José Alejandro Vara-Vozpópuli
Cuestión de confianza o elecciones anticipadas. La estrategia de las pensiones es suicida para el PSOE. La corrupción también
Con las pensiones no se juega. El último que lo hizo fue Zapatero y se tuvo que ir a casa. Y hasta le obsequió a Rajoy una mayoría absoluta (186/44%). Tiempos aquellos. Ahora Sánchez ha metido su zarpa en el bolsillo de los jubilados en una jugada suicida. No pretende ahorrar unos millones al erario público. ¡Será por dinero! Vamos como un cohete. Busca tan sólo retratar al PP como una formación desalmada que le roba el pan a los ancianitos desfavorecidos. Un lacrimógeno cuento de Dickens ideado por la factoría de ficción de la Moncloa, algo torpe desde el aterrizaje de Diego Rubio como jefe de estrategias. Su tesis doctoral, La ética del engaño, se ha convertido en la Biblia en el Ala Oeste. He aquí una de sus aplicaciones menos lúcidas. Este engaño no cuela. Ni siquiera para la prensa del movimiento. “La política, primero. El relato, después”, exigía el editorial de El país. Sólo los sindicalistas de gamba y pasmina se han sumado a la trola y convocan movilizaciones ¡contra el PP!. El chiste de Mingote, ahora revisitado: «Ya ni esperan a que la derecha llegue al Gobierno, los sindicatos se manifiestan contra la oposición»
El PP causa ‘dolor social’, predica Sánchez en una vertiginosa visita a Valencia, desconsiderada y espuria, en la que no se dignó acercarse a visitar alguno de los pueblos del verdadero dolor. El debate se centra ahora en adivinar quién ganará el pulso del ‘relato’. Si el Gobierno cargando la culpa a Feijóo o la oposición señalando al verdadero responsable del estropicio. Una disyuntiva absurda puesto que de haber querido, Sánchez tendría revalorizadas las pensiones, aprobadas las ayudas por la dana y la bonificación del transporte ya mismo. Cada cosa por su orden. Optó, sin embargo por meterlo todo en el arrebuño del decreto ómnibus, un coladero rebosante de trampas, y el plan se le atascó. Bolaños, de nuevo, falló en sus previsiones y erró en su jugarreta. Ni siquiera Zapatero logró salvarlo pese a su desesperada negociación en Ginebra con el forajido Puigdemont. Revés sin precedentes en el Congreso y una estampa de Gobierno sin mayoría social, sin proyecto, sin apoyos, fané y descangallado.
Si un pensionista se siente maltratado, a quien mira y a quien reprocha es al Gobierno y no a la oposición. De ahí lo kamikaze de la actual situación, que no entienden tampoco algunos de los socios Frankenstein
No hay que adelantar acontecimientos. Sánchez, el presidente resiliente, tiene recursos para todo. Es lo bueno de carecer de principios y descreer de la ética. “Hacer de la necesidad virtud”, es uno de sus lemas favoritos. En ello está. Agitar la calle, hostigar al PP, señalar a la oposición sin molestar demasiado al prófugo y sus siete escaños magníficos, la clave de su continuidad en La Moncloa. La operación ‘desgastar a Feijóo’ ha de ser breve porque tendrá que habilitarse la fórmula para que los pensionistas no vean mermada su paga el mes próximo.
La recibirán, desde luego. Pero, como dice un analista orgánico, “el PSOE se mueve bien en el debate de las pensiones porque las ha subido desde que llegó al Gobierno. Al PP, sin embargo, le hace daño”. Una teoría discutible porque si un pensionista se siente maltratado, a quien mira y a quien reprocha es al Gobierno y no a la oposición. De ahí lo kamikaze de la actual situación, que no entienden tampoco algunos de los socios Frankenstein. Ya se escucharon voces críticas desde Sumar, Podemos y hasta desde los filomatarifes de Bildu, que aún tienen la osadía de abrir la boca en pleno 30 aniversario del asesinato de Gregorio Ordóñez.
