- Resulta dolorosa la pachorra con que tantos españoles aceptan que el golpista condenado Junqueras anuncie el perdón de 17.000 millones de la deuda catalana
La España institucional se está degradando de tal manera que hay días en que casi te dan ganas de hacerte portugués, o incluso griego… países donde con todos sus problemas y su relativo retraso al menos respetan la unidad nacional y no bailan al dictado de separatismos regionales. Aquí en España, un presuntuoso peso pluma político, que ni siquiera ha ganado las elecciones, está sometiéndonos a todos los españoles, querámoslo o no, al chantaje diario de los independentistas catalanes y vascos.
Resulta dolorosa la pachorra con que tantos españoles aceptan que el desagradable golpista Junqueras, que fue condenado a 13 años de cárcel, anuncie antes que el propio Gobierno que Sánchez les ha perdonado 17.000 millones de su deuda, 2.000 millones más de lo que pedían inicialmente. Una deuda que además fue provocada por gobiernos nacionalistas irresponsables, mientras otras regiones cumplidoras se apretaban el cinturón y no dilapidaban en quimeras rupturistas. Los que hicieron las cosas bien pagarán ahora la fiesta de los que lo hicieron mal. Así de sencillo y así de injusto.
¿Y por qué se le perdona a Cataluña la friolera de 17.000 millones? Ya ni se molestan en ocultar que se trata de un chantaje puro y duro. Es el pago del primer plazo de la investidura de Illa. Luego vendrá el segundo plazo, un cuponazo catalán al estilo del cupo chupategui vasco y navarro. En paralelo, para mantener al zombi de la Moncloa en su puesto se ha comprado la voluntad de Puigdemont con la cesión del control de las fronteras, algo que no hace ningún Estado del planeta. De propina, Sánchez concede 25.000 policías autonómicos más a Cataluña, todo un ejército de mossos. Y como telón de fondo, los etarras más sanguinarios por la calle de potes por cortesía del PSOE y el PNV y la policía vasca controlando ya los puertos y aeropuertos. El desguace de España.
Los 17.000 millones que se le van a perdonar a Cataluña machacan la igualdad entre españoles y golpean unas arcas públicas ya tocadas (si algún día se va Sánchez, fliparemos al descubrir lo que entierra Marisu bajo la alfombra). Como contrapartida para intentar acallar el escándalo, Hacienda ofrece 83.000 millones para alivios contables de todas las comunidades. Pero si se restan los 17.000 de Cataluña, son 66.000 millones, que divididos entre las 14 comunidades restantes —pues País Vasco y Navarra están fuera por su concierto especial— resulta que tocaría a 4.700 millones por autonomía (frente a 17.000 para Cataluña). Aunque el reparto no será igualitario. Se primará un poco a Andalucía, para que Montero no sea vapuleada allí en las elecciones, e insólitamente se dará más dinero a quienes hayan torturado a sus ciudadanos con más impuestos.
Mientras sucede todo esto, PP y Vox dedican el grueso de sus energías a arreglar la guerra de Ucrania, donde en realidad no pintamos nada, en lugar de montar la mundial a fin de hacer ver a los españoles que les están vaciando sus bolsillos para que Sánchez pueda comprar a los separatistas de los que es rehén.
Parafraseando el más célebre eslogan de los separatistas del golpe de 2017, hoy los españoles podemos afirmar sin temor a equivocarnos que Sánchez, Junqueras y Puigdemont nos roban. Y no poco: 17.000 millones, en un país que no tiene ni presupuestos.