Pedro Chacón-El Correo
El regalo de Olentzero para Ortuzar este año será el de susurrarle que va a seguir. Y va a seguir por una serie de motivos que podemos rastrear en los últimos movimientos del partido. Reconozco que nunca pensé que entre Urkullu y Ortuzar se iba a desatar una lucha de egos como la que se deduce que ocurrió con la elección de Imanol Pradales como candidato a lehendakari. De hecho, yo pensaba que habiéndolo sido Urkullu todo en el PNV, su ascendiente marcaría aquella decisión. Pero los hechos demuestran que no. La clave pienso que estuvo en lo que dijo el de Alonsotegi cuando dejó Ajuria Enea: que para un nacionalista vasco ser lehendakari es lo máximo.
Pues bien, ahí tenemos lo que ha pasado con la elección de los órganos de dirección territoriales. Cuando creíamos que el partido iría adquiriendo la impronta del nuevo lehendakari, como vimos que ocurrió en la composición del nuevo Gobierno vasco, volcada del lado de los ‘pradales’ en detrimento de los ‘bengoetxeas’ –aun descontando la cuota del PSE–, resulta que en el nuevo Bizkai buru batzar, de sus trece burukides, once son ‘bengoetxeas’ por su primer apellido, en Gipuzkoa, de quince burukides catorce ‘bengoetxeas’ y hasta en Álava, de quince burukides, nueve ‘bengoetxeas’. Es que ni haciéndolo aposta.
Nada de esto puede ser casual, cuando la composición de la población actual vasca está muy lejos de esas proporciones, como tampoco lo fue la elección de un lehendakari con el perfil de Imanol Pradales. Pero ahora ya sabemos, conocida la composición de los órganos territoriales, que la elección de Pradales, lejos de significar una alteración de las esencias (como pudieron interpretar los muchos ‘pradales’ que hay en el partido), estaba colocando la figura del lehendakari, y contra lo que consideraba Urkullu, no como la culminación de lo que cualquier nacionalista querría ser de mayor, sino como resultado de la mera conveniencia pragmática o instrumental del partido.
Estamos en el tiempo de Ortuzar, por si alguien no se había enterado aún, para quien el cargo más importante del partido no es el de lehendakari sino el de presidente del Euzkadi buru batzar. Y quién mejor que el Olentzero para ratificarle su reelección.