Dado que la situación se asemeja a ‘un laberinto de difícil salida’, según sentencia García Page en particular homenaje a Borges, en las filas sanchistas ya se habla de adelanto electoral. La eterna cantinela que, ‘más pronto que tarde» como dice Pilar Alegría con obsesiva insistencia, habrá de concretarse. Cierto que todas las encuestas, menos las de pitonisa Tezanos, le son adversas al PSOE. Pero Sánchez es el maestro de las sorpresas y el rey de los hallazgos. Estaba muertito y el 23-J resucitó. “Haré cosas que ni yo mismo seré capaz de creer”. Woody Allen.
Hay movimientos que delatan una voluntad de urnas. Por ejemplo, estos reforzados ataques a la derecha para convertirla en una pandilla desalmada robaviejos, saqueadores de los desfavorecidos. A la vuelta de quince días, cuando esta fabulación cuaje, Sánchez aprobará el correspondiente decreto rectificador, y aparecerá como el gran salvador de la senectud maltratada, el protector de las víctimas de la dana, el ángel de la guardia de las multitudes menesterosas que no les alcanza para el billete del bus. Jugada maestra, éxito asegurado, que diría la fiscal María Dolores. ¿Hay quien dé más?
Otro acierto pleno porque Trump va a empezar a apretar a Europa, y especialmente a España, a la vuelta de dos semanas. Entonces será cuando los discursos del líder de la Internacional Socialista sean acogidos con entusiasmo en todo el orbe. Será entonces cuando se convierta en invencible
Pues aún hay más. En Davos, Sánchez lanzó ya su candidatura como líder universal contra el trumpismo fanático, el muskismo hitleriano y toda la ultraderecha mundial que quiere derribar a los únicos países libres que sobreviven en el planeta. En su poco difundido mensaje desde las montañas nevadas de Suiza, ante un auditorio tan vacío que “de haber faltado uno más no habría cabido”, Macedonio Fernández, se presentó como el principal estandarte contra el movimiento reaccionario que todo lo anega y deslizó su firme propósito de ejercer de ariete corajudo contra las feroces embestidas del presidente estadounidense. Otro acierto pleno porque Trump va a empezar a apretar a Europa, y especialmente a España, a la vuelta de dos semanas. Entonces será cuando los discursos del líder de la Internacional Socialista sean acogidos con entusiasmo en todo el orbe. Será entonces cuando se convierta en invencible.
Ya está el programa. Derechona insensible y cruel, pensionistas despreciados y la amenaza del trumpismo. Elecciones en Semana Santa. ¿El domingo de Resurrección caen en Domingo?, preguntaría Óscar López, gran estratega, mente prodigiosa, alter ego del genial Antonio Ozores. Los sondeos darán la vuelta, comentan los Rubios y demás asesores de Presidencia. El PP está tan sólido como unas medias encharcadas. Puigdemont se calmará en cuanto le demos algo, la inmigración, el catalán en Europa, la Liga…Y, otra vez, la victoria inesperada, la remontada sorpresa, como le gusta al gran narciso que no gana elecciones más que en Cataluña. El mayor riesgo es no arriesgar, dice a sus fieles.
Hay factores que juegan en su contra. La corrupción, los jueces que no aflojan, su esposa y su hermano imputados, su Ábalos de siempre procesado, su fiscal general al borde del banquillo, el desgaste de su partido, el descreimiento de parte de la izquierda, sin presupuestos, sin medidas de gobierno, el rechazo de la gente, no puede pisar la calle, la mayoría social rota… Y ese error catastrófico de manosear las pensiones como herramienta de maniobra política. Con eso no juega. Una terquedad inútil y contraproducente.
No va más. Sus pies arrastran un fardo vacío. Stramm. O cuestión de confianza, como reclama Puigdemont, o elecciones ya como exigen PP y Vox. Si elige lo primero, sufrirá un varapalo en su egocéntrica vanidad de severas consecuencias incluso psicológicas. Si opta por lo segundo perderá indefectiblemente la posibilidad de veranear de nuevo en La Mareta. Tendrá que irse a casa. O a Dominicana, ya se verá.