Ramón Pérez-Maura-El Debate
- Aquí la mentira que hay que implantar es que la democracia no la trajo el Rey con un hombre que venía del régimen: Adolfo Suárez. Será que los dos debían querer prorrogar la dictadura de Franco
Nicolás Sartorius se estrena como guionista de documental televisivo para explicarnos que Franco no murió en la cama. Eso sí que es una novedad. No nos hemos enterado ni de lo que hemos vivido. Sartorius dice que la dictadura murió en la calle. Debe de ser que la Transición que yo viví sucedió en otro país. Y ciertamente, de muchas maneras, España era otro país.
Recuerdo que en las elecciones de 1977 Nicolás Sartorius y Álvarez de las Asturias Bohorques dio un mitin en Santander. Creo recordar que él era cabeza de lista del Partido Comunista por la provincia de Santander que, como decía Camilo José Cela, es como se llamaba Cantabria de soltera. No he podido confirmar ese dato, pero en todo caso dio un mitin allí. Y en mi mentalidad de niño quedó grabado algo que se recogía La Gaceta del Norte que había dicho en su arenga: que no había derecho a que unas familias tuvieran que andar kilómetros para llegar a la playa, y otras tuvieran acceso directo desde su casa. Mis padres se acababan de comprar una casa con acceso a la playa desde el jardín. Ya comprendí que este Sartorius nunca me iba a caer bien.
Ahora Radio Televisión Española le ha encargado una serie documental que pagamos usted y yo para decirnos que no nos enteramos de nada, que lo que vivimos en primera persona era mentira y que nos lo van a explicar mejor. Este caso de agitprop ha sido tomado con tal seriedad que han montado una presentación en un teatro que iba a presidir el mismo Pedro Sánchez si no llega a ser convocado por Emmanuel Macron en el último minuto y a la misma hora. Sobre el escenario, la Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española. A nadie se le ocurrió recordar que la orquesta había sido fundada el 27 de mayo de 1965 a iniciativa de Manuel Fraga Iribarne, a la sazón ministro de Información y Turismo. La memoria democrática no permite mencionar esos hechos incontestables. Para mayor impacto el acto fue retransmitido simultáneamente por dos cadenas públicas: La Dos y 24H. Y no puedo negar que me recordó un poco a «el parte» en tiempos de Franco que era de retransmisión obligatoria por todas las emisoras de radio.
Yo recuerdo que en 1979 el PSOE cumplió cien años desde su fundación y empapeló España con carteles con el lema «100 años de honradez» y en muchos de ellos, los del partido de Sartorius añadieron la coletilla «y 40 de vacaciones». Que es donde de verdad estuvo el PSOE: desaparecido de cualquier resistencia. Pero como Sartorius está muy agradecido de que le recogieran en el PSOE con sus compañeros del Partido Democrático de la Nueva Izquierda, que cabían todos en un seiscientos, ahora quiere aportar su grano de arena reescribiendo la historia.
Es evidente que en esta serie no le van a contar a las nuevas generaciones que la Ley para la Reforma Política fue redactada por Fernando Suárez, ministro del último Gobierno de Franco, y defendida en las Cortes por Miguel Primo de Rivera entre otros. Esa ley fue aprobada el 18 de noviembre de 1976 por las Cortes franquistas, recibiendo el apoyo de 425 de los 531 procuradores, y fue sometida a referéndum el 15 de diciembre de ese mismo año, con una participación del 77 por ciento del censo y logró un 94,17 por ciento de votos a favor. Pero todo eso da igual. La democracia la trajeron a España Nico Sartorius y sus camaradas.
Hay que tener cara dura para hablar de la Transición y no llamar a los dos padres de la Constitución que sobreviven: Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y Miquel Roca Junjent. O a alguno de los ministros de los primeros gobiernos de Don Juan Carlos que están vivos y con buena capacidad intelectual. Pero no. Aquí la mentira que hay que implantar es que la democracia no la trajo el Rey con un hombre que venía del régimen: Adolfo Suárez. Será que los dos debían querer prorrogar la dictadura de Franco. Y por eso el Rey renunció a los poderes que heredó de Franco y se redactó una Constitución que contó con el respaldo del PSOE y del Partido Comunista. Cualquier día nos intentan convencer de que Felipe González y Santiago Carrillo eran franquistas solapados. Pero no creo que eso lo defienda Sartorius porque entonces también él hubiera sido franquista sin enterarse.