Tonia Etxarri-El Correo

La moción de censura con la que tanto habían presionado a Feijóo para que la presente contra Sánchez se ha quedado -de momento- en una querella contra el PSOE por financiación ilegal, cohecho y tráfico de influencias. No es necesario dar pasos en falso. Es lo que piensan en la dirección del PP. Sobran los motivos para cursar una querella contra el presidente del Gobierno que se presentó como adalid de la regeneración democrática, el Robin Hood de la corrupción, y hoy tiene a su mujer y a su hermano investigados por la Justicia y al que fue su mano derecha en el partido y el Gobierno a punto de ser imputado por el Tribunal Supremo. «El hedor de la corrupción del PP empieza a ser insoportable», clamaba Sánchez cuando, a finales de enero de 2016, pedía la cabeza del Partido Popular asediado por varias tramas de corrupción que, sin embargo, no llegaron a afectar directamente a aquel Gobierno de La Moncloa como le está pasando ahora al jefe de los socialistas.

Pero se trata de medir las fuerzas y calcular los apoyos porque las mociones de censura se presentan para ganarlas. A esta conclusión han llegado los populares en las actuales circunstancias, en las que ven que a Sánchez se le estrecha el cerco y está contra las cuerdas pero que ellos no cuentan con el apoyo suficiente mientras alguno de los socios no se atrevan a dar un paso al lado, por lo menos como el que dieron la infanta Leonor y su padre el rey Felipe VI después del desfile militar del 12 de Octubre.

El PP ha optado por la querella con la clara intención de redoblar la presión sobre Sánchez a través del mundo judicial. El PSOE dice estar tranquilo. «Cero preocupación», corean en Moncloa. Pero las declaraciones de sus portavoces demuestran todo lo contrario. Hay que estar muy desesperado para recurrir, de nuevo, a la foto de Feijóo con el narcotraficante Marcial Dorado realizada hace casi treinta años. ¿No tienen nada más en el argumentario? Bueno, sí. Recordar que este Gobierno llegó hasta La Moncloa gracias a una moción de censura contra la corrupción. ¿Es el mejor momento para que la vicepresidenta Montero recurra a este comodín, ahora que José Luis Ábalos está en capilla de la imputación?

El PNV no irá ni a heredar con Vox pero le está empezando a incomodar tanto recordatorio de su cambio de chaqueta en 2018, cuando dejó tirado a Mariano Rajoy después de haber pactado con el PP los Presupuestos. Si entonces la sentencia de un despiece de la ‘Gürtel’ sobre la supuesta responsabilidad penal del PP en la ‘caja B’, que fue corregida posteriormente por el Tribunal Supremo, provocó el desmarque del PNV para apoyar la moción de censura de Sánchez. ¿Qué piensa hacer ahora el partido de Andoni Ortuzar? ¿Hasta cuándo aguantará ahora el PNV en medio de las aguas turbulentas de rescates acelerados de Air Europa, apropiaciones indebidas de software de la universidad por parte de la esposa del presidente del Gobierno, aterrizaje clandestino de la vicepresidenta venezolana con maletas de dudoso contenido? De momento, Aitor Esteban no cuestiona al presidente. Por eso, los focos se dirigen al PNV.