Juan José Mateo ,Anabel Díez-El País

Frente al auge de Ciudadanos, el partido de Rajoy se queda sin líder en un bastión clave

El PP se arriesga a que la crisis desatada por el caso Cifuentes se contagie al conjunto del partido en toda España. Con las elecciones de 2019 en el horizonte, los consejeros de Mariano Rajoy reconocen que la sucesión de la presidenta regional puede desatar una guerra interna, espantar a cualquier candidato de prestigio que pudiera sustituirla, favorecer el auge de Ciudadanos y privar a la formación de un bastión clave para afrontar los próximos comicios y las generales de 2020. “El partido se ha quedado noqueado”, admitió una fuente de la dirección nacional del PP, que está a la baja en todas las encuestas. 

“Vamos a tomarnos un tiempo de tranquilidad”. Esa frase del coordinador nacional del PP, Fernando Martínez-Maillo, refleja el complejo escenario al que se enfrenta la formación conservadora tras la dimisión de Cifuentes. A un año de las elecciones locales, autonómicas y europeas de 2019, el partido se queda sin candidata para el Gobierno regional más importante de los cinco que mantenía. Pierde, también, a la líder que debía impulsar a los candidatos municipales y al propio Rajoy en las próximas generales —si es que el presidente decide optar a La Moncloa—. Y se arriesga a que la crisis madrileña se contagie al PP en el resto de España, sumándose al auge de Ciudadanos para generar una tormenta perfecta que desarbole al partido.

“La mayor preocupación es cómo queda el partido en Madrid, que está en dificultad y no está engrasado”, resumió una fuente del partido. “Va a costar captar candidatos nuevos para los municipios; la gente insigne y reseñable de dentro del PP y del Gobierno, como Soraya Sáenz de Santamaría, tendrá más reparo en bajar a Madrid o directamente no aceptará ser candidato autonómico; y el PP llegará mermado a la campaña, porque vas en una barca en la que cada uno rema a su manera, con lo que no avanza”, argumentó. “¡Esto ocurre en un año horroroso! ¡Hay que hacer las listas de 2019!”, lamentó. Y reconoció: “Estamos preocupados, porque van a empezar a aflorar bandos. Ángel Garrido por el sector Cifuentes; Antonio González Terol, por el de Esperanza Aguirre. Así que vamos a tener otro cirio. Es reabrir la crisis a un año de las elecciones”, concluyó.

La preocupación en el PP es absoluta. Los estrategas que aconsejan a Rajoy habían señalado la Comunidad de Madrid como la plaza clave para frenar el avance de Ciudadanos. Revalidar el Gobierno regional en las elecciones de 2019 y reconquistar el de la capital había sido subrayado como dos condiciones imprescindibles para asegurar un resultado exitoso en los comicios generales de 2020. La dimisión de Cifuentes, el vacío de poder consecuente, y la polémica resultante, ponen en peligro el proyecto.

“Pero el resto del PP está acostumbrado a las crisis y los líos del PP de Madrid”, apuntó otro interlocutor de la dirección nacional. “Llevamos unos cuantos y pasarán”, añadió. “En cuanto a los votantes, esto afecta solo al PP de Madrid, lo solucionaremos en pocos días, y el olvido en política es muy habitual”, argumentó. “¿Dónde está la crisis de Murcia?”, se preguntó este dirigente en referencia a la dimisión de Pedro Antonio Sánchez, que justo hace un año dejó la presidencia de la Región por su imputación en los casos Auditorio y Púnica. Como ocurrirá ahora en Madrid, el exlíder murciano fue sustituido por un diputado autonómico, Fernando López Miras, que gobierna desde entonces.

“El problema es que en Madrid no hay tanto tiempo”, discreparon otras fuentes de la dirección nacional, que tampoco se mostraron tan optimistas sobre la rápida resolución de la polémica. De hecho, estos dirigentes reconocieron que aún les quedan por delante largos días de desgaste.

Queda por resolver a quién presenta el PP como candidato a ser investido como sustituto de Cifuentes: Ángel Garrido, que ocupa el cargo en funciones, aún despierta dudas en la dirección nacional, como Pedro Rollán, el exalcalde de Torrejón. También está en el aire si la líder regional se mantiene al frente del partido o acaba por ceder su puesto. Y con la candidatura de 2019 como último de los problemas, el baile de nombres que pueden optar a ocupar puestos de responsabilidad en esta etapa de transición se carga de candidatos: la consejera de Transportes, Vivienda e Infraestructuras, Rosalía Gonzalo; la de Economía, Empleo y Hacienda, Engracia Hidalgo; la presidenta de la Asamblea, Paloma Adrados; el portavoz Enrique Ossorio; o los diputados Enrique Ruiz Escudero y Juan Antonio Gómez-Angulo.

¿Cómo se puede reducir el contagio? El coordinador nacional, Fernando Martínez-Maillo, y el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado —al que en el partido definen como un “pata negra” del PP de Madrid—, serán los encargados de mediar para evitar que la crisis madrileña se traslade a la estructura nacional.

Máxima preocupación

Así, fuentes de la dirección de la formación conservadora apuntan a que se apoyarán en diputados autonómicos que también tienen responsabilidades de coordinación territorial vinculadas al propio Martínez-Maillo. Entre ellos estarían Juan Carlos Vera, Álvaro Moraga o Alfonso Serrano.

La labor de los dirigentes del PP no será solo pacificar la vida interna de la formación en Madrid y armar un nuevo proyecto que pueda llegar con unas mínimas posibilidades a las elecciones de 2019. En la dirección nacional, la preocupación con el desencanto que sienten los afiliados del PP madrileño es máxima.

Así, en la sede nacional de Génova se recuerda que en los últimos tres años ha dimitido Esperanza Aguirre, se ha formado una gestora y Cifuentes ha dejado la presidencia de Madrid. En medio, el expresidente Ignacio González ha pasado por la cárcel por su presunta implicación en el caso Lezo, y han sido múltiples los casos de corrupción que han afectado a distintos cargos populares de la máxima relevancia.

“¿Y cuánto va a aguantar la militancia?”, se preguntó un dirigente de la formación conservadora. “En un momento en el que tenemos que apelar a su movilización, a que no haya trasvase de votos a Ciudadanos, a que haya gente buena para las listas… todo esto es muy sensible para la militancia”, siguió. “Es para estar preocupado”.