Jesús Cacho-Vozpópuli
- «Si no ha dimitido esta semana probablemente no lo haga nunca y tengan que ser sus compañeros de partido quienes le saquen a mordiscos de la madriguera»
Ocho horas pasó Mariano Rajoy en el restaurante Arahy (antiguo Club 31), calle Alcalá esquina a Plaza de la Independencia, comiendo y bebiendo mientras en el Congreso se debatía el futuro de España. Salió Mariano desnortado, con visibles muestras de haber empinado el codo en demasía, pasadas las 10 de la noche. A esa hora ya había cambiado el curso de la historia de este país. Para mal. Aquella tarde, José Luis Ábalos subió a la tribuna de oradores para defender la moción de censura en nombre de su íntimo amigo, Pedro Sánchez, que al día siguiente sería investido como nuevo presidente del Gobierno. Este es un resumen de algunas de las frases que el número dos socialista recitó aquella tarde, más bien leyó, y leyó mal, como atascado, con lamentable dicción, ante los frenéticos aplausos de la bancada socialista. Un monumento a la perversión de la ética en la política: “Nosotros no hemos tenido una sentencia así en ningún caso. Nosotros tenemos un código ético y no tenemos que cesar a nadie en diferido. Los españoles no podemos tolerar la corrupción y la indecencia como si fuera algo normal. No podemos normalizar la corrupción en nuestras vidas ni en las instituciones. La corrupción no puede ser algo inevitable. La decencia, nuestro principal patrimonio político, debe ser algo esencial, no accesorio. Una moción de censura a favor de la normalidad de nuestra vida pública. Para sacar de la política a la corrupción y volver a hablar de lo que importa a la ciudadanía. Necesitamos instituciones fuertes y creíbles, una democracia de garantías y derechos, unos gobernantes decentes”.
Ábalos subió a la tribuna para defender la moción de censura en nombre de su íntimo amigo
Albert Rivera lo clavó desde la tribuna del Congreso el 22 de julio de 2019, apenas 13 meses después de aquella moción: “Usted tiene un plan para perpetuarse en el poder. Y, ¿con quién piensa llevar a cabo su plan el señor Sánchez? Pues con su banda. Sánchez tiene un plan y tiene una banda. Y la pregunta es: ¿la banda se ha juntado para esta investidura? Sí, pero lleva tiempo operando, lleva como mínimo desde la moción de censura, diría yo que desde que le echaron del partido”. Hoy sabemos con escaso margen de duda que España está gobernada desde junio de 2018 por una banda, una banda de malhechores, una mafia dispuesta a apalancarse en el poder a cualquier precio con objeto de enriquecerse a calzón quitado durante el mayor tiempo posible, en el convencimiento de que la Justicia nada podrá contra ellos, robar con impunidad, porque ya se han encargado de acogotar al poder judicial y, en el peor de los casos, de colocar al frente de TC a un “servant” dispuesto a refrendar cualquier iniciativa legislativa que el chulangano decida perpetrar.
La publicación de los wasaps intercambiados entre Sánchez y Ábalos nos ha permitido conocer:
-La catadura moral del personaje Pedro Sánchez Pérez-Castejón, un psicópata carente de verdaderos afectos y, por supuesto, de principios. Ergo de escrúpulos. Un tipo violento que “pierde el control” (Lambán) en situaciones de estrés, pero que se acobarda y huye cuando se siente en peligro. Nada que no supiéramos. Retrato del perfecto amoral dispuesto a todo por el poder.
-La íntima relación entre Sánchez, número uno del PSOE, y Ábalos, su número dos, el hombre que le hizo presidente y en cuya casa durmió muchas noches antes de llegar a Moncloa. Imposible imaginar que el número uno no estuviera al corriente de las andanzas de su número dos.
-Sánchez cae el día que Ábalos quiera, porque lo sabe todo, empezando por la financiación de las campañas que le llevaron de vuelta a la secretaría general del partido y luego a la presidencia del Gobierno.
