Pablo Sebastián-Vozpópuli
Y que se prepare España a mejorar su aportación económica a la Alianza Atlántica porque Trump ha dicho que nuestra inversión, del 1,28 % del PIB, es muy escasa
Ya ha comenzado Donald Trump, tras su regreso ‘a caballo’ a La Casa Blanca, a amenazar a Europa con una subida de aranceles, después de decir que la Unión Europea ‘trata mal’ a los EE.UU. lo que no es verdad. Y vamos a ver qué ocurre con la guerra de Ucrania y si Trump se va a negociar con Vladimir Putin al margen de sus aliados de la OTAN, mientras crecen la incertidumbre atlántica y la fractura política y social en los EE.UU.
Y que se prepare España a mejorar su aportación económica a la Alianza Atlántica porque Trump ha dicho que nuestra inversión, del 1,28 % del PIB, es muy escasa. De ahí que Pedro Sánchez haya respondido en Davos que España llegará en 2029 al 2 %, lo que le parecerá insuficiente al líder estadounidense. Aunque el Gobierno español le puede recordar que nuestro país también colabora con Washington en la base conjunta de Rota, donde están desplegadas las fragatas americanas del ‘Escudo anti misiles’.
Sánchez ataca a Elon Musk -que se ha metido en el lío de su saludo nazi- pero de momento se muestra prudente con Trump y le ofrece unas buenas palabras y colaboración. Y no tanto por temor a los aranceles sino porque teme ser señalado por el líder USA como miembro del nuevo ‘eje del mal’, enemigo de Israel y aliado de Venezuela.
Consideran, al contrario, que las críticas de Sánchez a Trump y Musk beneficiarán su actual liderazgo progresista en España, Europa y América Latina, frente a la ola conservadora del ‘nacionalpopulismo’ y sus aliados tecnológicos
Mientras tanto, la derecha española del PP que lidera Alberto Núñez Feijóo sigue sin pronunciarse abiertamente sobre Trump mientras Vox lo aclama y ambos creen que Trump puede acabar con la presidencia de Pedro Sánchez. Naturalmente, en el PSOE y La Moncloa -‘de la necesidad virtud’- consideran, al contrario, que las críticas de Sánchez a Trump y Musk beneficiarán su actual liderazgo progresista en España, Europa y América Latina, frente a la ola conservadora del ‘nacionalpopulismo’ y sus aliados tecnológicos a los que Sánchez -el reciente invasor de Telefónica- llama ‘la tecno casta’.
Todo ello cuando el presidente del Gobierno ha vuelto a perder otras dos votaciones en el Congreso de los Diputados frente a Junts, PP y Vox. Y cuando crecen y se le complican los escándalos que ahora investigan los tribunales. Empezando por el Fiscal General, siguiendo por los casos de su esposa Begoña Gómez y su hermano David Sánchez. Y a los que ahora se les va a sumar en el Tribunal Supremo -veremos quién es el juez instructor que le toca- el caso de José Luis Ábalos (una vez fue aprobado su suplicatorio en el Congreso) y de su trama criminal con Aldama y Koldo que no para de crecer.
Un tormento para Moncloa
Sánchez permanece en la inestabilidad y bajo amenazas de Junts, ERC y Sumar, pero convencido de que Puigdemont nunca lo echará del poder mientras esté pendiente la Ley de Amnistía. Y que tampoco romperán ERC por el pacto de gobierno catalán, ni Sumar porque la extrema izquierda no está en condiciones de abordar una inmediata campaña electoral. Sin embargo, el presidente necesita los PGE de 2025 para gobernar con un mínimo posible de medios necesarios y esa cuestión puede convertirse en todo un tormento para La Moncloa.
El foco informativo español e internacional apunta de especial y continua manera el estreno de la nueva ‘presidencia imperial’ de Donald Trump. Ya ha indultado a los asaltantes del Capitolio de enero del año 2020 -como Sánchez indultó y amnistió a los golpistas catalanes de 2017- y ahora amenaza con recibir a esta banda golpista en la Casa Blanca de la misma manera que Sánchez se dispone a fotografiarse en Bruselas o en Waterloo con Puigdemont.
El estadounidense aventaja por ahora a Sánchez con una condena penal. Ambos, eso sí, con similar desparpajo y desafuero anticonstitucional. Y con el que Trump ha decretado prohibir que los hijos de los inmigrantes nacidos en USA -como si de un moderno rey Herodes se tratara- logren la nacionalidad norteamericana. Al tiempo que margina sin ‘misericordia’ -como le pidió la arzobispa anglicana de Washington- a los colectivos LGTBI, o activa las deportaciones masivas de inmigrantes, puede que de hasta 11 millones de ciudadanos.
Emerge un enorme temor a la nueva deriva imperialista de los EE.UU. y a la creciente interferencia en los procesos electorales europeos de las nuevas ‘oligarquías tecnológicas’ en el menoscabo del modelo de las ‘democracias liberales’
Trump también ha decretado la salida de de la Organización Mundial de la Salud y de la Cumbre del Clima de París, mientras anuncia perforaciones sin límite de petróleo, el bloqueo de parques eólicos en defensa del paisaje, y más aranceles para medio mundo, China y la UE incluidas. Amenaza también con la conquista del Canal de Panamá y Groenlandia, tras haber rebautizado el Golfo de México como el ‘Golfo de América’, un título que incluye una malvada alusión y ambigüedad.
En la Europa alarmada por el regreso de Trump, se abre el debate sobre el pretendido ‘nuevo orden internacional’. Emerge un enorme temor a la nueva deriva imperialista de los EE.UU. y a la creciente interferencia en los procesos electorales europeos de las nuevas ‘oligarquías tecnológicas’ en el menoscabo del modelo de las ‘democracias liberales’ de Occidente. A las que las primeras naciones de la UE, España incluida, no deben renunciar. Estamos, pues, en un incierto y tenso compás de espera en el que, una vez en marcha la débil tregua de Gaza, el paso decisivo estará en la negociación de Trump con Putin sobre Ucrania, de la que no deberían ser excluidas las primeras naciones de la OTAN y la UE.
En cuanto a la situación española Sánchez, cada vez más debilitado y con temor a ser señalado por Trump, continúa dando pedales a la legislatura en la creencia de que, con la ayuda y la amenaza de Pumpido sobre la Ley de Amnistía, llegará a la cita electoral de 2027 sin rendirse ni tener que abandonar.