esbozan en uno de sus últimos informes uno de los proyectos más ambicionados por el independentismo, una Seguridad Social catalana donde trabajarían 4.000 empleados públicos con un coste anual de 130 millones. Según acentuó Pi-Sunyer, la agencia sería «completamente sostenible», dando por garantizadas tanto las prestaciones actuales como las futuras. Para ilustrarlo, el informe del CATN dice que «la relación entre ingresos y gastos ha sido tradicionalmente mejor en Cataluña que en el resto del Estado». Así, mientras que en Cataluña la Seguridad Social tuvo superávit todos los años entre 1997 y 2008, en el resto del Estado sólo se produjo entre 2003 y 2007.
Tras la polémica recomendación de la sectorial de Defensa de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) de crear una Armada propia, también había muchas expectativas sobre las recomendaciones del CATN a Artur Mas en este aspecto. Sin embargo, los asesores del president evitan en su informe concretar si el nuevo Estado debería tener Ejército. En todo caso, auguran que su ausencia obligaría a «militarizar parcialmente algunas unidades y efectivos de los Mossos» o bien «crear una Guardia Nacional con funciones de seguridad, de gestión de emergencias o defensa». También deberían «fomentarse las relaciones con Estados Unidos», ser miembro de la OSCE y que el gobierno independiente decida el papel de Cataluña en la OTAN.
El sistema judicial del nuevo Estado también atravesaría un periodo de transición hasta que se elaborara la Constitución catalana. Durante ese impasse, el CATN vería «adecuado» que el Govern participara de las decisiones del poder judicial con un órgano en el que trabajaran junto la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia.
EL MUNDO – 29/07/14