Sánchez cae el día que Ábalos quiera, porque lo sabe todo
De modo que Ábalos, por vía de su lugarteniente Koldo García, ha enviado a nuestro sátrapa un mensaje que hasta el más lerdo ha entendido. Un SOS pidiendo protección, porque puedo sacarte de Moncloa el día que me lo proponga. Ocurre que las armas las carga el diablo y, tal vez sin pretenderlo, el de Torrente ha iniciado la cuenta atrás en la carrera política del yerno de Sabiniano. Ahora sabemos que el 8 de septiembre de 2020 el Uno ordenó al Dos vía wasap “dar una vuelta” a la operación Air Europa para “ver cómo enfocarla”. Cinco días antes, Víctor de Aldama anunció a Koldo que Begoña había llamado a Hidalgo para agilizar el proceso. De donde se infiere que Sánchez intervino en el rescate de Air Europa, quizá el escándalo de corrupción, como he sostenido siempre, más grave de los perpetrados por este Gobierno. Este viernes supimos por una exnovia de Juan José Pepe Hidalgo que el dueño de Air Europa entregó a Koldo una bolsa con 500.000 euros para pagar a Ábalos por el rescate de la aerolínea (“cogió Pepe y dijo: ¡contad el dinero! Estaba muy interesado en que Koldo contara el dinero de la bolsa”, pero “Víctor dijo: `Pepe, ya lo cuento yo´. Creía que les estaba grabando a los dos cogiendo el dinero. `Koldo, no toques tú la bolsa para que no estés involucrado´”). Ni en la mejor escena de El Padrino.
Medio millón para Ábalos y ¿alguna cantidad para la señora del presidente del Gobierno, tan preocupada por el éxito de una operación que supuso el desembolso de 500 millones de dinero público para evitar la quiebra de una sociedad que sus propietarios habían previamente descapitalizado con el reparto de un dividendo extraordinario? Los jueces tendrán la última palabra, pero a estas alturas de la película el matrimonio Sánchez-Gómez, nuestros Ceausescu, tienen serias posibilidades de acabar su carrera tras los barrotes. Todo lo que hemos conocido esta semana certifica la percepción ya vieja de que no estamos ante un Gobierno al uso, sino ante una organización criminal (artículo 570 Bis del Código Penal). La historia del crimen organizado en Estados Unidos cambió para siempre en 1931, cuando Lucky Luciano creó la “Primera Comisión”, una estructura de poder paralela al Estado, compuesta por familias que, bajo una apariencia de orden, pactaban atentados, extorsiones y reparto de territorios. La legalidad era una fachada. El verdadero orden era el de la omertá: el silencio como garantía de impunidad. Hoy, Sánchez ha hecho realidad en España lo que aquellos capos mafiosos soñaban: una familia incrustada en el poder del Estado, que reparte favores, persigue enemigos, domina las instituciones y utiliza los recursos públicos como si fueran patrimonio propio. No hay Gobierno: hay familia. No hay legalidad: hay obediencia personal.
Nuestros Ceausescu tienen serias posibilidades de acabar tras los barrotes
Como en la Cosa Nostra, no hay reglas, solo lealtades personales. La unidad de la “familia” como valor supremo de cualquier mafia. Y quien traiciona, desaparece. En la lógica del capo, Sánchez castiga al disidente, recompensa a los fieles, corrompe los procedimientos, y niega toda responsabilidad. Y como entonces, los silencios cómplices hacen tanto daño como las órdenes directas. La operación contra la OPA del BBVA sobre el Sabadell, una cuestión que en una democracia deberían dilucidar los accionistas de ambas entidades, es solo el último capítulo de esta deriva delictuosa. Sánchez no actúa como un jefe de Gobierno, sino como el Padrino que impone sus intereses sobre el funcionamiento libre del mercado, la soberanía de las empresas y la neutralidad institucional. La idea de que el Gobierno “estudia medidas” para bloquear la operación por la puerta de atrás, a través de un “núcleo duro” accionarial afín a Moncloa, remite a prácticas propias de la mafia institucional. Lo vimos en Telefónica. También en Indra. Lo han intentado en Grupo Caixa. ¿Por qué no repetir el patrón? La excusa es la “soberanía estratégica”; el objetivo, el control clientelar de todo lo que se mueve en el poder empresarial y financiero español. Con el Ibex en silencio, los grandes despachos mirando hacia otro lado y Bruselas, teórica guardiana de nuestra sedicente democracia, en Babia. Con el apoyo entusiasta de Pepas, Angels y demás familia, medios quebrados sostenidos por dinero público. Y mientras tanto, el Estado se degrada, la democracia se vacía, y el poder queda en manos de un grupo que ha convertido el BOE en arma de extorsión institucional. Y como en toda “famiglia”, solo una cosa hace temblar al poder: que alguien rompa el silencio. Lo acaba de hacer, no se sabe si a plena conciencia o estamos ante un simple amago, José Luis Ábalos. Porque la mafia socialista solo puede ser destruida desde dentro. Todo apunta a que estamos, ahora sí, ante el principio del fin del Caudillo Bonito.
