Luis Ventoso-El Debate
  • A día de hoy es el único partido que puede relevar a Sánchez en la Moncloa, ¿pero qué propone en concreto a la sociedad española?

Feijóo ha fijado el congreso del PP los días 5 y 6 de julio. La cita, que está ya ahí, se supone tranquila, a menos que alguien con peso se postule para desafiar al líder e intentar sustituirlo.

Sería faltar a la verdad no reconocer que la frase «ella tendría mucho más tirón que él» la escuchas cada vez más en charlas informales con personas de derechas. Pero una operación relevo parece casi imposible ahora mismo, por dos motivos. El primero es que liarse a sopapos por el liderazgo del partido supondría un error cuando faltan solo unos 26 meses para las elecciones (mi pronóstico es que Sánchez se atornillará hasta el final, porque adora su trono y porque lo necesita para protegerse en su tenebroso frente judicial; como mucho podría adelantar un poco los comicios). El segundo motivo que dificultaría un cambio es que el actual presidente del PP controla la mayoría de las federaciones y en principio no saldrían los números para derrotarlo.

Si el congreso discurre por la vía pacífica, se quedará en un cambio de algunas caras en el equipo directivo y en un somero análisis ideológico. En principio el debate de las ideas será bajo en calorías, pues Feijóo le ha encargado la ponencia política a los híper centristas Bonilla y Mañueco. Al ayusismo lo ha dejado para colocar las sillas del recinto, es decir, le ha dado solo la organización logística de la cita.

Pero el PP cometerá un error si no aprovecha esta ocasión para darle un poco a la cabeza y establecer de manera clara cuál es su manera de ver la vida: qué propone para España y qué tipo de sociedad aspira que seamos. Tendrían que salir del congreso respondiendo a cuatro importantes preguntas, básicas para saber de qué tipo de partido hablamos:

1.— ¿Estado o libertad? Este es el gran debate político de fondo del momento (y de siempre). De un lado, fuerzas estatistas, que lo fían todo a la batuta imprescindible de un Estado intervencionista (es el caso del PSOE y de ciertas derechas nacionalistas). De otro, fuerzas de corazón más liberal, que prefieren dar carrete al individuo para que pueda correr libre y sin los agobios del intervencionismo estatal. ¿En cuál de los dos polos si sitúa el PP?

2.— ¿Carga fiscal socialdemócrata o una fiscalidad liviana, que conllevaría asumir un menor gasto público? Es decir: ¿Promete el PP bajar los impuestos en serio, en especial a las machacadas clases medias? ¿O al final va a mantener la atosigante fiscalidad socialdemócrata, que el PSOE ha hecho endémica en España, recurriendo al argumento que ya empleó Rajoy de que el mal estado de las cuentas no permite mayores rebajas de impuestos?

3.— ¿Más Estado o más autonomismo? ¿Aboga el PP por un cierto reforzamiento de las competencias del Estado central, de cara a unir a la nación y armonizarla, o va a mantener el modelo autonómico donde lo ha dejado Sánchez, quien ha aflojado los hilvanes de España para pagar sus peajes al separatismo?

Este verano se prevé que Pumpido dé luz verde a una amnistía por la que dar un golpe contra la unidad de España saldrá gratis. ¿Promete el PP que si llega al poder intentará revertirla, o va a aceptar esa tremenda bofetada a la igualdad de los españoles ante la ley pretextando que «ahora sería un lío volver atrás»?

¿Aceptará el PP los regalos económicos a Cataluña a costa de las demás regiones, incluido un cuponazo catalán que destrozaría la caja común, o los revertirá si llega al poder?

¿Se plantea el PP reformas de las leyes electorales para atajar de una vez la sobrerrepresentación del nacionalismo en el Congreso que lastra a nuestra nación (otros países europeos perfectamente democráticos exigen porcentajes mínimos de voto para acceder al Parlamento)?

¿Luchará el PP en defensa del idioma español en aquellas regiones donde se encuentra perseguido y para que se cumplan las sentencias del castellano en las aulas, hoy burladas por sistema, o permitirá como hasta ahora que el separatismo se fume las leyes?

4.— ¿Va el PP a mantenerse en el humanismo cristiano o no? Los estatutos actuales del PP recogen su vínculo con el ideario cristiano. ¿Va a seguir siendo así? Y sobre todo: ¿Se va a notar en algo? Es decir: ¿Se va a sumar el PP a la causa de la vida adoptando una actitud contraria al aborto y la eutanasia, o va a mantener la ingenería social que ha impuesto la izquierda con la pobre excusa de que estos temas trascendentales «pertenecen al ámbito privado de cada persona»? Para entendernos: ¿La moral del PP es la del PSOE o es diferente?

La niebla ideológica para quedar bien con todo el mundo siempre supone un pequeño fraude político. Así que convendría responder a estas cuatro preguntas elementales para saber de qué partido hablamos.