Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo

La irracional postura de Trump en el tema de los aranceles y su bochornosa actitud en la guerra de Ucrania ha despertado todos los miedos de Europa. ¿Cuánto? Pues lo suficiente para acordar un incremento de gasto de 800.000 millones de euros. ¿Para qué? Para mejorar los sistemas de defensa europeos y para ayudar a Ucrania. ¿Ayudarle a qué? No queda claro. Si es para ayudarle a ganar la guerra que mantiene con Rusia es posible que no sean suficientes. Recuerde que debe mantener su apoyo actual, sustituir al americano que se ha paralizado, de momento, y luego quizá se anule, más lo que sea necesario para inclinar la balanza a su favor, pues todo eso ya lo tenían y no habían conseguido doblar el brazo ruso. Si es simplemente para que no pierda la guerra, es posible que sea suficiente, pero ¿cuántas más muertes de combatientes pueden aguantar los sufridos espíritus ucranianos y los acomodados estómagos europeos?

Hay una tercera opción que quizá sea la real. Europa quiere mandar un mensaje de fortaleza y unidad a Rusia para que vea clara su determinación a apoyar a Ucrania todo el tiempo que sea necesario mientras que negocia un acuerdo con Trump que pare la guerra, salve la cara a Europa, mitigue la sensación de derrota de los ucranianos y convenza a los rusos de que una paz justa exige también alguna renuncia por su parte, además de las de Zelenski, de las que nadie duda a estas alturas. Esta ímproba tarea la delegamos en el premier británico que parece ser el único europeo a quien escucha el loco del flequillo amarillo.

800.000 millones de euros es mucho dinero, más dinero que el destinado a luchar contra el covid cuando Europa se asustó de verdad, pues los muertos caían a nuestro lado, en nuestros hospitales y no en el fango helado de Zaporiya. Habrá que sacarlo de varios lugares. Entre ellos, del Banco Europeo de Inversiones, pero lo principal vendrá de la ampliación del límite de endeudamiento de los Estados. Esto último nos plantea algunos problemas en España. Si el dinero sale, en gran medida, de los presupuestos nacionales, estará permitido por las normas europeas, pero necesitará el acuerdo de los parlamentos nacionales, lo cual puede partir de nuevo en dos los apoyos sobre el que se sustenta el Gobierno como sucede con la cesión -perdón, con la ‘delegación’- de las competencias en inmigración. El 1,5% del PIB que supondrá el nuevo gasto militar harán un total de 650.000 millones para toda la Unión Europea. Haga el cálculo y luego piense de dónde sacamos nuestra parte.