Rebeca Argudo-ABC
- Aún tendremos que dar gracias a Ábalos porque la colocara como administrativa en lugar de como ministra
Al menos Jessica sí se acuerda de su entrevista de trabajo, no como el hermano de Sánchez, que ni recuerda lo que le preguntaron ni cuánto tiempo duró. Jessica sí se acuerda: «¿Sabes leer y escribir? Contratada». Como para no acordarse. También es verdad que lo hicieron, de eso también se acuerda, «por encargo de Ábalos». David Sánchez no iba por encargo de nadie, que él encontró la oferta de trabajo en internet mientras tomaba café. «Se necesita hermano de presidente del Gobierno para cubrir puesto de dirección en Badajoz», pondría en algún portal laboral. Y pensó: «Tate, esto es lo que yo necesito». Apuró el cortado, mandó ‘mail’, se mudó a Portugal. O tecleó en Google «trabajo no presencial pero muy bien pagado que requiera poco esfuerzo, tirando a ninguno» y le dio a «voy a tener suerte». Y salió en Extremadura como podía haber salido Castilla y León. En lo que sí coinciden los dos es en lo de no tener ni idea de dónde estaba la oficina. Porque no iban. Aunque Óscar Puente dijese que sí, que Jessica, efectivamente, cumplió con sus funciones. En realidad lo que hizo Jessica fue ir, recoger un portátil, hacer un curso de riesgos laborales y, como le dijeron que se mantuviese a la espera, ella se mantuvo a la espera. Y esperó. Y esperó y esperó. Y, mientras esperaba, no le sorprendía que le ingresasen la nómina, parece. Dos años a la espera, la tía. Un trabajo comodísimo, el de esperar, porque así podía acompañar a Ábalos a sus viajes (que por esto, además, también cobraba). Sabemos más con esto del trabajo de Jessica de lo que sabemos del trabajo de David. Por el propio David sabemos que la Oficina de las Artes Escénicas que él dirigía es una oficina que se encarga de las artes escénicas. Así que su trabajo como director consistía, intuyo, en dirigirla. ¿Y qué funciones son esas, exactamente? Pues dirigir, hacer cositas de dirección. Lo típico. Y si a Jessica la eligió Ábalos en un catálogo (por el mismo método por el que ella elegiría luego piso: me gusta y me lo quedo, sin reparar en gastos), a David lo eligió el capricho de la genética. Pero tener cerca a un socialista con mando en Ferraz, parece, es mano de santo para que el problema del desempleo no vaya con uno. Y encima son trabajos poco sacrificados. Vamos, que no parecen ni trabajos. Más bien parecen trampantojo justificatorio de dispendio. Pero claro, eso no se puede poner así en un papel, no hay epígrafe en la Agencia Tributaria. Por eso Jessica era administrativa y, David, director de oficina. Supongo. Que a lo mejor yo soy una malpensada y, efectivamente, Jessica era administrativa y David director de oficina. Y lo que nos pasa a nosotros es que no sabemos elegir bien ni los trabajos, ni a los hermanos ni a los novios. Y, encima, aún tendremos que dar gracias a Ábalos porque la colocara como administrativa en lugar de como ministra.