Daniel Lacalle-El Español

“You know I love you, but I just can’t take this” Tony Banks, Phil Collins, Mike Rutherford.

El frío, escueto y contundente comunicado de la Secretaría de Estado del Tesoro de Estados Unidos contrasta con la habitual y falsa euforia a la que nos tiene acostumbrados el Gobierno de Sánchez cuando se trata de economía. El comunicado no solo elimina las habituales expresiones de cortesía y alabanza a las relaciones con un socio estratégico, sino que recuerda a España las enormes trabas no arancelarias contra las empresas estadounidenses.

Carlos Cuerpo fue a Washington como el que va a Las Vegas a hacerse fotos en el Caesar’s Palace. Su único objetivo era obtener la foto y hacerse un viajecito, porque no tenía ni tiene la menor intención de eliminar los aranceles y trabas que pone a las empresas.

El comunicado del secretario de Estado Scott Bessent recuerda a España que debe invertir en defensa y eliminar las barreras al comercio que plagan a nuestra economía, citando la tasa Google en particular.

Las barreras no arancelarias que impone España perjudican a las empresas exportadoras estadounidenses y al tejido empresarial español. Suponen una fuente de pérdida de inversión potencial, de crecimiento y productividad. Además, es vergonzoso que esas barreras internas y externas de nuestro gobierno luego se eximan para países del Norte de África o China.

Scott Bessent tiene razón. La Unión Europea y España son máquinas de proteccionismo, no de libre comercio, y ese intervencionismo es perjudicial para todos, pero especialmente insultante para Estados Unidos que a la vez se encuentra con la evidencia de que nuestros países subvencionan a otros y eliminan esas trabas cuando les interesa políticamente.

Las barreras no arancelarias que impone España perjudican a las empresas exportadoras estadounidenses y al tejido empresarial español

Sánchez habla mucho de libre comercio, pero es un proteccionista socialista típico, que pone la bota en el cuello de las empresas y luego exige pleitesía para reducir los escollos burocráticos, fiscales y administrativos. La hiperregulación en España es un enorme lastre que cuesta 90.000 millones de euros a autónomos y pymes, según el informe del Foro de Regulación Inteligente.

La carga fiscal a las empresas es infame. España ya es el país europeo más caro para contratar empleados, con los mayores impuestos al trabajo de los países europeos. El porcentaje de impuestos sobre sus ingresos netos que deben pagar las empresas es del 50%, mientras que en Luxemburgo la carga tributaria solo llega al 20%, según el informe Paying Taxes.

España no ayuda a sus empresas ante una disputa arancelaria que se solucionaría negociando. El Gobierno solo tiene un objetivo: hacerse la foto mientras sigue manteniendo todas las trabas arancelarias y no arancelarias.

Me decían el otro día en un programa de radio que los impuestos no son aranceles y les recordé la anécdota entre un diplomático español y uno estadounidense de 2016. El primero le explicó, de manera condescendiente, que “tiene usted que entender la diferencia entre impuesto, tributo, arancel y cotización”, a lo que le contestó el estadounidense “un caballo es un caballo, aunque usted le quiera poner otro nombre”. Es hilarante escuchar a todos tipo de personas justificar el expolio que sufren empresas y exportadores usando subterfugios de político extractivo.

La tasa Google es una infamia y una vergüenza. Para empezar, porque se creó por razones puramente recaudatorias y con un objetivo específico: perjudicar a las empresas estadounidenses. Ya lo expliqué en su momento, pero vivimos en tal mar de expolio fiscal que ya nos habíamos olvidado de esta vergüenza fiscal.

España ya es el país europeo más caro para contratar empleados, con los mayores impuestos al trabajo de los países europeos

En 2020 expliqué que “la Tasa Google recaudaría menos de 1.000 millones de euros, según la AIReF, y nos va a costar al menos otros 1.000 millones en aranceles de EEUU. ¿Por qué? Porque es un impuesto diseñado contra un sector muy específico y por su nacionalidad. La razón por la que Estados Unidos ha abandonado las conversaciones sobre una tasa europea ha sido porque preocupa que el diseño incluya mecanismos que casi eliminen el impacto a los conglomerados europeos y chinos, y en realidad solo busque gravar a las norteamericanas”.

Y así fue. Esto, mis queridos amigos, es un arancel de esa España y Europa que ahora va de libre comercio y se ha dedicado a poner barreras constantes que perjudiquen a las empresas estadounidenses.

España es el país que menos gasta en defensa en la Unión Europea, sólo el 1,3% del PIB, y el gobierno tiene la desvergüenza de ir hablando de defensa y apoyar a Ucrania mientras importamos cantidades récord de gas natural licuado ruso y el ejecutivo pretende meter cualquier gasto ridículo como “defensa”, incluso gasto sanitario.

Lo más preocupante de todo esto es que la oposición de centro-derecha pueda decidir tomar la posición proteccionista e intervencionista en vez de defender la negociación que acabe con los aranceles ocultos y explícitos que perjudican a los exportadores estadounidenses y hunden a nuestras empresas, además de invertir de verdad en defensa priorizando sobre otros gastos innecesarios.

Cuerpo se ha hecho la foto y vende un éxito inexistente. El principal partido de la oposición parece temeroso a la hora de defender eliminar las trabas comerciales. Hace más de un año que se publicó el informe Draghi, que reflejaba muchos puntos de los que se queja EEUU, y en esta Europa de fingir y extender no se ha hecho nada.

Lo triste de esta inacción es que es por diseño, no por casualidad. Todos los que piensan que había otra forma de resolver las disputas comerciales que no fueran los aranceles se han encontrado con la evidencia de unos gobiernos que no tienen el más mínimo interés en eliminar sus trabas al comercio.

Si usted piensa que la administración estadounidense iba a conseguir que sus socios se despierten con respecto al gasto en defensa y las barreras comerciales de otra manera más diplomática que el puño en la mesa, tiene un problema con la evidencia empírica y la historia. Nuestro gobierno y nuestros socios no habrían hecho nada. De hecho, es debatible si en realidad han hecho algo ahora.

Menos fotos y palabras vacías y más hechos, señor Cuerpo. Tiene usted dos opciones: Eliminar trabas comerciales y empresariales y salimos todos ganando, o callarse y mantener la bota en el cuello de las empresas y salimos todos perdiendo.