Jesús Cuadrado-Vozpópuli

Puño en alto, el líder del PSOE convocará a una movilización contra la independencia de los jueces y contra la libertad de los periodistas

Éxito de un fracaso podría subtitularse su biografía política. La carrera del nuevo aspirante socialista a competir con Isabel Díaz Ayuso trae una mochila cargada de sonoras derrotas electorales seguidas siempre de ascensos en el escalafón. Otra curiosidad del personaje: su carrera estaá trufada de asesinatos políticos, el de Lobato incluido. Pero, ¿quién es Oscar López?

Enviado por Zapatero, inició su carrera en Castilla y León, aunque podría haber sido en La Rioja o en Madrid. En ocho años perdió la mitad de los votos socialistas, pasando de casi 600.000 a 300.000. En abril de 2010 había irrumpido en las eras de Villalar en compañía sus camaradas Pedro Sánchez y Antonio Hernando con el slogan -su especialidad- “puro cambio”, tan hueco como el “nos vamos a divertir” del pasado jueves.

Tras aquel desastre fue ascendido a número dos de Rubalcaba gracias al pacto con José Blanco contra la candidatura de Carmen Chacón. Como Secretario de Organización del PSOE se ocupó de la maquinaria electoral y consiguió las mayores derrotas: de 11 millones de votos a 5,5 y de 169 escaños a 90. En su presentación como aspirante contra Ayuso, soltó un sonoro “Yo aporto experiencia”. Pues, sí.

Repescado por Sánchez como su mano derecha en Moncloa en julio de 2021, le encargó la organización de los procesos electorales, en los que presume ser un gran experto. Añadió a su currículo cuatro derrotas más: municipales, autonómicas, europeas y generales. Solo a él se le pudo ocurrir la frase con la que Sánchez celebró su derrota el 23J: “Somos más”. Experto en ganar perdiendo, nuestro López recibe ahora el premio de un ministerio y el enorme honor de enfrentarse a Ayuso.

Siendo el dos de Rubalcaba, pactó una moción de censura con el acosador condenado en el ayuntamiento de Ponferrada y resolvió el traspiés con una falsa dimisión y una comisión interna nombrada por él

No le entienden. Aún se sigue afirmando que el trio se fracturó en las primarias, con Hernando al lado de Susana Díaz, López con Patxi y Sánchez por libre. Lo cierto es que pusieron huevos en tres cestas para ganar seguro. En esa pizarra, Óscar es un artista consumado. En Castilla y León, cuando ya no cabían más derrotas, se autonombró senador autonómico sin la votación preceptiva del grupo parlamentario socialista. Siendo el dos de Rubalcaba, pactó una moción de censura con el acosador condenado en el ayuntamiento de Ponferrada y resolvió el traspiés con una falsa dimisión y una comisión interna nombrada por él. “Madrid va contra la civilización” se ha atrevido a decir el responsable del control mafioso de RTVE.

La serie es interminable, pero su mejor habilidad es el “crimen” político. Antes de la eliminación de Lobato, ya dominaba el método: que parezcan accidentes. En octubre de 2010, Zapatero y Blanco encargaron al trio que liquidara a Tomás Gómez para sustituirlo por Trinidad Jiménez al frente del partido en Madrid, pero fracasaron en la operación. En 2015, cuando Sánchez logró el control del PSOE, se vengaron con un golpe de partido. Disolvieron la Federación madrileña y, como ahora, pusieron una gestora controlada. Ángel Gabilondo, premiado como Defensor del Pueblo, se prestó a ser candidato.

El plan necesita candidatos kamikazes, que se resignen a perder, con la idea de jugársela a una carta en las generales con la esperanza de poder sumar con los actuales socios. En ese escenario estorban candidatos tibios

Aunque parezca increíble, estos tipos controlan el Gobierno de España y la opción perdedora de Oscar López debe interpretarse como una pieza más en el “plan Sánchez” para mantenerse en el poder. La disparatada presentación del pasado jueves retrata los objetivos electorales del sanchismo. Asumen que, para aspirar a seguir en Moncloa, donde está la caja fuerte, no pueden evitar perder autonómicas y municipales. Saben que solo electores muy fanatizados pueden votar contra sus propios intereses, sacrificados en pactos con independentistas. El plan necesita candidatos kamikazes, que se resignen a perder, con la idea de jugársela a una carta en las generales con la esperanza de poder sumar con los actuales socios. En ese escenario estorban candidatos tibios.

Sánchez conducirá a los españoles a unas elecciones plebiscitarias. Puño en alto, convocará a una movilización contra la independencia de los jueces y contra la libertad de los periodistas. Se apoya en una casta extractiva del sector público, sin ideología conocida, dispuesto a “matar” por mantener el quiosco. Ha logrado -pacto con Page de disidencia controlada incluido- que todos se concentren en lograr una movilización antifascista que le regale impunidad. Ha provocado la bunkerización de todo el sanchismo, político y mediático, y lleva al país a una batalla del todo o nada, cuyas consecuencias son imprevisibles.

Momento para averiguar si los españoles son de los que saben que las democracias solo sobreviven si se defienden.