Dos iguales, o al menos parecidos, para hoy

Lo de Sánchez sobre el caso del fiscal general ha sido bien definido por Ayuso: “Este hombre ha enloquecido”. Se ha venido arriba y ha roto todas las categorías analíticas imaginables. Tenemos un fiscal que había delinquido (presuntamente, que no se me olvide el presuntamente) por revelación de secretos (arts. 197 y siguientes del C.P.). Lo ha hecho para perjudicar a una rival política por la relación que mantiene con el ciudadano revelado. Mienten los defensores de Gª Ortiz al sostener que él no tuvo la información antes de que fuera difundida por la SER. La tuvo 85 minutos antes. Pero lo más extraordinario no es esto, sino el hecho de que el fiscal haya intentado destruir las pruebas de su delito borrando todos los correos electrónicos de su móvil en las fechas claves de la revelación, entre el 8 y el 14 de marzo.

Ha tratado de tapar un delito eliminando pruebas y añadiendo una torpeza párvula y analfabeta a la manipulación. Spoiler: saldrán a la luz los mensajes borrados. Bueno, pues va el presidente del Gobierno y considera que la inexistencia de mensajes no es prueba de su borrado y, por ende, un indicio de culpa, sino la prueba de su inocencia y a ver quién le va a pedir perdón por todo lo que se ha estado diciendo sobre él. Los más adelantados  seguidores de Sánchez en la política y el periodismo consideran el borrado un prodigio de sutileza comparado con la destrucción de los discos duros a martillazos. No hubo tal. La Audiencia de Madrid no citaba la destrucción del hardware a martillazos como tampoco lo había hecho el Juzgado nº 31 de Madrid ni instancia judicial alguna. Sin embargo, Sánchez ha repetido en varias ocasiones el bulo, desde el Debate sobre el Estado de la Nación de 2015, acusando a Rajoy: «Su regeneración es golpear a martillazos el ordenador de Bárcenas en la sede del PP, menuda regeneración democrática». No hubo tal, pero se sigue afirmando sin complejos por parte de la izquierda.

Tampoco hubo una sola instancia que condenara a Francisco Camps en las 10 causas promovidas por el PSOE contra él.  Ocho no llegaron a juicio y en las dos que sí llegaron salió absuelto. El tribunal lo absolvió por los trajes en enero de 2012, pero qué es eso frente a las 169 portadas que dedicó El País a probar el cohecho impropio de Milano. En la última pieza del caso Gürtel también ha sido absuelto por la A.N. La Fiscalía lo da por bueno, pero el PSOE ha recurrido. Spoiler: fracasarán en el recurso, pero a ellos les da igual; tiran con pólvora del Rey.

Siempre es igual, tienen al país aterrado a base de contar las cosas con los nombres que no son, por decirlo con palabras de la madre de los Pagaza cuando Sánchez era un simple concejal o un concejal simple. La España sanchista es la Oceanía de Orwell: la ignorancia es la fuerza, no hay más que mirar a sus ministros y ministras, esa Pilar Alegría Incontinente, una Yolanda Díaz que se ve estudiada en el futuro por las grandes Universidades del mundo, el pobre Oscar López y demás miembros de la patulea, todos en este plan. Robert Aldrich contó en ‘El emperador del Norte’ la historia de unos vagabundos que viajaban como polizones en trenes de mercancías. Uno de ellos, Lee Marvin, hacía una reflexión oportuna: “Hubo un tiempo en que los estercoleros eran acogedores. Ahora, hasta la basura de este país se ha convertido en una porquería”. Los vagabundos forman el Consejo de Ministros en este tren de mercancías llamado España.