Bieito Rubido-El Debate
  • Con dos años por delante, este sindicato de intereses personales, antiguamente llamado PSOE, puede dejar a la nación más antigua de Europa al borde del abismo

¿Cuánto tiempo le queda al sanchismo en el Gobierno de España? Me temo que nos llevará hasta julio de 2027, si se ajusta al plazo legal. Descarten el adelanto, aunque ya me equivoqué sobre ello en la última convocatoria. En esta ocasión, esto huele más que nunca a fin de ciclo y la podredumbre de la corrupción —y aún falta mucho por salir— va a estar acompañada por una recesión económica en ciernes. El peligro, sin embargo, está en la entraña del anteproyecto de Sánchez para España. Con dos años por delante, este sindicato de intereses personales, antiguamente llamado PSOE, puede dejar a la nación más antigua de Europa al borde del abismo.

Hay que reconocer que no hemos tenido suerte. Nos pudo tocar cualquier otra persona al frente del PSOE y nos tocó el peor. Créanme que me cuesta escribir estas líneas. La realidad española es tan desalentadora que siempre terminamos escribiendo sobre el sanchismo y mal. Pero es imposible hacer lo contrario. Ayer, con nocturnidad y alevosía, el sindicato sanchista, que perdió las elecciones, anuncia la cesión del control de fronteras y aduanas por tierra, mar y aire a la autonomía catalana. Es el pago pendiente a Junts, después de haber perpetrado la semana pasada la desviación de una parte de la deuda de esa autonomía al conjunto de los ciudadanos.

Que todo lo anterior lo aborde un partido, ahora sindicato de intereses personales, invocando los valores de la vieja izquierda, nos mueve a la hilaridad, cuando no a la náusea. Quedan todavía 28 meses para que se convoquen las elecciones generales. ¿Cuántas tropelías como esta se pueden acometer en ese tiempo? De verdad, ¿qué pasa por la cabeza de ese hombre, tan corajudo para el desmantelamiento de España y tan cobarde ante el ciudadano anónimo que le ofrece jarabe democrático en Paiporta o en cualquier calle de este país? ¿Es todo eso, el destrozo de la nación, lo único que puede ofrecer? Y cuándo va a ir al Congreso de los Diputados a explicar semejante destrozo, semejante cesión, semejante cobardía, semejante felonía…

Insisto: confío en que el lector se fíe de mi buena voluntad y de que mi única intención, en esta hora final del día en que me coloco ante el teclado, era escribir sobre la magnífica noticia de que un hospital público madrileño, el Gregorio Marañón, había creado y presentado ayer el primer sistema no invasivo en el mundo de mapeo global del corazón humano en tiempo real. Una buena noticia que evidencia el nivel de la medicina española y de sus profesionales. En medio de todo esto, se me coló de nuevo la pesadilla del sindicato sanchista, ese que antes era un partido, y una vez más me encuentro escribiendo sobre la melancolía vespertina de una España invernal y oscura.

Solo me queda recordarle a Sánchez, quien no lee nada (pero supongo que algún asesor de esa legión que posee, y pagamos todos, algo podrá decirle), que en la vida las decisiones importantes se toman por razones morales. Él carece de ella, como ya sabemos y ayer volvió a demostrar.