Iñaki Gil-El Español
  • Feijóo debería ofrecer sus votos para los PGE y Sánchez no pactar con Podemos y reclamar al PP que renuncie a pactar con Vox.

Una vez más se ha comprobado que la frase célebre de Jean Monnet en 1967-«Europa se forjará en las crisis. Y será lia suma de las soluciones adoptadas en cada crisis»- es cierta. Tras años de hablar de la Europa de la Defensa, esta semana se han dado los primeros pasos, tras el seísmo provocado por la llegada de Donald Trump a La Casa Blanca y la traición de Washington a Kiev.

Pensaba en ello cuando me vino a la cabeza otra frase -de José Ortega y Gasset, pronunciada en Bilbao en 1910- «España es el problema, Europa es la solución». ¿Y si la crisis permitiera a España superar la polarización que paraliza nuestra acción política? Veamos.

El ejemplo de Alemania debería abrir el camino al entendimiento de los máximos responsables políticos de España. Allí, la CDU renunció durante la campaña electoral a apoyarse en la extrema derecha de la AfD para llegar al poder. ‘Un buen ejemplo para el PP’, proclama a los cuatro vientos la izquierda española… olvidando que los socialdemócratas del SPD renunciaron hace años a gobernar con Die Linke, fruto de la unión de los postcomunistas de la Alemania oriental y el sector radical escindido del propio SPD liderado por Oskar Lafontaine.

Feijóo debería ofrecer sus votos para aprobar los PGE con el aumento del gasto de Defensa y exigir elecciones antes del verano. Sánchez debería aceptar de inmediato olvidándose de contorsiones de dudosa legitimidad como aprobar esas partidas vía decreto.

Los presupuestos son la expresión contable de una política, según definición clásica. Ergo un gobierno incapaz de aprobar los presupuestos de la nación carece, en realidad, de una mayoría que lo sustente. Sánchez puede, legítimamente, reclamar al PP su apoyo para ampliar las partidas de Defensa y Seguridad alegando la gravedad del momento. Pero, al día siguiente, no debería prolongar la legislatura a base de mercadear apoyos con sus actuales socios que, en esta hora trascendental para Europa, prefieren ser compañeros de viaje del agresor Putin so pretexto de que el presidente del gobierno de España «lame las botas» de Trump.

Por eso, Sánchez debería dar su palabra a Feijoo de que convocará elecciones generales anticipadas antes del verano. Y comprometerse a no pactar con Podemos. Entonces sí estaría legitimado para reclamar al PP que renuncie a pactar con Vox.

Esto permitiría, además, poner a los independentistas en su lugar sin excluirles formalmente: sabrían que pasarían a ser irrelevantes. Ya está bien lo de negociar en Suiza el apoyo del residente en Waterloo que sueña con ser un Napoleón de bolsillo, como los que se venden en las tiendas de souvenirs de la célebre batalla.

Sánchez tiene la oportunidad de sacudirse la dependencia de las minorías extractivas sin renunciar al discurso de la pacificación de Cataluña, en aras de una causa popular -la Defensa de Europa-, que además podría ofrecerle una salida personal interesante: un cargo en la Unión Europea.

Feijóo demostraría su estatura de hombre de Estado sin tener que renunciar a dar la batalla ideológica al sanchismo, prometiendo acabar con el impuesto de Patrimonio, por ejemplo.

Muchos pensarán que este planteamiento es ingenuo. Quizá. Pero la alternativa es peor. Entre Putin y/o Trump, yo prefiero escoger el bien mayor. Esto es, Europa. Es decir, la libertad.