FRANCISCO MARHUENDA-La Razón

  • «No les imagino reunidos con simpatizantes del PP, Vox o Ciudadanos. Son actos a mayor gloria de sus protagonistas»
He de reconocer que encuentro pintoresca esa carrera entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz para saber qué quieren los españoles. Es inquietante que un presidente y una vicepresidenta del Gobierno necesiten reconectar con la ciudadanía y actuar como si fueran una empresa de encuestas. He decidido hacer un ejercicio de generosidad y creerme que necesitan conocer sus inquietudes y problemas. En este caso, sería más rápido y operativo que se encierren un fin de semana con las encuestas del CIS, no me refiero a las políticas, porque les darían una radiografía más útil que reunirse con los afectos a la causa socialista o a la comunista-antisistema. Sus respectivos equipos les organizan encuentros donde me supongo que se buscará que sean unos concurrentes cómodos y con los que puedan desplegar sus mejores atributos. A lo mejor me equivoco, pero no les imagino reunidos con simpatizantes del PP, Vox o Ciudadanos. Son actos a mayor gloria de sus protagonistas. A Sánchez las inquietudes y las propuestas se las transmitirán directamente en el Palacio de La Moncloa en un acto que han calificado de «inédito».Por supuesto, el cuerpo de hagiógrafos mediáticos monclovitas podrá actuar como los antiguos cronistas reales y poner de manifiesto su sencillez, humildad, modestia y grandeza. En aquella época, había que conformarse con la mera redacción y algún grabado, mientras que ahora tendremos fotos y grabaciones. El presidente podrá desplegar todo su atractivo y sus casi dos metros en un marco incomparable, les saludará efusivamente y les explicará que es un sufrido servidor público que solo quiere el progreso de España frente a la maldad de Feijóo, su particular Sauron, el principal villano de «El Señor de los Anillos». Necesita hacer frente a Mordor, que en nuestro caso es la sede del PP en la calle Génova, y para eso está la alegre «compañía» que ha formado con el PSOE, Podemos, los antisistema, los independentistas y los bilduetarras. Finalmente, Aragorn/Sánchez conseguirá la victoria y la paz regresará a los reinos de la Tierra Media. El inquilino de La Moncloa podrá «reinar» sobre Gondor otros cuatro años más con la ayuda de sus compañeros de viaje o hasta que decida jubilarse. El problema es que la política como propaganda tiene un corto recorrido.