Sus titulares de mercadotecnia están burdamente manipulados para captar el interés de una prensa acrítica y sesgada y de unos políticos populistas que medran sobre la mentira
“No todos salimos igual de estos días de alarma. El otro día, Oxfam Intermón publicaba que los 23 ultrarricos, las 23 personas más rica de España, salen con 20.000 millones más de euros”. Así se expresaba recientemente Íñigo Errejón, otrora la esperanza blanca de la extrema izquierda domesticada, a raíz del último informe-propaganda de la organización progubernalmental Oxfam Intermón.
En ese documento, titulado ‘Una reconstrucción justa es posible y necesaria: no es el momento para la austeridad, elijamos dignidad’, Oxfam alertaba de que “entre el pasado 18 de marzo y principios de junio, los milmillonarios españoles de la lista ‘Forbes’ han visto aumentar el valor de su riqueza en algo más de 19.200 millones de euros (21.900 millones de dólares). Todos ellos, sin excepción (23 multimillonarios, 18 hombres y cinco mujeres), han aumentado el valor de su riqueza. En solo 79 días”. En tan solo 79 días, atención, su patrimonio se ha incrementado en casi 20.000 millones de euros. Dos pandemias más y los ricos españoles terminarán convirtiéndose en los nuevos amos del mundo.
Los titulares de mercadotecnia están manipulados para captar el interés de una prensa acrítica y sesgada, y de unas redes que hacen de eco
Pero, como suele suceder con Oxfam, sus titulares de mercadotecnia están burdamente manipulados para captar el interés de una prensa acrítica y sesgada, de unas redes sociales que solo actúan a modo de cámara de eco y de unos políticos populistas que medran sobre la mentira generalizada. Bastarán únicamente dos gráficos para demostrar la trampa de Oxfam.
El primero es la evolución del Ibex 35 a lo largo del último año, esto es, la evolución del valor de mercado de las principales compañías españolas (no por casualidad, los superricos suelen serlo por tratarse de propietarios de algunas de esas grandes empresas). Como se puede observar en el gráfico, el Ibex se había mantenido estable a lo largo de 2019 entre los 9.000 y los 10.000 puntos y, a mediados de febrero de 2020, llegó a superar los 10.000 puntos. Sin embargo, en la segunda quincena de febrero, las cosas comenzaron a torcerse: los inversores anticiparon parte del desastre que podía venir —pese a que nadie lo podía saber— y comenzaron a liquidar sus posiciones. Hasta tal punto lo hicieron que en los 30 días transcurridos desde el 19 de febrero al 18 de marzo, el principal índice español se desplomó un 37%. De hecho, durante esos días —del 16 al 18 de marzo—, el Ibex registró su mínimo valor desde junio de 2012 (momento en que España estuvo a punto de quebrar).
Pues bien, casualmente, Oxfam escoge la fecha del 18 de marzo —sin ningún tipo de advertencia contextual— para comenzar a analizar la evolución reciente de la fortuna de los superricos españoles y, evidentemente, si esa evolución se mide desde su mínimo de los últimos ocho años, toda mejoría resultará muy llamativa: no en vano, entre el 18 de marzo y el 4 de junio (la franja temporal que escoge Oxfam), el Ibex 35 se revalorizó más de un 20%. Pero démonos cuenta de que, pese a ello, el Ibex apenas ha recuperado la mitad de todo lo que perdió desde que el coronavirus comenzó a impactar en el mercado bursátil.
Segundo, acaso podríamos pensar que la evolución de la riqueza de los ultrarricos no guarda relación con lo que haya acontecido en el Ibex 35: que semejantes grandes fortunas seguro que encontraron medios para protegerse del batacazo y seguir lucrándose a manos llenas. Semejante conspiranoia no está, sin embargo, avalada por los datos (algo, por otro lado, bastante evidente: si el patrimonio de los ricos está ligado a la propiedad de sus empresas, y el valor de mercado de esas empresas cae, su riqueza también lo hará).
En el siguiente gráfico, podemos observar la evolución del patrimonio de Amancio Ortega durante el último año y, como es fácil constatar, su mínimo histórico desde 2012 lo vive… ¡el 18 de marzo! En particular, entre el 19 de febrero y el 18 de marzo, el patrimonio de Amancio Ortega cayó de 74.300 millones de dólares a 47.000: una reducción de 27.300 millones de dólares; en cambio, entre el 18 de marzo y el 4 de junio (el periodo que analiza Oxfam), su patrimonio pasó de 47.000 millones de dólares a 62.600: una ganancia de 15.600 millones. El saldo neto, claro, es que desde que comenzó la crisis el patrimonio de Ortega se ha contraído en más de 10.000 millones de dólares —y con la excepción de diciembre de 2018, se ubica en su nivel más bajo desde 2014—, pero el titular de Oxfam es que Amancio Ortega y otros superricos españoles han ganado en 79 días más de 20.000 millones de dólares (nótese, por cierto, que las ganancias experimentadas por Amancio Ortega y por su hija Sandra Ortega entre el 18 de marzo y el 4 de junio ascienden a 17.100 millones de dólares… Es decir, solo ellos dos ya recaban el 80% de toda la ganancia de más de 20.000 millones de dólares que Oxfam imputa a los ultrarricos españoles). ¿No será más bien que han recuperado aproximadamente la mitad de lo que habían perdido durante los 30 días anteriores?
Así que ahí lo tienen: seleccionando arteramente las fechas y ocultando la evolución inmediatamente anterior del patrimonio de los ricos, llegamos a la conclusión de que han ganado 20.000 millones de euros en los últimos 79 días, cuando un titular más ajustado a la realidad sería que han perdido más de 12.000 millones de euros en los últimos 100. Pero claro, titulando de ese otro modo no podríamos mandar el demagogo mensaje de que los ricos siempre ganan.