- Si de verdad quiere hacer algo notable, debería reforzar la cualificación de sus colaboradores más estrechos e imprimir una quinta velocidad a la labor de oposición
Partiendo de que España y Estados Unidos son dos realidades bien distintas, creo, no obstante, que la jornada del martes americano nos deja algunas lecciones que pueden hacer reflexionar en esta orilla del Atlántico. Haría bien Alberto Núñez Feijóo en tomar nota si quiere ser la alternativa democrática de este país. Por ejemplo, Donald Trump ha vencido en las elecciones con un discurso sin complejos, anunciando claramente lo que va a hacer y condenando sin ambages aquellas políticas que dañan e irritan a los ciudadanos. Y lo que es mejor, ofreciendo ya soluciones en las cuestiones que más afectan a la economía de los ciudadanos, que ven cómo cada mes baja su capacidad adquisitiva.
Cuando los políticos en sus campañas quieren defender a todos, no defienden a nadie. Otra cosa bien distinta es cuando se gobierna, en ese momento sí hay que hacerlo para la inmensa mayoría de la ciudadanía. El exceso de transversalidad, tan querido en políticos como Moreno Bonilla, no suele funcionar. Feijóo tiene que hacer una propuesta clara, sin complejos, de defensa de los valores de libertad, la unidad de España, la meritocracia, la defensa del esfuerzo, la propiedad privada, la economía de libre mercado y, sobre todo, anunciar muchas de las cuestiones que deben ser derogadas para poder devolverle al país y a los españoles la institucionalidad propia de una democracia.
La oposición en España tiene que ponerse seriamente a trabajar. El espectáculo de vagancia e impericia que dieron PP y Vox, cuando les colaron las rebajas de las penas de los presos de ETA, demuestra que la dedicación al trabajo es escasa.
Recuerdo que Aznar, cuando estaba en la oposición, hacía trabajar a su equipo de manera permanente. La oposición, especialmente en este tiempo, debería estar trabajando el doble que el Gobierno. Sufrimos un Ejecutivo lleno de incompetentes, sin experiencia y sin formación. Su único mérito es militar desde joven en el partido. El mal afecta a todos, izquierda y derecha. Feijóo, si de verdad quiere hacer algo notable, debería reforzar la cualificación de sus colaboradores más estrechos e imprimir una quinta velocidad a la labor de oposición. Que tome buena nota Feijóo de Trump: la claridad expositiva. Hay que volver a ilusionar a los españoles y no será precisamente tratando de parecerse al PSOE, sino todo lo contrario.