Jon Juaristi-ABC
- Cuando uno o una trata de aparentar lo que no es, se escucha el vacío estruendoso del mundo en la oquedad de su cabeza
«Si le gusta la fruta, que se la coma ella sola en la intimidad». Sinceramente, no acierto a ver dónde está el chiste, y esta imposibilidad de encontrarle gracia a la cosa me está empezando a preocupar, porque, si hay alguien con agudeza y arte de ingenio en la escena cómica española, ese es Chomin de Amorebieta. Pero, si se pone sentencioso, Heráclito el Oscuro, a su lado, brilla como el faro de Alejandría junto a una luciérnaga sin pila ¿Qué leches habrá querido decir? No es una frase hecha, a lo «con su pan se lo coma» o «si te gusta la fruta, ponte a disfrutar», aquel absurdo sonsonete de Azúcar Moreno para Zumos no sé qué. ¿Qué ha querido transmitir al ignaro vulgo Chominchu Revulgo, portavoz del grupo que defiende el cupo?
Quizá no haya intentado otra cosa que parecer profundo y gnómico, a la vez que desdeñoso, o sea, parecer inteligente, algo que, metiéndose con Jezabel Ayuso, lo tiene bastante crudo. No sólo él: toda la peña zurda, como llevamos un lustro largo comprobando. Pero él más que nadie. O, vale, pongamos que un poco menos que Alegría Incontinente («yo me atrevería a decir que es un claro ejemplo de absentismo laboral»). Tú sí que estás hecha un claro ejemplo de absentismo mental, ‘Incontinensia’. Y el otro también: ambos portavoces, el del grupo parlamentable y la del desgobierno, vaya dos. Hablando de dos, se cuenta que cuando Chomin de Amorebieta y sus amigos asistieron por primera vez, en Baracaldo, a la representación de su zarzuela emblemática, ‘El Caserío’, de Guridi, Romero y Fernández-Shaw, tras oír a José Miguel cantar aquello de «Cuatro ventanas tiene/ mi caserío,/ dos a la carretera/ y dos al río», salieron en tromba del teatro y se arrojaron todos al Nervión, siguiendo la orden.
Insisto, lo peor es tratar de aparentar lo que no se es, filósofo presocrático o jurista. Se nota mucho el absentismo ontológico. Por el contrario, uno oye a Aizpurúa amenazar directamente al PP con ponerlo fuera de la ley recurriendo a la mayoría social, o bien a Belarra amenazando directamente al PSOE con ponerlo fuera del gobierno recurriendo a su minoría asocial si aquel no rompe relaciones diplomáticas con Israel, y uno advierte con bastante claridad que ahí pasa algo, que las vascas del pueblo ya se han escapau, riau, riau, y ha dicho Pradales que no salga naide, que no anden con bromas, que es muy mal ganao. O si oye al imputado Albarone afirmar que sabe muchas cosas de todo el espectro político y que cuidadito con él, uno se huele que el asunto es muy serio y no se explica cómo nadie se ha decidido aún a convertir al susodicho imputado en espectro. Pero lo de los portavoces es pura filfa. Su mirada, como la de los espectros machadianos, «revela un alma casi toda ausente». Ay, Chomin ‘infelís’,/ ‘Incontinensia’,/ cuatro orejas te tienen/ y en medio ‘ausensia’.