En plena huida hacia adelante, el deterioro institucional se acelera. La modificación de las normas que regulan el acceso a la Judicatura y la Fiscalía, además de la reforma del Estatuto del Ministerio Fiscal, por ejemplo, dos “proyectos” aprobados este martes en Consejo de Ministros. La mafia clásica se comportaba en esto de forma pacata: se limitaba a comprar jueces. Ahora el PSOE quiere ir más allá: quiere llenar los juzgados de jueces socialistas para tenerlo más fácil. Y poner la instrucción de los sumarios en manos de la Fiscalía (“¿la Fiscalía de quién depende? Pues ya está”), situar a la policía judicial encargada de la investigación de los delitos, pongamos que hablo de la UCO, en manos de Bolaños, qué maravilla, y, para redondear la faena, dejar al imputado García Ortiz, FGE, apalancado en el cargo para los próximos 5 años por lo que pueda ocurrir. Con la UCO ultimando un demoledor informe sobre las fazañas de Santos Cerdán, según scoop de este diario, el cerco se estrecha en torno al señorito. Sánchez, Ábalos y Cerdán, la santísima trinidad de esa “decencia, nuestro principal patrimonio político”, que dijo José Luis el último día de mayo de 2018, cuando subió a la tribuna para defender la moción contra Rajoy. Sánchez, Ábalos, Cerdán, más la “desaparecida” esposa del presidente, más el hermano del presidente, más el sursum corda.
El cerco se estrecha en torno al señorito
Dice Koldo, el supuesto filtrador de los wasaps, que lleva 20 años prestando servicios a la Policía y la Guardia Civil y si no le protegen “voy a largar y estoy dispuesto a cargarme al Gobierno”. Y Koldo habla por boca de Ábalos. En los mentideros anida estos días la especie de que Koldo está buscando su “Tamayazo”, un “denme lo mío y me quito de en medio”, una cifra que le resuelva la vida, la suya y la de su jefe, claro está, a cambio de contar lo que saben. Y en esos mentideros circulaba ayer mismo el rumor de un encuentro secreto en el que se habrían tratado este fin de semana estas cuestiones con quien tiene posibilidad de hacerlo realidad, posibilidades dinerarias. Quitar de en medio a Koldo y Ábalos y llegar a un acuerdo con Lula da Silva para que acoja a Sánchez & épouse en Brasil sin necesidad de montar el número que montó Benedetto Bettino Craxi en su huida a Túnez. Cuando la DGSE francesa, la CIA, el Mossad, más Rabat, observan la deriva institucional de un país como España, miembro de la UE y de la OTAN, lo hacen con una mezcla de estupor, alarma táctica y cálculo frío. Porque los servicios de inteligencia no miden solo lo que ocurre, sino lo que pueden explotar. Y hoy saben que el modelo Sánchez tiene fecha de caducidad. Más débil que nunca, cierto, pero ojo, porque si no ha dimitido esta semana probablemente no lo haga nunca y tengan que ser sus compañeros de partido quienes le saquen a mordiscos de la madriguera. Mientras tanto, el PP, muy en deuda con España y los españoles tras la criminal dejación de los Gobiernos Rajoy, anuncia Congreso en julio con necesidad inaplazable de comprometerse en el desmonte total del entramado sanchista, pero con obligación ineludible de presentar, de construir un proyecto de futuro en libertad para este país. Una España sin muros.