Tonia Etxarri-El Correo
Hay movimientos, en política, que los partidos realizan de cara a la galería, como un guiño a sus votantes o con mensajes domésticos en clave interna, agobiados por la presión de sus rivales inmediatos, pero que son de dudosa eficacia. Ese es el caso del PP de la Asamblea de Madrid que llamará a declarar a Pedro Sánchez para que revele, ante la comisión de investigación sobre la ‘ley Begoña’, si hubo, o no, trato de favor en el proceso de contratación de su esposa por parte de la Universidad Complutense. Y al presidente del Gobierno, que se ha especializado en huir tanto de los controles parlamentarios como de debates comprometedores en Congreso y Senado, le habrá dado la risa. En efecto, el inquilino de La Moncloa suma en su agenda una larga lista de ausencias en momentos críticos en las Cámaras parlamentarias. Hizo mutis por el foro en la votación de las enmiendas a la totalidad de la ley de amnistía, por ejemplo. O en el pleno del Congreso donde se debía informar de las consecuencias de la Dana que asoló Valencia provocando más de 210 muertos y decenas de heridos. Absentista por excelencia, cuando se trata de afrontar los contrapesos en el Parlamento o en las comparecencias ante los medios, ya ha anunciado que no estará presente en la primera sesión de control del año en el Senado, que se celebrará hoy. Lleva ya casi once meses sin responder a los emplazamientos de la oposición en la Cámara alta donde el PP tiene mayoría absoluta. Una sola vez ha comparecido ante un pleno del Senado con preguntas en lo que lleva de legislatura.
Por lo tanto, el PP de Madrid que dirige Isabel Díaz Ayuso, ya sabe que su llamada para que comparezca es un brindis al sol. Pero como los de Feijóo llevaban meses retrasando la citación del presidente del Gobierno en el Senado, la baronesa se les ha adelantado poniendo cita: el próximo 19 de febrero, fecha en la que terminará la comisión de investigación.
Los populares madrileños reconocen que «ya sabemos que no va a venir, no somos ingenuos». ¿Cuál es la intención de la iniciativa, entonces? Dejarle en evidencia una vez más, aunque en el fondo muchos mantengan sus dudas de que señalarle como poco respetuoso con el Parlamento autonómico y como cobarde (que no aporta ninguna novedad a su comportamiento en Paiporta) vaya a desmovilizar a sus seguidores.
El PP hace tiempo que da por amortizado al Gobierno de Sánchez pero sabe que, a su pesar, intentará agotar la legislatura mientras sus socios independentistas y populistas de extrema izquierda sigan explotándole. En estas circunstancias, Feijóo se aferra al plan de erosión del Gobierno de La Moncloa aunque, a veces, los movimientos de su partido y su política de comunicación no sean los más hábiles. Con la petición de la comparecencia de Sánchez, por parte del PP de Díaz Ayuso, pinchan en hueso. Al presidente lo que más le preocupa es sacar adelante la controvertida propuesta del PSOE para limitar el margen de la acusación popular y asegurar la impunidad de su entorno y el suyo propio. Con prioridad sobre los presupuestos. Lo demás, le resbala.