Editorial-El Correo

«Con salida de la Fiscalía General del Estado y destino Presidencia del Gobierno». En apenas un clic, el juez que instruye la filtración de información reservada del novio de Isabel Díaz Ayuso, imputado por dos delitos fiscales, desentraña la ruta del correo electrónico con los datos sobre el fraude. La revelación salpica a La Moncloa en el caso y apunta a una maniobra conjunta con el responsable del Ministerio Público, Álvaro García Ortiz, citado a declarar como investigado por revelación de secretos, según el magistrado del Tribunal Supremo. En su resolución, considera que la difusión del material tuvo «una clara finalidad política», ya que «se puso a disposición de Juan Lobato», entonces líder del PSOE madrileño, para atacar a la ‘baronesa’ del PP. Los poderes públicos se desprestigian si caen en la tentación de usar informaciones confidenciales en la refriega partidista, por más que buscasen desmontar un bulo, como insiste Pedro Sánchez. En este caso, corregir la información falsa que interesadamente promovió el entorno de Ayuso sobre una oferta de la Fiscalía a su pareja, cuando la realidad era que este le había ofrecido un pacto para rebajar una posible condena y evitar la cárcel.