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Santos Cerdán, el número tres, es el mismo tipo que fue a negociar con el golpista prófugo, y se dejó fotografiar en su guarida de Bruselas bajo la foto de una de las urnas en que se perpetró el golpe del 1 de octubre de 2017. Es este un sujeto que siempre me ha llamado la atención, ya desde su físico, un alter ego de Koldo como portero del puticlub Rosalex de Pamplona. Pedro Sánchez era un excelente modelo para publicitar las saunas de su suegro, el malogrado Sabiniano.
Naturalmente, el fulano Cerdán estaba llamado a tener un papel en el Congreso de los Imputados (me parece mentira que esto se le haya ocurrido a Cuca Gamarra, ella sola). Y lo tuvo, ya lo creo. También gozó de su momento Isabel Rodríguez, el capullito de Abenójar, que en el plano intelectual es tan discapacitada como Cerdán, aunque eso sí, es más mona y sonríe con más gracia: “Cuando acabemos con la derecha blindaremos las políticas de vivienda en la Constitución”. Esta mozuela no ha llegado a leerse el artículo 6º de la Constitución, ni tiene una idea clara de lo que significa el pluralismo. Tan joven y ya tan guerracivilista, hay que ver.
Pero estuvo mejor Cerdán cuando habló de lo mucho que han sufrido los socialistas, ahora y antes, : “Lo hemos vivido a lo largo de nuestra historia, antes cuando sufríamos ejecuciones, cárceles y exilio pero ahora también cuando hemos visto día a día cómo están asediando nuestras casas del pueblo…” Era un paso que los socialistas tenían pendiente: copiar a los nacionalistas el victimismo que es su seña de identidad. La estupidez del tercero me ha traído a la memoria una vieja anécdota de 1983, cuando el central del Athletic, Goikoetxea, hizo una entrada salvaje a Maradona y le dio un patadón que le rompió el tobillo. El Comité de Competición lo sancionó con 18 partidos y la revista ‘Euzkadi’, un semanario que editaba el PNV, llevó a portada una foto de Goikoetxea caracterizado con el personaje central del cuadro de Goya ‘Los fusilamientos del 3 de mayo’, el de la camisa blanca, con un titular que decía: “Goiko, te fusilan porque eres vasco”.
Poco después, el vasco fusiladito era nombrado segundo de Javier Clemente en la Selección Española. El caso es que terminó el Congreso de los Presuntos y el primero fue reelegido, tal como se esperaba, secretario general de la cueva de Alí Babá. Mintió como suele al reivindicar que lleva ejerciendo más de una década. Hombre no. Es verdad que fue elegido para el cargo en julio de 2014, pero parece olvidar que fue depuesto por el Comité Federal el 1 de octubre de 2016, después del pucherazo que intentó perpetrar detrás de una cortina de la mano de Rodolfo Ares. Y practicó el victimismo que apoyó sobre las mentiras de siempre. España adelanta por la izquierda y está descarrilando.