Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo

Al final fue Podemos quien salvó el ‘match point’ de la reforma fiscal que el Gobierno tenía perdido. Estaba cantado. Sánchez se sostiene con alfileres, pero los alfileres que le sostienen no quieren derribarlo, solo quieren estrujarle. Han aprendido que es mucho más divertido y rentable llevarle al borde del precipicio y con una mano en su espalda susurrarle al oído: «cedes o te empujo». Y conocida su asombrosa generosidad, su proverbial ductilidad y su inmensa maleabilidad, al final siempre obtienen lo pedido.

Esta vez se han superado. Primero, el Gobierno cedió ante la parte derecha de sus apoyos y, asustado por la enorme cantidad de miles de millones de inversión en el alero, se comprometió ante Junts a eliminar el impuesto a las energéticas. Después, acuciado por la airada reacción de la parte izquierda de sus aliados, pactó con ERC, Bildu y BNG el mantenimiento del gravamen. Dos posturas incompatibles e imposibles de cumplir a la vez. Es decir, nada que fuera imposible para él. Pero faltaban los votos de Podemos, al que ha prometido volver a restablecer, tras una nueva negociación en Comisión, el impuesto que ahora se elimina. Es decir, lo quita para sujetar los siete votos catalanes, pero promete reponerlo antes del 31 de diciembre para amarrar los cuatro votos de Podemos. ¿A que es precioso?

Podemos, en una demostración de que no ha aprendido nada, señaló ayer que vota a favor de la eliminación del impuesto a las energéticas tras conseguir del Gobierno la promesa de una próxima proposición de ley que contenga un impuesto a las energéticas. ¡Qué bonito! ¿No hubiese sido más sencillo mantener el actual impuesto que este absurdo quita y pon? El quita lo exigía Junts y el pon lo exige Podemos. ¿La conclusión? Un mes más de oxígeno para el Gobierno.

Sánchez se sostiene con alfileres, pero los alfileres no quieren derribarlo, solo quieren estrujarle

El pacto con el PSOE incluye también el compromiso de constituir «una comisión negociadora con participación de todos los partidos políticos». Vaya, y yo que creía que todos los partidos políticos de la ‘mayoría social’ habían negociado esta locura…

No sé por qué me da que no era exactamente esto a lo que se referían los dirigentes de las empresas energéticas, y los empresarios en general, cuando demandaban estabilidad regulatoria y un marco fiscal estable.

En cualquier caso, la interpretación de la ‘cantata Aldama’ eclipsó todo el espectáculo de ayer. El PSOE dijo que la única verdad es que todo es mentira. Claro, ya sabe usted que la fe mueve montañas, la esperanza es lo último que se pierde y la caridad empieza por uno mismo. Amén.MM