Diego Carcedo-El Correo
- España va a ser el país entre los Veintisiete que cerrará el año con el mayor crecimiento económico
En la espera cotidiana del escándalo político de cada día, entre el alud de noticias o sospechas de noticias de corrupción se ha filtrado que España va a ser el país entre los veintisiete que cerrará el año con el mayor crecimiento económico. ¡Qué alegría escribir algo así! No se trata de una especulación de los analistas, no: lo anticipa la OCDE, el organismo internacional con mayor autoridad para pronosticarlo.
Será sin duda un buen dato para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que por fin tendrá un argumento positivo en medio del caos político y espera judicial en el que va consiguiendo dilatar siempre unos días más el poder. Según están las cosas, pendiente todo el tiempo de lo que vayan revelando Aldama, Abalos, Koldo … y demás socios del mercadeo de la corrupción, este dato quizás le ayude a dormir un poco.
Claro que detrás de ese éxito, hay que añadir otros datos económicos que lejos del optimismo despiertan preocupación para todos, empezando por esos veinte millones de compatriotas que viven en situación de pobreza y, sin llegar a tanto, la infinidad de familias a las que la inflación incontrolada les pone en serias dificultades para llegar a fin de mes después de sufrir la presión fiscal que agobia a sus ingresos.
España, como los demás de la UE ha recibido estos últimos tiempos inyecciones económicas importantes, destinadas a paliar los efectos de la pandemia, que han facilitado la recuperación. Pero con los problemas existentes, a los que ahora hay que añadir la angustiosa espera de los damnificados por la DANA de Valencia, vemos que, a estas alturas del año, todavía no se ha invertido el 82 por ciento de ese dinero.
Las preguntas que este disponible despierta son variadas: ¿Acaso no hay dónde invertirlo? O, ¿será la ineptitud de una Administración, enfrascada en sobrevivir en La Moncloa, la que complica y causa el retraso? Porque necesidades para invertir este dinero hay, aparte de financiar las concesiones necesarias para que los partidos independentistas apoyen a un Gobierno tumultuario.
Hablar de la escasez de algo tan importante como es la vivienda complica de manera dramática la incorporación de las generaciones jóvenes a su estatus familiar y a la actividad laboral que desde la demagogia se pretende arreglar decretando la semana de trabajo de cuatro días. En el intrascendente Congreso que la mitad del PSOE en el poder celebró en Sevilla hace un par de semanas, Sánchez anticipó su propuesta estrella: crear una agencia nacional para que se cree vivienda para todos. Con utopía también se resiste.
El dato positivo del crecimiento, por otra parte no facilita olvidarse que continúa habiendo dos millones de trabajadores en el paro y que España es uno de los países más endeudados de Europa y que mientras otros, como Portugal, Irlanda o Dinamarca despedirán a 2024 con superávit, España se endeudará más de cien mil euros por cada minuto que pase hasta que este agitado y convulso año termine.