Antonio Jiménez-El Debate
  • La investigación descubre que Sánchez mintió, vaya novedad, sobre el viaje y estancia ilegal en España de la vicepresidenta del sátrapa Maduro, Delcy Rodríguez. Sánchez conoció cuatro días antes esa visita, preparada con un mes de antelación por Ábalos

Sánchez llegó al gobierno valiéndose de una moción de censura contra Rajoy, previamente forzada y manipulada, con la promesa de acabar con la corrupción y regenerar la política y la democracia y hete aquí que seis años después su gobierno apesta a muladar junto a su familia escudriñada por la Justicia ante las sospechas fundadas de corrupción y tráfico de influencias, en el caso de su mujer, y por delitos continuados contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social, malversación, tráfico de influencias y prevaricación, en lo que afecta a su hermano. Ironías del destino.

El Sánchez que prometió ser el estandarte de la regeneración democrática de España y valladar frente a la corrupción política, preside un gobierno que huele a podrido, con varios ministerios salpicados por las corruptelas de una trama que le alcanza a él directamente. Nada sorprendente en quien ha hecho de las promesas incumplidas, los bulos y las mentiras continuadas, norma de conducta habitual desde que llegó a la Moncloa.

El caso Koldo es ya el caso Ábalos y también el caso Sánchez , un pozo de inmundicia que puede calificarse ya como el mayor caso de corrupción que afecta a un gobierno de España y que tiene a la Moncloa y cuatro ministerios embarrados junto a dos comunidades insulares y hasta la dirección general de la Guardia Civil.

La ‘Gurtel’ de la que se valió Sánchez para echar a Rajoy fue, si se me permite la licencia, una anécdota en comparación con el muladar investigado y descrito por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, UCO, sobre las actividades de la trama corrupta liderada por José Luis Ábalos con epicentro en su ministerio, el de mayor presupuesto del Gobierno.

La investigación descubre que Sánchez mintió, vaya novedad, sobre el viaje y estancia ilegal en España de la vicepresidenta del sátrapa Maduro, Delcy Rodríguez. Sánchez conoció cuatro días antes esa visita, preparada con un mes de antelación por Ábalos y el comisionista Aldama, y la autorizó a pesar de tener prohibida su entrada en la Unión Europea, un veto que la trama había obviado elaborando una agenda de tres días de reuniones y encuentros ministeriales de la política venezolana.

El ‘1’ , como define el comisionista a Sánchez en las conversaciones grabadas, aparece asimismo involucrado directamente junto a Nadia Calviño en el rescate de Air Europa, matriz de Globalia, coincidiendo en el tiempo con las reuniones que su mujer Begoña Gómez mantenía con el CEO de la compañía aérea y Aldama para recabar apoyo financiero para su «chiringuito» del África Center en el IE.

Y asimismo, Sánchez, aparece nombrado por Koldo, quien pregunta a uno de los guardias civiles implicados «si los teléfonos de Ábalos y Sánchez están pinchados por la UCO». ¿Por qué le preocupaba al brazo derecho de Ábalos que el presidente tuviera intervenido su móvil? ¿Acaso sabía más sobre las actividades de la trama de lo que ya se está conociendo?

Escuché decir a Bieito Rubido, con acreditada información de fuentes de la Benemérita, que lo que está publicándose es solo la punta del iceberg. O sea que la sacudida política en el PSOE, como la califica el diario ‘sanchista’ de la mañana, tras el informe de la UCO y «el miedo a cuánto y qué queda por salir», está más que justificado. Y eso que con lo ya publicado bastaría para hacer caer a un presidente y su gobierno que no fuera el de un tipo ayuno de principios y escrúpulos políticos como Sánchez.

El que su máximo hombre de confianza en el gobierno y en el PSOE, José Luis Ábalos, quien le acompañó y aupó hasta la secretaria general del partido y después le ayudó a fabricar y defender la forzada moción de censura contra Rajoy, esté a un paso de su imputación en el Tribunal Supremo por corrupto, señala e involucra también a Sánchez.

Ábalos era el ministro de confianza de Sánchez y el mandamás de Ferraz mientras la trama que dirigía hacía negocios junto al comisionista Aldama y su asesor y ‘hombre para todo’, Koldo García, con Venezuela, con las mascarillas o con los hidrocarburos, cuyos empresarios le compraron un chalet en Sotogrande y pagaron 90.000 euros por el piso alquilado por su novia Jessica en la Torre de Madrid. Y tendrá que aclararse el destino de los 600.000 euros pagados, según un empresario, por la licencia del gobierno conseguida por la trama para operar con hidrocarburos y de los que 90.000 fueron llevados a la sede del PSOE en la calle Ferraz por él mismo en dos bolsas.

El mismo trío de la bencina, Ábalos-Koldo-Aldama, también negoció la venta de mascarillas con los gobiernos de Baleares y Canarias, que por defectuosas, en algunos casos, resultaron inservibles, pero ni Francina Armengol ni Ángel Víctor Torres, hoy al frente del Congreso y del Ministerio de Política Territorial respectivamente, reclamaran a la trama los millones pagados con la piel de sus contribuyentes.

La tercera autoridad del Estado, presidenta del Congreso, Francina Armengol, también mintió al haber manifestado que no tuvo contactos con Koldo mientras este acredita en la investigación su grado de confianza con ella despidiéndola, tras una conversación, con un «vale cariño, te mantengo informada de todo», en la que Armengol le facilitó el teléfono de la consejera balear de Sanidad y esta le contrató una partida de pruebas PCR por valor de más de un millón de euros.

El muladar incluye asimismo la implicación del director general de la Guardia Civil, Leonardo Marcos, cesado recientemente y premiado con un puesto en la Embajada de Washington, tras conocerse que avisó a la trama de que estaba siendo investigada. Inaudito: el director de la Benemérita ‘dando el agua’ a los delincuentes para ocultar el delito.

En la ‘sanchosfera’, esa indignidad también ha sido posible como tantas otras junto al silencio cómplice e hipócrita de sus socios Frankenstein, callados como fulanas ante el estado de corrupción que golpea a Sánchez, después de haberse lanzado años atrás como panteras contra las corruptelas del PP.

Y es en esa actitud farisea e inmoral de las minorías comunista, ‘podemita’, independentista y filoetarra donde reside el gran problema político que afronta España, en manos de partidos minoritarios que trabajan para destruirla y a cuyo gobierno sostienen y nunca dejarán caer por más corrupción que le aflore, convencidos de que cuanto más debilitado esté Sánchez, más dependerá de ellos y más tajada sacarán en beneficio propio.