Editorial-El Correo
Tras oír de boca de Alberto Núñez Feijóo que «ya no caben más equivocaciones» en la gestión de la dana, Carlos Mazón sorprendió ayer al nombrar al teniente general Francisco José Gan Pampols como vicepresidente para la reconstrucción de las zonas devastadas. Un departamento que será «el corazón» del Gobierno valenciano, según el achicharrado dirigente del PP, que fía así a un militar la misión más trascendental en la historia reciente de su comunidad, y con ella su propio futuro político, muy mermado por injustificables errores de bulto. Una decisión tan chocante como la insólita remodelación a plazos de su Ejecutivo, en el que sigue sin relevar a la consejera que hasta la misma tarde de la tragedia desconocía las alertas móviles a su cargo. Frente a tanta incompetencia, los Reyes dieron ayer una nueva muestra de empatía y de estricto cumplimiento de su papel institucional con su visita a varios municipios de la zona cero de la catástrofe. La cálida bienvenida que recibieron contrastó con los pitidos a Mazón y con los incidentes de hace dos semanas en Paiporta en presencia de Pedro Sánchez, que el Gobierno atribuyó a la extrema derecha en lo que parece un bulo como los que suele denunciar.