Víctor Lenore- Vozpópuli

Es demasiado ingenuo pensar que el poder del peor presidente de nuestra democracia se esfumara cuando pierda su cargo

Durante demasiado tiempo, la derecha española se ha obsesionado con el antisanchismo, como si librarnos del narciso progresista que nos gobierna fuese la solución de todos nuestros males. Coincido plenamente con quienes le acusan de ser uno de los peores mandatarios que ha tenido España, si no el peor, pero se equivocan quienes piensan que echándole del Gobierno terminará su nefasta influencia. Desde hace años, viene tejiendo una densa red de alianzas económicas y complicidades políticas que le puede permitir tener más poder fuera que dentro de La Moncloa. Su habilidad ha sido repartir millones de nuestro dinero pensando siempre en reclamar compensación cuando abandone su cargo.

Empecemos por el escenario más simple: Sánchez no puede formar una mayoría tras las próximas elecciones que convoque, ocurra esto el próximo 23 de julio o cuando toque de 2027. La situación más probable es la victoria del PP necesitado de algún grado de apoyo de Vox. Cuando esto ocurra, el expresidente puede tirar de la teoría del cordón sanitario antifascista para ofrecer su ayuda a Feijóo y lograr que este no dependa de Abascal. Si Feijóo acepta, Sánchez tendrá al líder del PP tan en sus manos como los separatistas y neocomunistas le tienen hoy a él. Casi cualquier favor que pidier debería ser concedido por el gobierno español. Si hemos aguantado el chantaje cotidiano con los separatistas, lo normal es aguantarlo también cuando lo ejerza el PSOE.

Superar a Zapatero

Felipe González comparó a los expresidentes con jarrones chinos que nadie sabe muy bien donde colocar para que no molesten. Zapatero supo encontrar su sitio en el sector de la mediación internacional, aprovechando su prestigio negociador entre bolivarianos, separatistas y maoístas. Pedro Sánchez tiene pinta del alumno que supera al maestro: ahora mismo, tiene bajo sus órdenes a Radio Televisión Española, el grupo Prisa y Movistar+, además del apoyo cotidiano de Cuatro y La Sexta. Su amigo José Miguel Contreras trabaja siete días a la semana para conseguirle contenidos audiovisuales afines y un canal de televisión hecho a a medida. El sanchismo ha creado fuertes relaciones empresariales con la élite de la burguesía catalana y vasca, a quienes tantas mercedes concedió.

El expresidente tendrá mayor libertad de movimientos fuera de Moncloa

Lo mismo podemos decir de su especial sintonía con Marruecos. Dominando un PSOE perdedor y expandiendo sus contactos empresariales, Pedro Sánchez puede sacar todo el jugo al hecho de que tiene amplia información sobre España, una de las veinticinco mayores economías del mundo, y ningún escrúpulo para utilizarla en su propio beneficio. La única esperanza para sacarle de la esfera pública es que los numerosos casos de corrupción que le rodean terminen por arrinconarle hasta el punto de que termine en la cárcel o humanamente carbonizado. El hecho de que estén investigados su esposa, su hermano y varios colaboradores cercanos también puede hacerle llegar al límite, sobre todo porque la prensa internacional no será tan complaciente como la española. Como no nos salve eso, hay Pedro Sánchez para rato y tendrá mucha mayor libertad de movimientos cuando los focos no sigan cada uno de sus pasos. Aunque suene frustrante, Sánchez saldrá más fuerte y nosotros más vulnerables.